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La relación entre los Medios de Comunicación y la Asamblea Legislativa de Costa Rica

Las relaciones entre los diferentes actores sociales son vitales en la sociedad del siglo XXI, caracterizado por un nuevo planteamiento de los esquemas sociales que, durante la última década de la centuria pasada vieron caer muros y barreras como nunca antes en la historia moderna de la humanidad había sucedido.Los actores políticos tradicionales y las demás fuerzas colectivas se han visto en la obligación de replantear su accionar y su trabajo de cara no al futuro, sino al propio presente, porque los condicionamientos y demandas ciudadanas así lo exigen, los pueblos de hoy no esperan más por respuestas, las necesitan ahora.En este escenario, cada uno de los participantes debe asumir su cuota de responsabilidad y de conciencia, propósito fundamental de esta obra, la cual, sin ser concluyente pero sí rigurosa en su exposición, replantea las relaciones entre dos fuerzas que, históricamente, convergen por el propio antagonismo que las separa: Parlamento y Medios de Comunicación Masiva.El eslabón que hasta hoy ha sido constante es convertir al Congreso en la fuente de noticias, para llenar y cuando sea necesario saturar, las agendas mediáticas. Esta práctica ha llevado a una condición de exposición máxima de la Asamblea Legislativa, que en el caso costarricense, se considera como un poder desgastado, de urgente cirugía y con la urgencia de una renovación reglamentaria.Con el planteamiento que aquí se esboza, surge la pregunta de cuál debe ser entonces el tipo de relación con la cual deben coexistir ambos elementos del firmamento político-social de una nación, para contribuir a la consolidación de un proyecto país y al fortalecimiento de la institucionalidad democrática y paralelamente, de la gobernabilidad.Esta propuesta no es un manual sobre el manejo de medios, sino la síntesis de lo que, con la experiencia propia y con la mirada atenta en el proceder de otros, se ha aprendido sobre la base que debe sustentar la relación entre el Poder Legislativo y los Medios de Comunicación Masiva.La política moderna se nutre del consenso, de las ideas compartidas, de la discusión distendida para encontrar puntos comunes sobre los cuales trabajar. La naturaleza conflictiva que ha prevalecido no tiene razón de ser en el mundo contemporáneo, en medio de los avances tecnológicos diarios y cuando las fronteras nacionales son cada vez más un punto de referencia en un mapa que una barrera entre los pueblos.Los Medios de Comunicación Colectiva y el Poder Legislativo están llamados a ser copartícipes y a coadyuvar en la consolidación de una sociedad informada y con acceso a las fuentes informativas. El papel tradicional de puente entre gobernantes y gobernados que han cumplido los periodistas y los medios a los que sirven, debe consolidarse y evolucionar. Los congresistas deben ser facilitadotes de información que trascienda a los intereses partidistas y los comunicadores ser el filtro que analice e investigue el quehacer de estos políticos, para con juicios fundamentados, hacerlos llegar a la ciudadanía. Ambos actores deben comprender que, el apego a la verdad y a la mutua confianza, son indispensables para consolidar lazos de comunicación que favorezcan el trabajo conjunto. Los medios tienen derecho a recibir información y los diputados a que se informe con objetividad.Los medios de comunicación no son vehículos publicitarios, pero sí ventanas para divulgar el quehacer parlamentario, la forma en que se aborde, el enfoque con que se trate el tema y la incidencia en la agenda de los medios, con los temas de interés del político, es parte del intrincado ajedrez sobre el cual hemos de trabajar.La Fundación Konrad Adenauer somete a consideración del lector el contenido de esta publicación que es el resultado de la experiencia política del autor y espera que sea un instrumento útil para el debate sobre la relación entre los Medios de Comunicación Colectiva y el Parlamento.

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