KAS Colombia

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Ronal Rodriguez, profesor del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, inició la tercera sesión del proyecto “Cátedra Venezuela” con palabras de bienvenida. A continuación, Tulio Hernández, sociólogo venezolano, dio la primera charla titulada “Instrucciones para destruir un país” en la que hizo un recorrido histórico con seis preguntas claves para explicar, partiendo del pasado, la situación, en la cual se encuentra Venezuela actualmente.

El segundo poniente de la Cátedra fue Carlos A. Romero, politólogo venezolano, cuya ponencia se tituló “Del impacto global a la acusación internacional”. Romero destacó los cambios efectuados por Chávez en cuanto a la política exterior de Venezuela al fortalecerse las relaciones con países como Rusia o China y simultáneamente debilitarse los canales de comunicación con países abiertamente capitalistas y con democracias liberales consolidadas.

A continuación, Juan Navarrete, abogado venezolano, habló de la crisis humanitaria en Venezuela y el deterioro que ha sufrido como Estado de derecho. Durante su intervención destacó la emergencia que se está viviendo ahora en Venezuela, como resultado de la inestabilidad política, del conflicto y de la violencia, de la desigualdad social y de la pobreza. Un punto clave de su presentación fue que la crisis prolongada por la que atraviesa el país vecino afecta compromisos internacionales como tratados de derechos humanos, así como el derecho humanitario, los objetivos de desarrollo sostenible, el cambio climático, la seguridad alimentaria, entre otros. Después de esa introducción, subrayó los retos en salud, la falta de gas, electricidad y agua potable en Venezuela y el consecuente incremento en los índices de migración interna.

El último ponente, Hugo Ramírez, politólogo colombiano, presentó su charla “Condenados a convivir: la relación bilateral colombo venezolana” en la que evidenció, entre otros,  el problema de “cucutizar” el fenómeno migratorio por el que atraviesa Colombia. Cúcuta es la medida para todo y las preocupaciones de todo el país se acumulan en la zona fronteriza. Aunque es innegable el impacto que la migración ha tenido en los territorios de frontera, no se pueden dejar de lado ciudades como Bogotá, que hasta el momento alberga a la mayoría de personas provenientes de Venezuela.  

Al finalizar las ponencias se dispuso un espacio para hacer preguntas y generar una interacción entre los asistentes. El proyecto fue recibido con gran interés por los participantes y se hizo evidente el deseo de avanzar con soluciones a esta problemática que se agudizó hace unos años.