Como punto de inicio, el embajador Mellado resaltó que la pandemia, además de ser una crisis sanitaria que ha afectado fuertemente al bloque de países que conforman la Unión Europea (UE), también es una crisis económica y social. En ese sentido, en esta segunda ola del COVID-19 que está viviendo Europa, se puede apreciar que la UE, a diferencia del inicio de la pandemia, viene dando una respuesta más unida y desde una perspectiva más amplia, midiendo el fuerte impacto económico de la crisis y con mecanismos de coordinación e instituciones funcionando de manera adecuada.

Una prueba de ello es que, por primera vez en su historia, la UE ha aprobado un fondo de recuperación garantizado con el presupuesto comunitario que permitirá ayudar a los países del bloque más afectados por la pandemia.

La UE cuenta con una serie de criterios comunes que permiten afirmar que esta sigue siendo un bloque abierto, a pesar de todas las dificultades que genera el COVID-19 y ha apostado por mantener la libre circulación, el comercio internacional, así como los espacios de cooperación internacional abiertos dentro de Europa.

Por otro lado, también se puede afirmar que, en gran parte, la UE ha liderado la respuesta internacional frente a la pandemia, promocionando la cooperación internacional, apoyando al sistema multilateral y a las coaliciones que buscan facilitar el desarrollo de una vacuna.

Al respecto, es importante mencionar que la Unión Europa se unió al mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aportando fondos que permitirán que los países más pobres del mundo puedan tener acceso a una vacuna contra el COVID-19. En este contexto, se debe resaltar que el apoyo europeo a la OMS, a pesar de las críticas que esta viene recibiendo, ha generado un efecto de arrastre incluso con China, quien en las últimas semanas también ingresó al mecanismo COVAX. Si bien la incorporación china se da por motivos distintos a los del bloque europeo, este es un ejemplo de la influencia que puede tener la respuesta internacional de la UE.

Ahora bien, además de la necesidad del desarrollo de una vacuna efectiva, temas como el endeudamiento internacional, el cambio climático y la recuperación económica ya empiezan a generar preocupación en muchos países del mundo.

En medio de la crisis sanitaria, la UE ha decidido integrar tanto en sus planes internos de lucha contra la pandemia como en su acción internacional el objetivo de una recuperación económica verde, la cual busca una transformación económica, comercial, empresarial y del modelo de competitividad que permita caminar hacia la transición ecológica.

En el marco de la recuperación económica y de los planes que la mayoría de los países, al igual que la UE, empezarán a poner en marcha, resulta importante resaltar el caso particular de China, cuya economía será la única que crecerá en 2020. Al respecto, los participantes coincidieron en señalar que no hay duda de que China es y se comporta como una superpotencia en el escenario internacional, generando cada vez más contactos con diferentes países y bloques.

Dentro de la pandemia del COVID-19, las tensiones y enfrentamientos entre Estados Unidos de América y China se han incrementado y en ese contexto es oportuno mencionar la posición de la UE frente a estos países.

En el caso de Estados Unidos, este sigue siendo el eje fundamental en su política exterior y la UE ha logrado mantener una presencia económica, financiera y comercial con el país norteamericano. A pesar de los amagos de guerra comercial por parte de la administración Trump, el vínculo entre ambos se sigue manteniendo a lo largo de los años.

Sin embargo, el planteamiento frente a China es distinto. Al respecto, se coincidió en que, a diferencia de lo que sucede con Estados Unidos, China tiene un sistema totalmente distinto y no comparte valores o principios comunes con el bloque europeo.

En un contexto post-COVID, la estrategia que plantea la UE para hacer frente a una China con serios problemas en materia de respeto a las reglas de propiedad intelectual y libre comercio (al poner barreras extremadamente altas a las inversiones extranjeras), se basa en la exigencia de reciprocidad, transparencia y mantenimiento de las mismas condiciones de tratamiento para las inversiones extranjeras. Sin perjuicio de esto, la UE considera que también existen espacios de cooperación en los cuales se puede buscar tener intereses compartidos con China y en los próximos años se deberá trabajar para consolidarlos.

En el caso del Perú, es indiscutible que, a lo largo de los últimos años, la presencia de China ha ido creciendo y por ello resulta importante mirar con atención la estrategia que plantea la UE y se puedan generar mecanismos que permitan proteger la economía peruana de posibles excesos por parte de China, sobre todo pensando en la fase de recuperación económica.

Finalmente, se enfatizó en que es necesario buscar espacios de diálogo donde no solo se pueda conversar sobre los valores y principios que comparten la UE y el Perú sino también buscar cimentar a mediano y largo plazo espacios de colaboración y cooperación que permitan seguir trabajando en aquellos temas que requieran de acciones y soluciones conjuntas.

Referencia:
IDEI-PUCP y KAS Perú (22 de octubre de 2020). Resumen de Desayuno Agenda Internacional: El impacto de la pandemia en Europa y sus efectos en el Perú. Lima: IDEI-PUCP y KAS Perú.