Se trató de una presentación de la historiadora y filósofa, Claudia Avendaño PhD, sobre la “Historia del empoderamiento de la mujer” que por las condiciones de la crisis del COVID-19 se realizó por Facebook Live.

En su ponencia, Claudia Avendaño dio una amplia visión sobre la falta de reconocimiento que recibieron las mujeres a lo largo de la historia y los recientes cambios en esta percepción. En este contexto nombró varios ejemplos, como el hecho que las mujeres desde la antigüedad ni siquiera tenían derecho a un nombre propio para no permitirles tener una identidad, de la manera que sus nombres se derivaron del nombre del esposo o del lugar donde nacieron. Cierto poder sólo les concedieron cuando eran muy ricas o disponían de una belleza extraordinaria. Precisamente esta belleza, emplearon las mujeres con frecuencia para conseguir poder sobre los hombres y hasta espiarles sin que ellos se daban cuenta, usando su especial inteligencia y buena memoria.

Por esta razón y por el hecho que la mujer se asoció con la naturaleza, se consideró como algo salvaje e indomable que era un peligro para los hombres y que tocó tener bajo control, aunque sea a la fuerza. Los hombres no les dieron ningún papel en la sociedad, pero sí dejaron en las manos de las mujeres la educación de sus hijos. De esta manera, ellas tuvieron gran influencia sobre los jóvenes y construyeron finalmente la sociedad.  

Solo con la revolución industrial, las mujeres tuvieron por primera vez la posibilidad de trabajar fuera de la casa. Apenas en los últimos 100 años, se permitieron también mujeres en las universidades, aunque con frecuencia se asoció la inteligencia femenina con una falta de belleza, de la manera que no tenían la posibilidad de casarse y se tenían que dedicar a la academia.

Contestando una pregunta acerca del feminismo radical, la doctora Avendaño opinó que algunas mujeres que tuvieron experiencias violentas o sufrieron de negligencia masculina, tratan de luchar contra el género masculino en general. Ella misma aprendió con la edad no estigmatizar, escuchar y dialogar para conseguir mejores resultados en la lucha por la igualdad de género. Mencionó también que la expresión “empoderamiento” no le parece adecuada ya que implica que alguien les debería conceder este poder a las mujeres. Según ella, debería ser al contrario un desarrollo desde el reconocimiento del valor de su papel en la sociedad.  

También mencionó que muchas artistas y escritoras se tenían que “esconder” detrás de un nombre masculino o incluso realizar las obras que sus parejas después firmaron y presentaron como de su autoría. Pero según ella, para estas artistas era más importante transmitir su mensaje y que el público pudo admirar su trabajo que aparecer como la autora de la obra.

De manera de anécdota, la experta contó también que, en tiempos de guerra en Colombia, muchas campesinas llevaron mensajes sobre los movimientos del enemigo por ejemplo en su canasta de mercado, como adorno en su cabello o cantando en clave sin que nadie se diera cuenta; de esta manera jugaron un rol importante en esta historia. La experta opinó que falta investigar más en la historia del pueblo y de las mujeres comunes y corrientes que solo se podría rescatar por la tradición oral de generación a generación.