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Informe Milenio sobre la Economía

Gestión 2012, No. 33

El viernes 16 de octubre en el Salon Germania del Hotel Europa en la ciudad de La Paz; el martes 23 de octubre en el Hotel Los Tajibos en la ciudad de Santa Cruz y el jueves 25 de octubre en las intalaciones de la Federeación de Empresarios Privados en la ciudad de Cochabamba se presentó el Informe Milenio sobre la Economía, Gestión 2012 No 33. El cual hace una evaluación sobre el comportamiento de las principales variables economicas en Bolivia.

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Los dìas 19, 23 y 25 de octubre en el salón Germania del Hotel Europa en La Paz; en el Hotel Los Tajibos en Santa Cruz y el Club Social en Cochabamba, se llevò a cabo la presentación del Informe de Milenio sobre Economìa Gestión 2012; No.33. Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Susanne Käss representante en Bolivia de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), quien se encargo de explicar a la audiencia los contenidos y el alcance de la publicación.

A continuación investigadores que participaron del estudio se encargaron de explicar los resultados encontrados, los cuales se detallan a continuación:

El primer semestre del año se ha repetido el patrón de desempeño económico ya característico del período de bonanza que el país experimenta. El mayor valor de las exportaciones, debido al incremento de los precios de las materias primas, genera mayores ingresos públicos y privados (rentas), que al gastarse expanden la demanda.

Esto incentiva la producción interna, pero también da un impulso a las importaciones, que resultan además más baratas por la apreciación real de nuestra moneda. El incremento en la producción se concentra en los sectores destinados al mercado interno: servicios, construcción y manufacturas, que dependen de insumos externos, por lo que al expandirse también contribuyen al crecimiento de las importaciones.

Estas pueden financiarse gracias al ingreso de divisas que permite la bonanza de los precios de las exportaciones. Por ello, con la mejora del precio de nuestras exportaciones hemos observado el crecimiento de la mayoría de las variables económicas; el gasto, la producción, el empleo, los impuestos, las importaciones, los depósitos, la cartera, la demanda de dinero, etc. Este es un patrón de crecimiento que subordina el desempeño de la economía boliviana a la evolución de los precios de las materias primas en los mercados internacionales, que pueden variar fuertemente en un período corto de tiempo, por lo que es altamente vulnerable y riesgoso. El desafío principal que tiene el país es el de administrar los ingresos extraordinarios de la época de bonanza de manera de fortalecer nuestro aparato productivo, comercial y de servicios, de manera que si los precios de nuestras exportaciones cayesen, tengamos la fuerza suficiente para continuar creciendo y generando empleo. Si ello no ocurre habremos desperdiciado la mejor coyuntura que el país ha experimentado en su historia.

En el primer semestre del 2012 el contexto internacional continuó muy favorable para el país, a pesar de la desaceleración del crecimiento de las economías más importantes,

y la prolongación de la crisis europea. Los precios de las exportaciones de gas alcanzaron niveles históricos. El precio de exportación al Brasil en el semestre fluctuó entre 8,60 y 9,51 dólares por millón de de BTU, muy por encima de los precios del primer semestre del pasado año; entre 6,35 y 7,37 dólares por millón de BTU. El

precio de exportación a la Argentina se situó entre 10,62 y 11,08 dólares por millón de BTU, cuando en el primer semestre del pasado año había estado entre 7,6 y 8,77 dólares por millón de BTU. Los volúmenes exportados de gas también se incrementaron.

En el primer semestre los volúmenes promedio de exportaciones de gas a Brasil alcanzaron los 27,3 millones de metros cúbicos día, por encima de los 26,51 millones

de metros cúbicos día del primer semestre del 2011. Los volúmenes de exportación a la Argentina mostraron un crecimiento mayor, pasando de 6,95 millones de metros cúbicos día en el primer semestre del pasado año a 10,18 millones de metros cúbicos día el primer semestre del presente año.

La situación fue completamente diferente en el caso de la minería. Los precios promedios de los minerales que Bolivia produce y exporta ingresaron a partir del tercer trimestre del 2011 a una tendencia sostenida a la baja. Todos los precios cayeron en el primer semestre, cuando se los compara con igual período del pasado año; el preciodel estaño bajó en 26 por ciento, del plomo en 21 por ciento, del zinc en 15 por ciento, del cobre en 14 por ciento, del antimonio en 12 por ciento, y la plata en 11 por ciento.

La única excepción fue el precio del oro que subió en 14 por ciento. La caída ponderada en el precio de los minerales fue del 13 por ciento. Esta caída en los precios estuvo acompañada por una reducción de la producción de 5,6 por ciento en el primer semestre en relación a igual semestre del pasado año. La minería chica y cooperativista redujo su producción en 1,4 por ciento y la minería grande en 14,6 por ciento. En cambio la minería mediana incrementó su producción en 2,9 por ciento.

En el sector agropecuario los precios internacionales de alimentos y bebidas han estado en el primer semestre del año por debajo de los niveles alcanzados en el mismo período del pasado año. No obstante, a finales del semestre y principios de la segunda parte del año, estos precios han empezado a incrementarse de manera notable, impulsados por los reportes sobre la situación del Medio Oeste de los Estados Unidos, que atraviesa por la peor sequía en los últimos 50 años. Esto ha hecho que el precio del maíz, la soya y el trigo se incrementen fuertemente al final del semestre.

Recientemente la soya y el maíz han alcanzado precios históricos. Para el primer trimestre se estima un crecimiento del PIB agropecuario del 4 por ciento. El desempeño de los principales sectores productivos se reflejó en el comportamiento de las exportaciones del país. El valor de las exportaciones el primer semestre del año fue24,4 por ciento mayor al registrado el primer semestre del 2011, superando los US$ 5.000 millones, toda una marca. Este incremento provino de la expansión del valor de las exportaciones de hidrocarburos y las exportaciones no tradicionales, que fueron mayores al 44 por ciento. En cambio, las exportaciones de minerales cayeron en 4,2 por ciento. En el caso de los hidrocarburos el efecto precio explica el 80 por ciento del incremento del valor exportado. En cambio para las exportaciones no tradicionales el efecto volumen es el más importante, y explica el 84 por ciento de su incremento. Para la minería, las variaciones en el precio explican el 79 por ciento de la caída en el valor de estas exportaciones.

El mayor valor de nuestras exportaciones incrementó los ingresos, principalmente del sector público (por las exportaciones de hidrocarburos), pero también del sector privado (dominante en el sector de las exportaciones no tradicionales). Los ingresos por exportaciones de hidrocarburos del Sector Público No Financiero (SPNF), a mayo del presente año, fueron 22,9 por ciento mayores a los ingresos en el mismo período del pasado año, que junto al aumento de los ingresos tributarios (25,5 por ciento), explican el incremento de los ingresos fiscales del SPNF en 17,7 por ciento en el mismo período. Esto permitió una expansión del gasto, en el período analizado, de 14,9 por ciento. Hay que destacar el dinamismo de la inversión pública, que creció en 28,4 por ciento, y de las transferencias corrientes que crecieron en 25,6 por ciento.

Gracias a que los gastos totales crecieron menos que los ingresos totales, el SPNF terminó el mes de mayo con un mayor superávit al alcanzado al final del mismo período en el 2011. El incremento del ingreso del sector privado (debido al mayor valor de sus exportaciones, y la mayor demanda del sector público por bienes y servicios producidos por el sector privado), permitió una importante expansión del gasto privado; el gasto de consumo final de los hogares creció en 5 por ciento en el primer trimestre en relación al mismo período el pasado año. La inversión total (pública y privada) también tuvo un comportamiento dinámico, creciendo en 19 por ciento.

La mayor demanda agregada generó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que alcanzó al 5,2 por ciento en el primer trimestre del año. Las actividades que incidieron más sobre el crecimiento del producto fueron la expansión de los servicios no transables (actividades financieras, la administración pública, transportes y comunicaciones). En cambio la incidencia sobre el crecimiento del PIB de los sectores productivos fue más moderada (hidrocarburos y agricultura), o incluso negativa (minería). Si bien la industria manufacturera tuvo una importante incidencia sobre el crecimiento del PIB (0,8 por ciento), el escaso dinamismo de las exportaciones de manufacturas muestra que éstas se destinan principalmente al mercado interno. El mayor ingreso público y privado también se destinó a mayores compras de bienes externos; las importaciones crecieron en 14,8 por ciento, alcanzando también un registro histórico de US$ 3.802 millones en el semestre.

El fuerte incremento en el gasto de bienes no transables también se observó en el sector de la construcción. Este sector ha crecido muy dinámicamente (la tasa de crecimiento de su producto entre marzo del 2011 y marzo del 2012 fue de 11,5 por ciento). Este sector genera una gran cantidad de empleos, y ha sido el destino de una importante parte del crédito del sistema financiero (el 10 por ciento del crédito concedido por el sistema bancario se ha canalizado a la construcción, y el 30 por ciento a servicios inmobiliarios y de alquiler). Si bien el número de permisos de construcción aprobados entre enero y abril del presente año ha caído en relación al mismo período el pasado año, los metros de construcción aprobados han crecido en 1,6 por ciento. El dinamismo del sector también se ha reflejado en los costos de construcción que en el primer trimestre subieron en 10,2 por ciento en relación al mismo trimestre el pasado año.

La construcción se ha dirigido a viviendas destinadas a los segmentos de ingresos medios y altos, por lo que el actual dinamismo de la construcción parece no estar alcanzando a los sectores de ingresos bajos.

El incremento en el PIB, generado por el incremento de la demanda, se ha reflejado en la caída de las tasas de desempleo, que se situaron en el 5,7 por ciento el 2011, por debajo de los niveles registrados en los anteriores años (alrededor del 8 por ciento). Los sectores que generan mayor empleo, de acuerdo a datos del 2010, fueron el sector de comercio al por mayor y reparaciones (27 por ciento del total), seguido de la industria manufacturera (15 por ciento), transporte almacenamiento y comunicación (10 por ciento), construcción (8,2 por ciento) y restaurantes y hoteles (7,8 por ciento).

No obstante, gran parte de la población empleada continúa en el sector informal.

Dependiendo de la definición que adoptemos, entre el 59 por ciento (criterio de tamaño de la empresa), y más del 80 por ciento (criterio de protección social) de la población ocupada se encuentra en la informalidad. Por otro lado, si bien el salario mínimo ha crecido los últimos años, este aumento es modesto si se considera el salario real, debido a los niveles inflacionarios en los últimos años. El salario medio real del sector público y privado muestra una mejoría desde el año 2008, luego de una reducción entre el 2006 y el 2008. En el caso del sector privado el salario medio real está por debajo del salario medio real del 2005.

En el primer semestre del año las Reservas Internacionales Netas se incrementaron en 3,5 por ciento, equivalente a US$ 421 millones. El efecto de este crecimiento sobre la base monetaria fue compensado por la acumulación de depósitos del SPNF en el Banco Central de Bolivia (BCB); en el primer semestre los depósitos netos del SPNF en el BCB crecieron en 25,7 por ciento. Las operaciones de mercado abierto se incrementaron en el semestre, en algo más de US$ 268 millones. El resultado fue una reducción de la base monetaria en el semestre, pero comparada con junio del pasado año, la base monetaria a junio del presente año fue 20 por ciento mayor. Sin embargo, la inflación se ha mantenido baja. En el semestre se ha experimentado una inflación del 1,96 por ciento, aún cuando el capítulo de Alimentos y Bebidas registró una inflación mayor, del 3,51 por ciento, lo que posiblemente está afectando a los más pobres que destinan una proporción mayor de sus ingresos a la compra de alimentos.

El incremento de los ingresos también se reflejó en el desempeño del sistema financiero. Las captaciones del sistema bancario crecieron más de US$ 1.700 millones con relación al pasado año, un incremento de 21,2 por ciento. Las disponibilidades subieron en 20,5 por ciento en relación a junio del pasado año, y las inversiones temporarias en 28 por ciento. La cartera subió en 20 por ciento entre junio del 2011 y junio del presente año. Más de un tercio de la expansión de la cartera entre junio del 2011 y junio del presente año estuvo destinada al sector comercial (US$ 388 millones), otro tercio fue a servicios inmobiliarios, empresariales y de alquiler (US$ 347 millones). Otros sectores a los que se destinó el crédito en el período fueron la industria manufacturera y la construcción US$ 182,3 millones y US$ 115,6 millones, respectivamente. Los Fondos Financieros Privados (FFP’S) incrementaron sus captaciones en US$ 337 millones, un crecimiento de 44,8 por ciento con respecto a junio del pasado año. La cartera de los FFPs se incrementó en US$ 283 millones (37,6 por ciento), y las disponibilidades en 46 por ciento (US$ 106 millones). El 50 por ciento de la cartera de los FFP está concentrada en el comercio, y es a este sector al que se destinó la mayor parte del crédito los últimos 12 meses.

Las transacciones en la Bolsa Boliviana de Valores (BBV) también han crecido fuertemente. En el primer semestre del año se transaron casi US$ 4.000 millones, un 56 por ciento por encima de lo negociado en el primer semestre del pasado año; este es el mayor monto de negociado en un semestre desde que la BBV inició operaciones en 1989.

Pero la mayor parte del monto negociado corresponde a operaciones de instrumentos de renta fija, pues las operaciones con instrumentos de renta variable apenas alcanzaron al 0,6 por ciento del total. Dadas las condiciones de financiamiento vigentes (los bonos pagan una tasa de interés del 3 por ciento para emisiones a cuatro años, y hasta 4,9 por ciento para un financiamiento de 10 años, en Bolivianos), el sector privado debería recurrir más a este mercado para financiar inversiones y capital de trabajo, pero no lo hace. La falta de disposición a ser transparentes y la ausencia de un ambiente que fomente y proteja la inversión parecieran ser las razones de ello.

Lo cual nos remite a la reflexión inicial sobre el aprovechamiento de la bonanza. Como se señaló, si no hay mayores inversiones productivas, generadoras de empleo de buena calidad y capaces de ampliar las capacidades productivas nacionales, quiere decir que estamos disfrutando la bonanza, pero no la estamos aprovechando.

El evento culminó con preguntas y respuestas por part e de la audiencia y cerró con un vino de honor.

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