La primera planta de energía solar de gestión privada que se conecta a la red eléctrica local se ha inaugurado el pasado 31 de octubre. La instalación, que consta de nueve paneles solares con 228kwh de capacidad, se encuentra en la azotea de una casa privada en el barrio de Santa Teresa.

Pionero en este campo, el alemán Hans Rauschmayer, residente en la citada vivienda, a la vez que operador de la planta y director gerente de la empresa de energía solar Solarize, quiere dar a conocer las ventajas y potencialidades de la producción a pequeña escala. La instalación generará una significativa proporción del consumo diario de energía del apartamento, lo que derivará en un importante ahorro en la factura eléctrica.

A diferencia de Alemania, donde la inversión directa en pequeñas instalaciones fotovoltaicas particulares está muy extendida, esta aún es una práctica poco común en Brasil.

A pesar del gran potencial de la energía fotovoltaica en el país Latinoamericano -como resultado de la alta radiación solar, con niveles mayores que en Alemania-, sólo unos pocos hogares se benefician de ella todavía. Entre las principales razones se encuentran la falta de incentivos financieros (en forma de subsidios o programas de apoyo, por ejemplo), la importante inversión inicial requerida, así como la incertidumbre derivada de la insuficiente regulación en este campo.

A finales del año pasado, se produjo un importante avance en el ámbito legal, con la promulgación de una ley que regula el proceso de alimentación de la energía generada a partir de miniestaciones fotovoltaicas en el sistema público de electricidad y la concesión de licencias de la misma. De esta forma, los ciudadanos y las pequeñas y medianas empresas también pueden participar de los beneficios de las energías renovables.

Junto con Solarize, el proveedor local de energía Light, el grupo germano GIZ (Gesellschaft für internationale Zusammenarbeit en sus siglas en alemán), en colaboración con sus socios brasileños del “Instituto Ideal” de Florianópolis, han participado en la realización del proyecto en Santa Teresa.

Para Light, la instalación de la planta de energía solar y su conexión a la red eléctrica puede considerarse un proyecto piloto. A pesar de la falta de experiencia en este campo, la operación se llevó a cabo sin mayores dificultades en un plazo de tres meses. En estos momentos, la empresa brasileña está desarrollando cuatro proyectos similares en la ciudad carioca.

Por su parte, el grupo GIZ, basándose en los conocimientos técnicos adquiridos a raíz de su experiencia en Alemania, ha apoyado la construcción de la planta de energía solar entre la programación de proyectos que está llevando a cabo en la región.

Hans Rauschmayer ha recibido el “Selo Solar” para su miniestación de energía fotovoltaica. Con este certificado, el “Instituto Ideal” premia a aquellas instituciones públicas, particulares y empresas que generen más del 50% de su producción eléctrica a partir de la energía solar.

Todas las partes implicadas consideran el proyecto un gran éxito y un importante paso para promover la energía solar y establecer las bases que impulsen al desarrollo de nuevos micro-generadores. El presidente del “Instituto Ideal”, Mauro Passos, expresó su firme convicción de que la energía solar en Brasil se encuentra frente a una gran proyección futura por su indiscutible potencial.