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Reportajes internacionales

En la lucha entre el pasado y el futuro

de Eduardo Walsh, Hans-Hartwig Blomeier, Ann-Kathrin Beck

En plena contingencia México revoca logros importantes en el sector energético

Durante la crisis global, provocado por el COVID-19, ocurrió la caída más severa de precios de petróleo da las últimas décadas – particularmente preocupante para México, porque después de la Reforma Energética (RE) 2013 y los primeros pasos prometedores hacia una apertura y renovación del sector, el gobierno actual está canalizando todas sus inversiones hacia el petróleo. La idea es volver a los días de autosuficiencia energética y exportaciones de petróleo. Sin embargo, dado el panorama económico actual, el gran potencial de energías renovables debería agotarse, no detenerse. (Informe en alemán)

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Durante mucho tiempo los hidrocarburos han sido un motor importante de la economía mexicana, debido a las grandes reservas de petróleo y gas natural en el país. En el auge de los hidrocarburos en los 1980s los ingresos del sector petrolero representaban más del 40% del presupuesto nacional y el 12% del producto nacional bruto (PIB).  Sin embargo, por la caída de los precios del petróleo crudo y de los volúmenes de producción en México, estos ingresos están disminuyendo cada vez más. En 2016, la aportación al PNB era sólo del 1,7%. No obstante, con una participación del 17,7% en el presupuesto federal, las finanzas del gobierno siguen dependiendo del petróleo.

A pesar de que la producción de petróleo alcanzó su auge en el 2003 con un monto de 3,4 millones de barriles diarios, el gobierno de Vincente Fox (Partido Acción Nacional, PAN) era consciente de que los recursos restantes en el país sólo podían ser explotados aprovechando nuevas tecnologías. Pero, las inversiones privadas y extranjeras necesarias para ello no eran posibles dada la situación jurídica del sector de la energía aquél entonces. Las leyes tampoco permitían inversiones en energías renovables, aunque el país tiene un potencial enorme: las horas de sol son largas, los vientes fuertes, la densidad de población baja, existen biomasa y aguas para pequeñas centrales hidroeléctricas en abundancia. El Ministerio de Energía estima que se pueden generar hasta 125.984 GWh de energía anualmente. 

El primer intento de reforma del gobierno de Felipe Calderón (PAN) en el 2008 no se aprobó por descontento en la oposición. Pero en el siguiente sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto (Partido Revolucionario Institucional, PRI), los principales partidos mexicanos se unieron para formar el “Pacto por México” para hacer frente a los proyectos de reforma pendientes. Uno de ellos fue la ambiciosa reforma energética (RE), que fue aprobada en 2013 con el apoyo explícito del PAN, el partido de oposición más fuerte. En el curso de la reforma, se actualizaron doce leyes y se aprobaron ocho nuevas. Se modificaron 12 leyes existentes y se crearon ocho nuevas.

Después de logros iniciales, el gobierno actual decidió frenar la reforma y re-nacionalisar y petrolizar la energía en México. En el contexto de la incertidumbre alrededor de la contingencia sanitaria, revocaron contratos y suspendieron proyectos de energías renovables. Sin embargo, dado el panorama actual de la economía, México no puede permitirse ignorar el gran potencial de inversiones privadas y de las energías renovables, tanto como descuidar la inversión en ciencia y tecnología, solamente para seguir invirtiendo en los hidrocarburos. El rayo de esperanza son los gobiernos locales y el sector privado, ambos tomaron medidas para enfrentar el gobierno y sus decisiones recientes.

 

Lea el informe del país en lengua alemana en formato pdf.

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