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Notas de acontecimientos

NDCs: ¿Qué significa para las grandes ciudades de América Latina?

de Ilona Gremminger

Taller de Cierre

Durante el cuarto (y último) taller de la serie ''NDCs: ¿Qué significa para las grandes ciudades de América Latina?'', especialistas de México, Perú, Argentina y Brasil se dieron cita para debatir los resultados del estudio comparativo sobre la implementación de las metas del Acuerdo de Paris sobre el cambio climático (Contribuciones Determinadas a nivel Nacional, NDCs por la sigla en inglés).

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El encuentro, organizado en conjunto por el Programa de Seguridad Energética y Cambio Climático de la Fundación Konrad Adenauer (EKLA-KAS) y por el Instituto Internacional para la Sostentabilidad (IIS) contó con la presencia del director del programa EKLA-KAS, Christian Hübner en la sesión de apertura .

Sergio Margulis, del IIS, explicó la razón por la cual la no se podrán implementar las metas del Acuerdo de Paris sobre el Cambio Climático sin la participación activa de las grandes ciudades. En la actualidad, casi el 50% de la población mundial vive en ciudades y es responsable por la producción de aproximadamente el 85% de las emisiones de gas de efecto invernadero. En este sentido, se calcula que si se mantiene el presente ritmo de urbanización, la población que vive en ciudades será del 70% de la población total mundial al 2050. Un primer paso fundamental para mejorar la integración de las ciudades a nivel de la planificación e implementación de los objetivos climáticos es la coordinación de los objetivos climáticos urbanos con las contribuciones a nivel nacional sobre el cambio climático. El estudio comparativo NDCs: ¿Qué significa para las grandes ciudades de América Latina? coordinado por el IIS, será un aporte determinante en esa dirección.

Margulis presentó la implementación de los planes climáticos dentro del marco del ejemplo de tres ciudades brasileñas: Rio de Janeiro, San Pablo y Belo Horizonte. Durante la presentación del estudio comparativo, el hecho de que las emisiones de gases de efecto invernadero de Rio de Janeiro superan las de San Pablo sorprendió a los presentes, a pesar de que tanto la cantidad de habitantes cuanto el PIB de la ciudad de Rio equivale a la mitad de los valores de San Pablo. Esta situación inusual se debe al hecho de que hay más industrias con altas tasas de emisiones de gases de efecto invernadero en Rio de Janeiro. De acuerdo con Margulis, este ejemplo demuestra la importancia de identificar resultados inesperados en estudios comparativos e incorporar las explicaciones en el análisis del mismo.

En la segunda ocasión que Margulis hizo uso de la palabra, presentó los resultados del estudio comparativo para la implementación de los objetivos climáticos de Paris. Todos los países estudiados (Brasil, México, Argentina y Perú) y las grandes ciudades (Rio de Janeiro, Ciudad de México, Buenos Aires y Lima) redactaron objetivos climáticos y planes de acción, ya que, de acuerdo con Margulis, en muchas ocasiones, las ciudades desempeñan un papel preponderante. Sin embargo, comentó, es difícil comparar los objetivos climáticos urbanos con los objetivos climáticos nacionales, porque los procesos utilizados y los métodos de cálculo entre ambos planes difieren. Así mismo, se debe considerar que una comparación entre ciudades y países sólo puede realizarse si se comparan segmentos de áreas individuales, o sea, si se comparan los sectores de energía, industria y transportes. Se debe mejorar la cooperación y unificar conceptos en dichos sectores para consensuar una visión de futuro conjunta. De acuerdo con Margulis, indicadores y metodologías comunes no sólo simplificarían la comparación entre los objetivos climáticos a nivel municipal y nacional, sino que también brindarían la posibilidad de verificar el cumplimiento de los objetivos climáticos que, comenta Margulis, es fundamental, dado que hasta ahora la mayoría de los objetivos climáticos se establecieron a nivel político, sin mecanismos de verificación de cumplimiento de los mismos o alternativas jurídicas en caso de incumplimiento. Margulis concluyó la presentación con un comentario positivo: hay muchos actores de la sociedad civil dispuestos a brindar apoyo tanto a los gobiernos nacionales cuanto a las municipalidades en la implementación de los objetivos climáticos.

Una vez concluido el estudio comparativo, comenzaron las presentaciones más detalladas de los países y ciudades del estudio. Everton Lucero, del Ministerio de Medio Ambiente, fue el primer orador a nivel nacional que comentó la implementación de las NDC en Brasil. Comentó que el Ministerio de las Ciudades es el ente responsable por la cooperación entre las administraciones nacionales, de los estados y las municipalidades pero como el tema cambio climático no es de competencia del ministerio, se complica la cooperación entre dichas instancias administrativas en Brasil. Sin embargo, Lucero señaló que existen iniciativas en curso para una mejor coordinación en la lucha contra el cambio climático, como por ejemplo, la red CB27, que fomenta el intercambio de datos sobre el tema administración climática entre capitales brasileñas. A continuación, Conrado Laigle de la Asociación Civil de Estudios Populares (ACEP), abordó el tema de la situación argentina y la implementación de las NDC. Explicó que, tras una postura inicial reticente durante la Cumbre del Clima en Paris, Argentina se tornó un aliado importante del acuerdo tras el cambio de gobierno a fines del 2015, y asumió el compromiso de una reducción del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero comparada al escenario de referencia business as usual al 2030. Isabel Calle, de la Sociedade Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), comentó la implementación de las NDC en Perú. Aclaró que su país enfrenta grandes desafíos, especialmente en lo que concierne a la introducción de mejoras ambientales en el sector de transportes. Se plantearon muchas iniciativas de lucha contra las emisiones durante la etapa preparatoria de la conferencia COP 20 en Lima en el 2014, pero desafortunadamente, varias fueron olvidadas después de la conferencia. Ella plantea la necesidad de una mayor cooperación entre las administraciones de las ciudades – especialmente Lima – y el gobierno nacional, que contaría con el apoyo de grupos de trabajo intersectoriales y que funcionarían en los diferentes niveles administrativos. El último orador fue José Alfredo Vargas Gómez, de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (SEMANART). México asumió el compromiso en Paris de una reducción del 22% de gases del efecto invernadero comparado al escenario de referencia business as usual. A pesar de que el marco regulatorio nacional para todos los temas climáticos es la Ley General de Cambio Climático del 2012, las autoridades a nivel regional desempeñan un papel fundamental en la protección del clima en México, concluyó Gómez.

Flávia Carloni de la Subsecretaría de Planificación y Gestión de Rio de Janeiro explicó que la ubicación geográfica de la ciudad entre el mar y las montañas es de especial vulnerabilidad ante las consecuencias del cambio climático y sufrirá efectos como el aumento del nivel del mar y deslaves de tierra. Por dicha razón se realizaron inversiones en medidas de protección y adaptación. De acuerdo con Nahuel Pugliese de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), cuando se habla de Buenos Aires, se debe tener en cuenta que la población flotante que se desplaza diariamente a la ciudad es de aproximadamente 3 millones de personas. Por esta razón, la ciudad implementó la primera iniciativa de lucha contra el cambio climático en el 2003 y por lo tanto podrá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en relación al escenario de referencia business as usual un 10% al 2030. Pugliese comentó que en la Argentina también existen algunas iniciativas de coordinación de medidas entre Buenos Aires y el gobierno nacional, pero que aún queda mucho por hacer. De acuerdo con Anna Zucchetti, ex-gerente del Servicio de Parques de Lima, también hay varios planes de acción de lucha contra el cambio climático en Lima. Sin embargo, el desafío es poner en práctica dichas iniciativas, dado que la falta de infraestructura y de personal especializado impide su implementación. Históricamente, gran parte de la responsabilidad era de competencia de las subalcaldias de Lima. De acuerdo con Zucchetti, esta situación cambiará y habrá una mejor coordinación, especialmente en los sectores que cubren diferentes barrios, como el transporte y la recolección de residuos urbanos. La última presentación estuvo a cargo de Oscar Vázquez, de la Secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México, que confirmó que los planes de acción para el clima tampoco son una novedad para la Ciudad de México, que cuenta con el primer plan de acción desde el año 2000. Vasques presentó otros programas innovadores, como el programa Hoy No Circula, que desde 1989 prohíbe la circulación del 20% de los automóviles (por chapa) un día de la semana, con un ahorro de 2.599.843 t de emisiones de CO2.

Los aportes de los diferentes países y de las diferentes ciudades demuestran la gama de desafíos que enfrentan los gobiernos actualmente. Los cuatro países comparten la necesidad de mejorar las instancias de cooperación tanto entre las diferentes administraciones municipales cuanto entre los gobiernos a nivel municipal y nacional en pro de la consecución de los objetivos climáticos de Paris para aportar lo suyo a la lucha global contra el cambio climático.

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