En la primera parte del programa, Ricardo Valverde, consultor del Centro de Asesoría y Promoción Electoral, CAPEL, del Instituto Interamericano de Derechos Humanos destacó que el tema de la tecnología es un asunto que se discute en la región latinoamericana desde hace más de dos décadas y que tiene varios enfoques: uno técnico y otro, sobre participación política.

Estableció que la tecnología se ha venido utilizando como forma de automatizar las etapas de los procesos electorales a través de los diferentes y desarrollados formatos electrónicos de voto y transmisión de resultados; sin embargo, enfatizó que la modalidad más adecuada será la que responda a los valores predominantes y al grado de confianza en el régimen electoral y en los organismos electorales de cada Estado.

Respecto del voto electrónico expuso que la polémica se centra en cuatro aspectos: costos, posible vulnerabilidad, inadaptación al marco normativo y dificultades en la implementación.

Los efectos más importantes de la implementación del voto electrónico que se han establecido empiezan por la modificación legislativa y de la estructura básica de los procesos electorales; todo lo relativo a la justicia electoral -medios de impugnación, elementos probatorios-; cambio en régimen de observación y fiscalización; y por sobre todo, confianza y acción de todos los actores del sistema. Asimismo implica una transformación en la forma como opera todo el sistema -etapas previas y posteriores-. El impacto recae sobre las oficinas técnicas de los órganos electorales y desde luego se hace necesario contar con el apoyo de las empresas privadas para la adquisición de equipos. Constituye una oportunidad importante para la cooperación internacional; pero sobre todo, revela la necesidad de contar con consensos políticos.

Finalizó expresando que dentro de modernización de los sistemas electorales, la informatización es un paso ineludible, pero que es necesario hacer legitimación ante el electorado y otros actores relevantes (decisión de Estado); realidad clave para el éxito de la aplicación de un proyecto de carácter electrónico”.

En la segunda jornada, los participantes tuvieron la oportunidad de conocer ampliamente sobre la experiencia de voto electrónico en Panamá, a través de la Participación de Jack Álvarez, Jefe del Departamento de Desarrollo de Sistemas en la Dirección de Tecnología de la Información y Comunicaciones (DTIC) del Tribunal Electoral de Panamá; asimismo, intervinieron los representantes de Costa Rica y desde luego Guatemala. También tuvieron la oportunidad de conocer la experiencia mexicana respecto del uso de la tecnología para la promoción del voto en el extranjero.

Como resultado del encuentro, los participantes establecieron los siguientes desafíos:

Respecto del voto electrónico:

-Atender la percepción negativa respecto de los aspectos de seguridad por fraudes (hackers por ejemplo)

-Abandonar la práctica de aprender a golpes, especialmente respecto de planes de contingencia por fallas técnicas

-Considerar el costo de los equipos y los asuntos vinculados a las compras y contrataciones públicas.

-Trabajar en los consensos para generar credibilidad, legitimidad y confianza de los actores (partidos políticos, sociedad civil, otros actores públicos)

-Superar la necesidad de altos conocimientos en los integrantes de las mesas receptoras

Respecto del voto en el extranjero

-Fomentar el registro y la participación en el extranjero. Las redes sociales constituyen una herramienta importante.

-Realizar un balance entre costo y participación respecto de la modalidad de voto adoptada