Capital Humano y Social (CHS) en colaboración con la Fundación Konrad Adenauer y USAID ha elaborado el libro “Las economías criminales y su impacto en el Perú”, el cual explora el trasfondo de la tala ilegal, el contrabando en la frontera sur, la explotación y trata de personas, la minería informal, y la usurpación mafiosa de propiedades públicas y privadas.

El libro se presentó el miércoles, 16 de septiembre del 2021, en un evento en vivo vía Facebook Live. Tras unas breves palabras de bienvenida y apreciación por parte de Dr. Andrés Hildebrandt, coordinador de proyectos de la KAS Perú y de Martín Castro Gargurevich, coordinador de proyectos de USAID, estuvieron presentes los autores del libro: Ricardo Valdés Cavassa, gerente general de CHS S.A. y director ejecutivo de CHS Alternativo; Dante Vera, gerente de V&C Analistas y analista senior asociado de CHS S.A; y Carlos Basombrío, exministro del Interior e investigador en seguridad, conflictos sociales y temas conexos.

En un inicio, Ricardo Valdés Cavassa destacó que el Perú se encuentra en un momento significativo en cuanto a las nuevas dinámicas que se darán con respecto al manejo de las economías ilegales por el nuevo gobierno. Asimismo, acentuó que, aunque el Perú dispone de uno de los marcos legales más extensos en América Latina para luchar contra el crimen organizado, el Estado tiene que enfrentar muchas dificultades, considerando en especial que las diferentes formas de actividades ilegales están interrelacionadas.

Por otro lado, Dante Vera Miller argumentó que las economías ilegales se están convirtiendo en una de las amenazas más grandes para la seguridad nacional. A causa de la pandemia, estas han experimentado un crecimiento exponencial por el hecho de que muchos ciudadanos regresaron a sus lugares de origen, en donde, por falta de un trabajo formal, se involucraron en actividades ilícitas. Esto ocurre especialmente en zonas fronterizas donde la presencia del Gobierno es mínima y organizaciones criminales internacionales asumieron el control.

Finalmente, Carlos Basombrío Iglesias resaltó los rasgos principales de las economías ilegales. Por un lado, las actividades ilegales no son hechos asilados, más bien existe un nexo entre lo legal e ilegal. Además, existen sinergias entre las diferentes formas de actividades criminales, como por ejemplo entre la minería ilegal y la trata de personas y todas estas formas están relacionadas con el lavado de activos y la violencia. Asimismo, argumentó que la pobreza y la falta de oportunidades son los factores más importantes para el involucramiento de la población en la economía ilegal. Sin embargo, el estudio pudo comprobar que la mayor parte de los ingresos generados por actividades ilegales no beneficia a la población sino más bien a actores internacionales. Destacó que las economías ilegales mueven 7.565 millones de dólares al año, de los cuales la mayor parte es generada por la minería ilegal de oro (2.511 millones de dólares) seguida por la trata de personas (1.300 millones de dólares) y el tráfico de terrenos y la usurpación de propiedades (1.100 millones de dólares). El especialista argumentó que, para hacer frente a este fenómeno, es necesario tener en cuenta factores exógenos, como el precio del oro o el aumento de la demanda de madera, y es indispensable fortalecer ciertos factores endógenos, como la reducción de la pobreza, el aumento de las capacidades institucionales y la presencia del Estado.