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Notas de acontecimientos

Ensayo sobre la tristeza

Derechos Humanos y problemas de trata de personas en Bolivia

En el KAS Análisis 01/2013 se presenta la investigación de Franco Gamboa y Pamela Alcocer, “Ensayo sobre la tristeza: Derechos Humanos y problemas de trata de personas en Bolivia” el cual saca a la luz un fenómeno todavía poco estudiado por las ciencias sociales, en particular en América Latina, y que es objeto de un tratamiento mediático orientado hacia el sensacionalismo y la escasez de datos empíricos fundados. Contribuye, por lo tanto, a la comprensión de un problema poco y mal conocido, y debe marcar el punto de partida de un conjunto de investigaciones científicas sobre este tema.

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“Ensayo sobre la tristeza: Derechos Humanos y problemas de trata de personas en Bolivia”

El 17 de octubre en el salón Illimani del Hotel Radisson en La Paz y el 23 de octubre en el Colegio de Abogados de Chuquisaca en Sucre, se presentó el KAS Análisis 01/2013 que presenta la investigación sobre trata y derechos humanos en Bolivia de los investigadores Franco Gamboa y Pamela Alcocer.

La nueva Constitución Política del Estado reconoce y garantiza un amplio catálogo de derechos humanos. Sin embargo, la capacidad de un Estado para proteger y hacer cumplir los mismos no permite poder medir la calidad de su democracia y sus instituciones. En Bolivia, lamentablemente hay una distancia considerable entre el mandato de la ley y su cumplimiento. Los ciudadanos depositaron mucha confianza en la nueva Constitución, pero muchos se ven decepcionados percibiendo que las instituciones estatales no son lo suficientemente fuertes ni tampoco tienen la capacidad para poder cumplir con sus preceptos constitucionales.

Pamela Alcocer y Franco Gamboa opinan que el sistema de protección de los derechos humanos en Bolivia está en crisis. En el presente libro, ilustran esta tesis mediante el análisis de la trata de personas, un problema social que ha aumentado de manera alarmante en los últimos años. Ese delito implica una serie de violaciones a los derechos humanos y a las libertades individuales de las personas, causando daños psicológicos y a veces físicos irreparables en las víctimas, reduciéndolos a un estado de mercancía y robándoles, de esta manera, toda dignidad humana.

La trata y el tráfico de personas es parte del crimen organizado y es un fenómeno presente en la gran mayoría de los países del mundo, Bolivia no es la excepción. Sin embargo, difiere la capacidad de respuesta de los diferentes Estados para enfrentar la problemática. Alcocer y Gamboa destacan que las instituciones democráticas en Bolivia no tienen la capacidad suficiente de proteger los derechos humanos de sus ciudadanos. Analizan los problemas de corrupción e insuficiencia personal y material en la policía nacional y del Órgano Judicial para realizar las investigaciones policiales y jurídicas necesarias de manera eficaz. Además, destacan que el diseño institucional y legal para combatir la trata de personas no es el adecuado.

Los diferentes estudios sobre el tema enseñan también que se trata de una actividad muchas veces lucrativa y cuyos varios responsables están vinculados con las redes internacionales del crimen organizado. Si la trata de personas no es un problema específico para Bolivia, cabe poner en perspectiva la posición geográfica de este país en el centro de América del Sur y, por lo tanto, su ubicación como plataforma y lugar de tránsito privilegiado entre las orillas del Océano Pacífico, Atlántico y Caribeño del continente. A falta de ser un lugar exclusivo de la trata de personas en el ámbito mundial, se puede suponer legítimamente que Bolivia desempeña un rol clave en los flujos de individuos, víctimas de este delito.

La trata conduce a las víctimas hacia una situación de invisibilidad y marginalidad social, la mayoría no siendo nunca identificados y aún menos ayudados. Aunque revela ser un fenómeno antiguo y constante, es posible notar que la trata de las personas se ha desarrollado significativamente desde inicios de los años noventa, siguiendo, asimismo, la aceleración del movimiento de mundialización y reflejando una de las manifestaciones más sintomáticas de la expansión del capitalismo globalizado y del gran mercado de bienes, servicios y personas que engendra.

Ni la sociología, ni la antropología han logrado avanzar hasta hoy una definición científica –es decir distanciada de los sentimientos morales, de la moraleja humanitaria y superando las perspectivas políticas– acerca de la trata de personas. Frente a la necesidad de proponer una definición precisa y consensual de este fenómeno, se puede intentar delimitar los factores que lo estructuran y le dan una consistencia empírica en la actualidad boliviana y mundial.

La trata de personas tiene que ser resituada en el cruce de los fenómenos de migración y prostitución. Este ángulo de lectura del problema no es exclusivo y puede ser completado o ajustado de acuerdo con los

contextos de observación de esta práctica. La trata remite, frecuentemente, a la prostitución pero revela en realidad una forma peculiar de esta actividad social que despliega una importante heterogeneidad en sus manifestaciones, modalidades de existencia e implicancias sociales.

La Fundación Konrad Adenauer trabaja en el marco de su cooperación internacional hace 51 años con el afán de prestar un aporte al cumplimiento eficaz de los derechos humanos en todo el mundo. La presentación de investigación es una muestra de ello, puesto a que es un aporte a la literatura y la profundación del debate sobre la temática.

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