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Notas de acontecimientos

Strategic Foresight: The Road Ahead - Fit for 2024

Evento de formación política con motivo del Congreso Anual de las Juventudes del Partido Popular Europeo (YEPP) en cooperación con el Centro Wilfried Martens de Estudios Europeos

La oficina exterior de la Fundación Konrad Adenauer en España y Portugal, en cooperación con el Centro Wilfried Martens de Estudios Europeos, organizó un evento de educación política del 16 al 18 de junio de 2023 en Braga, Portugal, durante el cual tuvieron lugar varios paneles de debate sobre el futuro de los partidos de centro-derecha en Europa, la importancia de la tecnología verde para la economía europea, el futuro geopolítico de Europa en el mundo, así como el "Estilo de Vida Europeo". El acto educativo tuvo lugar con ocasión del Congreso Anual de las Juventudes del Partido Popular Europeo (YEPP) de este año, al que asistieron 250 jóvenes activistas políticos de toda Europa.

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El acto fue inaugurado por Roberta Metsola (Presidenta del Parlamento Europeo), Luís Montenegro (Presidente del Partido PSD) y Lidia Pereira (eurodiputada y Presidenta de la organización juvenil YEPP). Debatieron con el público los retos políticos portugueses actuales, así como las elecciones europeas de 2024, los desafíos específicos de las mujeres en la política, la participación política de los jóvenes y la guerra de invasión rusa en Ucrania. (Foto 1)

 

Mesa redonda: El futuro del centro-derecha

 

Pedro Duarte (Director de Asuntos Corporativos, Externos y Legales de Microsoft Portugal y Coordinador del Centro de Estrategia Nacional del PSD) y Paulo Núncio (Miembro de la Junta Directiva del CDS-PP y ex Secretario de Estado de Finanzas en el Ministerio de Finanzas portugués) presentaron su visión sobre el futuro de los partidos de centro-derecha. Se debatieron temas como el auge del populismo, los retos de la digitalización y las posibles estrategias para afrontarlos. (Foto 2+3)

 

Paulo Núncio identificó la lucha contra el populismo como el mayor reto para los partidos de centro-derecha y la democracia y presentó posibles soluciones. El populismo se caracteriza por la promesa de poder satisfacer a los ciudadanos de forma supuestamente monocausal e inmediata, para lo cual, sin embargo, se ofrecen falsas soluciones que no se corresponden con la realidad. Un ejemplo típico es el Brexit, que no ha traído las mejoras prometidas. Subrayó que especialmente los partidos liberal-conservadores, que a menudo se ven a sí mismos como partidos de gestión y gobierno, deben por tanto comunicarse más rápido, mejor y más directamente con los ciudadanos para restar atractivo a los populistas. Además, es necesario que los partidos de centro-derecha combinen sus valores con debates ideológicos, vinculen pragmáticamente las ideas programáticas existentes con nuevas visiones de futuro y sigan siendo siempre los garantes fiables de la seguridad exterior (OTAN) y la prosperidad económica. La peor respuesta, argumenta, es simplemente ignorar los problemas, como algunos partidos liberal-conservadores llevan años haciendo en Europa en cuestiones como las consecuencias de la globalización, la inmigración ilegal y el aumento de la desigualdad social. La idea de los populistas de que Europa está en declive no se corresponde con la realidad de las democracias occidentales, que siguen funcionando mejor que cualquier otro régimen. Para fortalecer Europa, Núncio subrayó la importancia de la competitividad, el crecimiento económico y el rechazo de los planteamientos socialistas. También dejó claro que el cambio climático no debe ser una preocupación exclusiva de los partidos de izquierdas, sino una preocupación común de los liberal-conservadores, ya que una economía verde y climáticamente neutra también ofrece muchas oportunidades reales de modernización para la sociedad.

 

Pedro Duarte examinó el desarrollo histórico de las ideologías del comunismo, el fascismo y el liberalismo desde el siglo XIX y, basándose en Harari y Fukuyama, llegó a la conclusión de que la complejidad de las sociedades contemporáneas debido al cambio tecnológico, la fragmentación social y la desaparición de las clases medias en Occidente plantean nuevos retos para la existencia futura del liberalismo. Con la ayuda de la curva del elefante, creó una relación causal entre el estancamiento de los ingresos de la clase media occidental y el aumento de la polarización política desencadenada por las expectativas defraudadas de -si no una mejora, al menos- una preservación de sus condiciones de vida. Los partidos populares de centro-derecha también tendrían que reconocer que el hecho de que las ocho personas más ricas del planeta dispongan hoy del mismo capital que los 3.400 millones de personas más pobres contribuye al aumento de las tensiones sociales. El peligro de desintegración de la sociedad se ve exacerbado por la creciente importancia de la inteligencia artificial. El aumento de la potencia de cálculo de la IA, la creciente cantidad de datos disponibles y la solidez de los algoritmos, unidos a una economía de datos en constante expansión, provocarán trastornos en el mercado laboral y en muchos otros ámbitos de la convivencia que aún no se pueden clasificar con precisión, pero que serán considerables a largo plazo y tendrán también graves repercusiones en la configuración de los sistemas políticos.

 

Duarte desaconseja formar coaliciones con partidos populistas que se pronuncien contra el euro, contra la OTAN o contra Europa, y en su lugar sería más aconsejabl que los partidos del centro-derecha se dirigieran directamente a las preocupaciones de la propia clase media europea. En particular, los partidos liberal-conservadores europeos deberían ser mucho más activos y constructivos en cuestiones candentes del futuro, como la IA y sus incertidumbres. Al hacerlo, los Estados democráticos no deben poner en peligro la sociedad libre, lo que, sin embargo, no excluye que el Estado preste asistencia a los débiles y desfavorecidos, teniendo en cuenta el principio de subsidiariedad, en la medida en que el Estado sea más eficaz en el desempeño de sus tareas. Los jóvenes también deberían involucrarse más en la formulación de políticas.

 

Mesa redonda: Economía - Transformación y tecnologías verdes

 

En una mesa redonda con los expertos Vladimiro Feliz (Presidente, Smart Cities/ Director, Parque Tecnológico CEiiA, Matosinhos) y Carlos Oliveira (antiguo Secretario de Estado portugués para el Emprendimiento y cofundador de la Fundación José Neves), se debatió la situación y los retos en relación con el cambio climático y la transformación hacia una sociedad sostenible. (Foto 4)

 

Vladimiro Feliz se mostró convencido de que la financiarización del comercio de CO2 no es el camino correcto. En su lugar, dijo, es necesario implicar activamente a los usuarios y consumidores en el desarrollo y uso de productos neutros en CO2. Abogó por utilizar la tecnología blockchain para desarrollar un nuevo sistema de indicadores que permita medir el impacto medioambiental de un producto a lo largo de toda la cadena de valor.

 

Carlos Oliveira considera indispensable que Europa invierta más en educación y cambio cultural para no perder su conexión tecnológica con los líderes mundiales, especialmente en el campo de la tecnología verde. Hoy en día, las principales empresas tecnológicas son casi todas estadounidenses o chinas. Europa realiza una buena investigación básica, pero no suele estar en condiciones de transferir luego los conocimientos a la industria para fabricar productos escalables y competitivos en todo el mundo. En particular, la estricta regulación del mercado interior de la UE en comparación con EE.UU. o China impide a las empresas crecer lo suficiente. No hay que permitir que Europa degenere en un museo, sino que ofrece potencial para seguir siendo competitiva a escala internacional con una desregulación adecuada. El ejemplo de las energías renovables demuestra que una parte importante de la investigación básica se originó en Europa, pero la tecnología se produce ahora en China.

 

Subrayó que la educación y la innovación son las claves para hacer frente al cambio climático. Europa es competitiva en ciencia, pero no consigue traducir estas ventajas en éxito económico, afirmó. Oliveira subrayó la importancia de la transferencia de tecnología y el desarrollo de empresas basadas en energías renovables. Pidió la creación de condiciones equitativas y la reducción de la burocracia para maximizar los beneficios económicos de la transición energética. Oliveira advirtió de las consecuencias del cambio tecnológico para el mercado laboral y subrayó la necesidad de invertir en educación para hacer frente a estos retos.

 

Mesa redonda: Europa en el mundo - Geopolítica

 

Nicolas Pascual de la Parte (Embajador de España y representante especial para la ciberseguridad y amenazas híbridas del Ministerio de Asuntos Exteriores de España) y Raquel Vaz Pinto (Profesora de Relaciones Internacionales con especialización en Asia, Universidad Nova de Lisboa) coincidieron en que Europa está perdiendo influencia a nivel internacional y, en consecuencia, necesita ser mucho más activa y estratégica en política exterior, de seguridad y de defensa para poder defender al menos algunos de los intereses fundamentales del continente (por ejemplo, defender el Derecho internacional o el principio del Estado de Derecho). (Foto 5)

 

Nicolas Pascual de la Parte comenzó recordando que no existe un orden mundial natural. El orden internacional resulta siempre de la relación entre las grandes potencias. Hoy en día, Europa no tiene el estatuto de gran potencia, sino sólo EE.UU. y, en cierta medida, China. El sistema internacional se caracteriza actualmente por un reparto asimétrico del poder en un orden mundial multipolar, en el que compiten China y Estados Unidos. No está claro quién saldrá victorioso de este enfrentamiento. Las épocas en las que el orden mundial se encuentra en una fase de transición son siempre peligrosas porque la incertidumbre resultante y la falta de institucionalización de los conflictos pueden conducir fácilmente a reacciones equivocadas. En los últimos cinco siglos, sólo ha habido cuatro transiciones de poder a escala mundial que terminaran sin una confrontación abierta: el Tratado de Tordesillas; el traspaso de la supremacía marítima de Gran Bretaña a EEUU; la Guerra Fría; y la cooperación franco-alemana en el marco de la Unión Europea.

 

La diferencia decisiva hoy en día es que el orden mundial internacionalmente interconectado ya no permite un esquema clásico de amigo-enemigo entre EE.UU. y China, razón por la cual no tiene realmente sentido hablar de una disociación completa entre Occidente y China. En el ámbito de las finanzas internacionales, Europa y EE.UU. están tan intensamente entrelazados con China (especialmente en lo que respecta a la deuda nacional) que China debe seguir siendo entendida como un socio en este ámbito, incluso en el curso de una supuesta intensificación de los conflictos. En el ámbito de la economía y el desarrollo tecnológico, se compite con China por la innovación y el establecimiento de nuevas normas, mientras que en el ámbito del armamento militar, la influencia política del poder mundial y la hostilidad a la democracia, se puede hablar de hecho de China como rival del sistema. Por tanto, cualquier estrategia de seguridad de Occidente debe plantearse siempre en los tres niveles de asociación, competencia y rivalidad de sistema para tener éxito.

 

Rusia, por su parte, es sólo una potencia regional en el siglo XXI. Putin había juzgado mal la reacción de Occidente a la invasión de Ucrania tras la retirada estadounidense de Afganistán. Esto también se debe al eterno dilema de los regímenes autoritarios, que tienden a ocultar información honesta a los dirigentes políticos porque tales regímenes se basan en la mentira y la corrupción, que a su vez conducen a decisiones políticas equivocadas. Los Estados miembros de la UE pueden estar orgullosos de su unidad hasta ahora en el apoyo a Ucrania, pero también tienen que estar preparados para una guerra de larga duración. Por lo tanto, es necesario ampliar y desarrollar la Política Europea Común de Defensa como instrumento complementario a la OTAN.

 

Raquel Vaz Pinto (Profesora de Relaciones Internacionales con especialización en Asia, Universidad Nova de Lisboa) habló de los retos y las opciones a los que se enfrenta Europa en la actual rivalidad sistémica mundial entre Estados Unidos y China. Subrayó la necesidad de salir de la burbuja europea y adoptar una perspectiva internacional más amplia. El centro de gravedad de las relaciones internacionales se está desplazando notablemente del Atlántico al Indo-Pacífico, lo que significa que los europeos deben darse cuenta de que forman parte cada vez más de la periferia mundial y de que están perdiendo influencia global. Cree, a diferencia de Pascual de la Parte, que a largo plazo Europa tendrá que decidir si se une a Estados Unidos o a China. La diversificación de los suministros de materias primas y el refuerzo de la autonomía de Europa se mencionaron como factores clave para la dirección estratégica de la UE. Pinto también destacó los retos que plantea la creciente asertividad y ambiciones militares de China, y hasta qué punto la concentración de poder de Xi Jinping, que rompe con el tradicional equilibrio de poder entre varios órganos del Partido Comunista Chino, está desestabilizando también internamente el sistema político chino. Señaló que Rusia depende cada vez más de China. Subrayó la necesidad de un discurso público sobre las cuestiones de mitigación de riesgos en la dependencia de las tierras raras, sopesar las consecuencias de la disociación global, proteger los sectores estratégicos de la ciberseguridad y la inteligencia artificial, así como un compromiso más profundo con la estrategia rusa para desarrollar el Ártico.

 

Al día siguiente, Margaritis Schinas, Vicepresidente de la Comisión Europea, clausuró el acto con una presentación sobre el futuro del "modo de vida europeo". Invitó a los presentes a participar activamente en el futuro de Europa y presentó varios escenarios sobre cómo la UE podría afirmarse en el futuro. (Foto 6)

 

Margaritis Schinas insistió en la necesidad de un gran despertar geopolítico europeo y subrayó la importancia de la soberanía en materia de defensa y comercio para proteger el modo de vida europeo. Señaló la presencia de rivales como China, Rusia y la incertidumbre sobre el futuro tras la presidencia de Joe Biden en EEUU. Schinas abogó por aunar esfuerzos como Unión de 27 y utilizó la expresión "Seamos los Churchill, no los Chamberlain".

 

Texto: Martin Friedek/ Víctor Pedrero

Fotos: ©kas.de/spanien & ©youthepp.eu

 

 

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