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El evento fue introducido por Carlos Álvarez, quien acentuó que la Encíclica del Papa ofrece una base amplia para una discusión y que expone un diagnostico muy radical de la actual situación.

Asimismo Eugenio Frei subrayó la importancia del comienzo de un dialogo sobre estos desafíos, antes de pasar la palabra al Ministro del Medio Ambiente Pablo Badenier, quien analizó el tema de una perspectiva más bien política. Badenier señaló, que la publicación de la Encíclica en 2015 no era coincidencia, sino el momento justo y necesario para subrayar la importancia de la XXI Conferencia sobre el Cambio Climático, que se realizará a fines del año en Paris. El Ministro también acentuó que Chile - con 0,26% - es uno de los países que menos contribuye a la emisión global de gases de efecto invernadero, pero que es uno de los países más efectuados. Por eso una reorientación de cada uno será necesario y la inclusión de la ciudadanía en el problema del medio ambiente fundamental. Además subrayó, que Chile tiene „la bendición de la diversidad del ecosistema“ y que 20% de su territorio están bajo protección.

En consecuencia habló Fredy Parra de la Pontifica Universidad Católica de Chile quien destacó el aspecto teológico de la Encíclica. “Somos parte de la creación de Dios y por eso somos responsables por la conversación de nuestra tierra.” El Papa Francisco criticó en su escritura que la humanidad ha perdido su conexión a la naturaleza. Habría que recordarse que en el mundo todo está conectado y que por eso hay que contemplar todos los problemas de contaminación ambiental y del cambio climático en un junto aspecto a la convivencia social, política y económica. En esta discusión no se trate de reformas separadas, sino de un nuevo comienzo.

El economista José Miguel Sánchez destacó la particularidad de esta Encíclica, que esa se dirige a la humanidad entera y no sólo al mundo católico. Además no es solamente una Encíclica “verde” sino la descripción de una crisis socio-económica compleja, que conecta los problemas de la pobreza en el mundo, la injusticia social y problemas del medio ambiente. Por eso existe la necesidad de instalar reglamentaciones internacionales y fijarlos en acuerdos obligatorios.

En la discusión abierta al final quedó clara una vez más que los desafíos del cambio climático solo se pueden resolver si todos cambien su mentalidad. Además se destacó que la actual generación es la primera que sufre de los efectos del cambio climático y la última que lo pueda impedir.