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Daniel Augusto | Cuartoscuro.

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IX Cumbre de las Américas: ¿error estratégico?

de Patricio Garza

KASBLog: análisis y opinión

Las decisiones tomadas desde la Presidencia en materia de política exterior han sido objeto de debate para muchos. En una histórica cita que reunió a los líderes más importantes de América Latina, el presidente López Obrador optó por ausentarse y enviar en su representación a su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. ¿La razón? Que el presidente Joe Biden no invitara a Cuba, Venezuela y Nicaragua. Con esto, una vez más se coloca del lado de países que no respetan la democracia ni los derechos humanos, una postura constante que pone en entredicho las relaciones de mayor importancia estratégica para México.

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Las decisiones tomadas desde la Presidencia de la República en materia de política exterior en la actual administración han sido objeto de debate para muchos. Desde la acogida en México de Evo Morales, hasta la puesta “en pausa” de las relaciones con España, las acciones del Ejecutivo han motivado el debate y la crítica de diversos especialistas y profesionales de la diplomacia. La más reciente fue la de la IX Cumbre de las Américas, celebrada entre el 6 y 10 de junio en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos. En una histórica cita que reunió a los líderes más importantes de América Latina, entre ellos los presidentes de países como Brasil, Chile, Colombia, Perú o Argentina, el presidente Andrés Manuel López Obrador optó por ausentarse y enviar en su representación a su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. ¿La razón? Que el presidente Joe Biden no invitara a Cuba, Venezuela y Nicaragua, lo cual fue calificado por el gobierno mexicano como un “error estratégico” de los estadounidenses[1]. Esta declaración de México sienta un precedente en la relación con su socio más importante y abre nuevamente el debate.

La decisión del presidente Biden: ¿error estratégico?

La Cumbre de las Américas se celebra generalmente cada tres o cuatro años y reúne a los principales líderes del continente americano que son miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). Las invitaciones están a cargo del país anfitrión de la cumbre y siempre han generado “ruido”, especialmente cuando se trata de Cuba, y esta ocasión no fue la excepción. Biden no invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela bajo la premisa de ser países no democráticos y donde no existe un respeto a los derechos humanos. Basta con hacer un repaso sobre los últimos acontecimientos en cualquiera de esos tres países para darse cuenta de que Biden no se equivoca.

En un contexto global en donde un gobierno autoritario como el de Rusia está invadiendo a Ucrania en detrimento de su población e independencia como nación, es comprensible no dar cabida a líderes con la misma orientación. Además, en un momento en el que el auge de China representa una alternativa cada vez más importante para muchos países en América Latina no sólo económica, sino políticamente, resulta imperante la necesidad de restablecer un orden democrático en la región. El mensaje de Biden fue claro y contundente en cuanto a este punto durante sus intervenciones en la cumbre[2]. Desde luego, esto representa un reto de enormes dimensiones para Estados Unidos, ya que su política hacia la región en las últimas décadas ha sido poco asertiva. No obstante, no deja de ser un espacio de gran relevancia estratégica para Estados Unidos y el lanzamiento de esta cumbre en territorio estadounidense después de 28 años es el primer paso en un intento por enderezar el camino.

La decisión de López Obrador: error estratégico

Semanas antes de la cumbre, el presidente López Obrador expresó su desacuerdo con la posibilidad de que Biden no incluyera a Cuba, Nicaragua y Venezuela dentro de la lista de países invitados. Amenazó con ausentarse de la reunión, a pesar de la buena relación que dijo tener con las autoridades estadounidenses[3]. Ante esto, Nicolás Maduro extendió su agradecimiento al presidente por liderar las protestas contra la decisión de Estados Unidos[4]. Daniel Ortega y Miguel Díaz Canel también expresaron su gratitud por el gesto[5]. Finalmente, López Obrador mantuvo su postura y decidió enviar en su representación a Marcelo Ebrard, como ya ha hecho anteriormente en todos los foros internacionales de relevancia para México, como el G20, las cumbres de la Alianza del Pacífico, entre otros. Con esto, una vez más se coloca del lado de países que no respetan la democracia ni los derechos humanos. Lo que preocupa es que es una postura constante que pone en entredicho las relaciones de mayor importancia para México. Como cuando se respaldó a Evo Morales con su golpe de Estado en Bolivia o la decisión de no brindar apoyo a Juan Guaidó en el intento de regresar a la democracia en Venezuela.

La pregunta es qué beneficio obtiene México con las posturas del presidente. Por un lado, gusta de ponerse a la par de líderes autoritarios, incluso con elogios de por medio, como hace un par de semanas que se refería al presidente cubano como “un hombre íntegro”[6], cuando en los últimos meses se han cometido graves represiones contra la población civil en ese país. Además, se trata de países con los que México nunca ha mantenido una relación económica ni política estrecha y que no representan una prioridad en términos estratégicos. Por otro lado, el presidente da muestras constantes de antagonismo con los líderes de países como Estados Unidos y con las naciones integrantes de la Unión Europea, principales socios de México a nivel internacional en todos los aspectos estratégicos de mayor relevancia, como comercio, inversiones, seguridad o turismo. Cabe recordar el sumamente tardío reconocimiento de Joe Biden tras su triunfo electoral en 2020 o la carta enviada al Parlamento Europeo.

Reflexiones finales

Las acciones del gobierno de México sólo pueden ser comprendidas como parte de una retórica que AMLO ha venido construyendo, en la cual busca mostrar al país como independiente y que no responde a presiones externas de ninguna índole. Lo cual no tiene ningún sustento desde un punto de vista estratégico que traiga algún beneficio para el país. Si la intención ha sido buscar un mayor liderazgo en la región de América Latina, esto tampoco se ha conseguido, pues basta con ver el nulo apoyo que ha obtenido el gobierno en iniciativas como la disolución de la OEA[7]. Ausentarse de foros tan relevantes no ayuda a conseguir estos objetivos, y sólo continúa deteriorando las relaciones más importantes para los mexicanos. En esta cumbre, el error estratégico sigue siendo de López Obrador, no de Biden.

 

[1] https://politica.expansion.mx/mexico/2022/06/08/cumbre-de-las-americas-ebrard-califica-como-grave-error-exclusion-de-paises

[2] https://cnnespanol.cnn.com/2022/06/09/desaires-biden-planes-economicos-migracion-cumbre-americas-trax/

[3] https://www.forbes.com.mx/relacion-con-eu-es-buena-pero-no-hay-confirmacion-de-invitacion-a-cumbre-sin-exclusion-amlo/

[4] https://www.milenio.com/internacional/latinoamerica/maduro-agradece-amlo-asumir-protesta-cumbre-americas

[5] https://www.eluniversal.com.mx/mundo/aunque-no-esta-invitado-daniel-ortega-dice-que-cumbre-de-las-americas-no-nos-interesa

[6] https://aristeguinoticias.com/2605/mexico/el-presidente-de-cuba-es-un-hombre-integro-amlo-enterate/

[7] https://www.aa.com.tr/es/an%C3%A1lisis/-qu%C3%A9-tan-viable-es-la-disoluci%C3%B3n-de-la-oea-como-propone-el-presidente-de-m%C3%A9xico/2333162

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