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Notas de acontecimientos

Cursos de capacitación política indígena

Módulo 3: Participación Política Indígena

El tercer módulo de los cursos de capacitación política indígena de la Fundación Konrad Adenauer en Bolivia trató el tema de la participación política indígena. Se enfocaron la historia y los derechos nacionales e internacionales de los pueblos indígenas en Bolivia.

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Del 10 al 12 de agosto se llevó a cabo el tercer módulo denominado “Participación Política Indígena” en la ciudad de La Paz. El módulo tuvo como objetivo analizar el surgimiento, desarrollo, características y consecuencias legales nacionales e internacionales de la participación política indígena en Bolivia. Del módulo participaron 17 indígenas del occidente y del oriente del país. El docente fue Víctor Hugo Cárdenas, ex Vicepresidente de Bolivia de 1993 al 1997. El módulo se dividió en nueve sesiones.

La primera sesión trató los conceptos básicos de la política como nación (comunidad de individuos, con identidad étnica, cultural, lingüística y tradiciones comunes), Estado (nación jurídicamente organizada, compuesta por organización política, instituciones, normas, valores y creencias), gobierno (órgano conductor del Estado conformado por el conjunto de instituciones y funcionarios públicos encargados de regir y administrar un Estado), descentralización y autonomía (proceso político donde se traspasa poder del gobierno central a los gobiernos departamentales y municipales), política (organización de la convivencia en comunidad), partidos políticos (asociación libre de personas que se reúnen en torno a un pensamiento común, ideas comunes, un programa de gobierno), pueblos indígenas (definidos en el artículo 1 del Convenio 169 de la OIT), democracia (régimen político y la forma de vida que respeta derechos humanos, libertad, diversidad y justicia) y democracia intercultural (síntesis de lo mejor de las tradiciones democráticas).

La segunda sesión enfocó la emergencia indígena en Bolivia y América Latina. Como causas internas mencionó la migración rural a la ciudad; el acceso a educación básica, media y superior; la nueva dirigencia indígena y campesina; la crisis económica y caída de precios de exportaciones; la participación activa de indígenas y campesinos en la recuperación de las libertades democráticas y derechos humanos; el reclamo nacional por elecciones democráticas; la lucha contra el Pacto Militar Campesino a cargo de la Confederación Nacional de Trabajadores Campesinos de Bolivia " Tupaj Katari” (CNTCB-TK) dirigida por Jenaro Flores; la fundación de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) dirigida por Jenaro Flores, Juvenal Castro y Guido Chumiray (1979); y la creación de la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB).

Como causas externas identificó la globalización de los derechos humanos; el debate sobre el V Centenario sobre el descubrimiento (o encubrimiento) de América; la globalización de los derechos de los pueblos indígenas; el Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú; la aprobación del Convenio 169 de la OIT (1989); la proclamación del Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas (1994), del Día internacional de los Pueblos Indígenas (1995), del Foro Permanente para Cuestiones Indígenas (2000), del Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas (2005) y de la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007); la transición de dictaduras a democracias; las nuevas dirigencias indígenas en varios países, con organizaciones regionales y plataformas nacionales y regionales; las reformas institucionales de los Estados en América Latina; y el inicio de procesos electorales y democráticos.

La emergencia indígena también se dio gracias a una mayor visibilización mediante los censos. Así en Bolivia se identificó el porcentaje más alto de pueblos indígenas en un país latinoamericano: alrededor de un 60% de la población es indígena. Sin embargo, estudios y encuestas de autores como Seligson, Mitchell y otros y Verdesoto y Zuazo demuestran que la mayoría de la población en Bolivia se considera mestiza o chola. Las etnias más grandes en Bolivia son la aymara y la quechua.

La participación política indígena en Bolivia en la etapa predemocrática fue discutida en la tercera sesión. En esa época los sujetos políticos y electorales eran las poblaciones urbanas. Los candidatos en su mayoría eran de organizaciones políticas urbanas y los partidos políticos estaban dirigidos y controlados por una élite criolla y mestiza. Los partidos políticos no daban espacios de participación como candidatos a varias poblaciones indígenas y campesinas. Las políticas públicas tuvieron el objetivo de asimilación: el indio se volvió campesino, es decir, la identidad étnica-nacional fue cambiada por una identidad de clase. Este objetivo estuvo reflejado sobre todo en la Ley de Reforma Agraria.

De los aspectos generales de la participación indígena en Bolivia entre 1978 y 2009 estuvo a cargo la cuarta sesión. En general se puede decir que la participación política indígena en Bolivia ha aumentado considerablemente. En el órgano legislativo la participación indígena aumentó de 1.38% en 1978 a 22.89% en 2009. La participación de mujeres indígenas aumentó de cero en 1979 a ocho mujeres indígenas parlamentarias en 2009. Es necesario recalcar que las mujeres parlamentarias no indígenas llegaron a ser 45 en el 2009. En cuanto al ejecutivo, las nueve elecciones presidenciales contaron con la presencia de binomios con participación indígena sea a la presidencia o vicepresidencia. Dos elecciones (1993 y 1997) tuvieron la presencia de cuatro binomios con presencia indígena. Tres elecciones (1985, 2002 y 2009), de tres binomios. Otras tres elecciones (1980, 1989 y 2005), de dos binomios. Sólo la elección inicial de la víspera democrática (1979) tuvo la presencia de un solo binomio indígena. Entre los candidatos a presidente y vicepresidente se pueden observar más hombres que mujeres. La etnia con más presencia en los candidatos indígenas fue la aymara, seguida por la quechua.

La quinta sesión analizó a profundidad la participación política indígena entre 1979 y 1989. Las características de las elecciones de 1979 fueron que esta elección fue la primera después de años de dictadura, hubo una caída de los precios de materias primas y las papeletas fueron multicolor y multisigno. En estas elecciones los partidos con votación más alta fueron Unidad Democrática Popular (UDP) con el 36% de los votos y el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) obtuvo 35.9% de los votos. El partido indígena, el Movimiento Indio Tupac Katari (MITKA), alcanzó el 1.9% de los votos. Como ningún partido logró alcanzar más de la mitad de lo votos, el Congreso nombró como presidente interino a Walter Guevara Arze por un año hasta la realización de nuevas elecciones. No hubo ningún senador indígena y sólo dos diputados indígenas aymaras.

Las elecciones de 1980 las ganó Hernán Siles Zuazo con la UDP (38,7%), sin embargo, el golpe de García Meza impidió su posicionamiento. El MNR obtuvo 20,1% y el MITKA se dividió por lo que obtuvo 1,2% y el MITKA1 el 1,3% de los votos. Sólo cuatro indígenas estuvieron representados en el legislativo: dos aymaras y dos quechuas.

Las elecciones de 1985 estuvieron caracterizadas por la crisis económica, hiperinflación y protestas sociales. La victoria fue del MNR, pero por acuerdo pactado. Ganador fue el partido Acción Democrática Nacional (ADN) bajo Hugo Banzer Suárez con el 32,8%. Los partidos indígenas Movimiento Revolucionario Tupac Katari (MRTK) y el Movimiento Revolucionario Tupac Katari Libre (MRTKL) obtuvieron respectivamente 1,1% y 2,1% de los votos. Se eligieron a ocho diputados indígenas, de los cuales cuatro fueron aymaras y cuatro quechuas.

Las elecciones de 1989 estuvieron marcadas por la salida de la crisis económica, el alto costo social y la migración al Chapare a las ciudades. Aunque el MNR salió victorioso de las elecciones con un 25,7% de los votos, por democracia pactada fue elegido como presidente Jaime Paz Zamora del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), partido que se llevó el 21,9% de los votos. El MRTKL obtuvo 1,7% de los votos y el Frente Unido de Liberación Katarista (FULKA) obtuvo un 1,2%. Conciencia de Patria (CONDEPA), un partido popular, pudo concretar 12,3% de los votos y la Izquierda Unida (IU), partido al que más tarde pertenecería Evo Morales, alcanzó un 8%. En diputados fueron electos tres hombres y una mujer, dos quechuas y dos aymaras.

La lucha internacional indígena fue tema de la sexta sesión. En la segunda sesión ya fueron explicadas las causas externas que llamaron la atención a la cuestión indígena. Sin duda la causa indígena ayudó a la globalización de los derechos humanos e indígenas, que se reflejan en los documentos redactados y las acciones tomadas por organismos internacionales. Así esta sesión estuvo destinada a indagar en los diversos artículos y contenidos de estos diferentes instrumentos como el Convenio 169 de la OIT, los Decenios Internacionales de los Pueblos Indígenas, la proclamación del Día internacional de los Pueblos Indígenas, el Foro Permanente para Cuestiones Indígenas y de la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

La séptima sesión estuvo destinada a analizar la participación política indígena en la candidatura vicepresidencial del MRTKL (1993-1997). En 1992 se firmaron los Acuerdos del 9 de julio de 1992 que establecieron una modernización del Estado y tuvieron como objetivo fortalecer la democracia, la elección de magistrados a la Corte Suprema con dos tercios del congreso, una reforma constitucional, la conformación de una Corte Electoral imparcial y una ley de partidos. En estas elecciones el MNR y el MRTKL unieron fuerzas y llegaron a tener conjuntamente 35,7% de los votos. El presidente elegido fue Gonzalo Sánchez de Lozada y el vicepresidente por el MRTKL Víctor Hugo Cárdenas. CONDEPA obtuvo 14,4% de los votos e IU 1%. Como en los demás años, no hubo senadores indígenas, pero sí diputados: seis hombres (tres quechuas, un aymara y un guaraní) y una mujer aymara de un total de 130 diputados. El acuerdo entre MNR y MRTKL contenía los siguientes puntos: políticas sobre pueblos indígenas; reconocimiento constitucional de la diversidad social, cultural, étnica, política y económica; derechos a la tierra y el territorio; dotación gratuita de tierras sobre todo a comunidades y territorios a pueblos indígenas; derechos de las mujeres a ser titulares de propiedad; políticas de equidad de género; políticas educativas que incluyan la educación intercultural bilingüe, la participación social, la descentralización y la formación de docentes; descentralización fiscal y financiera; formación de una cultura democrática ciudadana; y la modernización del poder legislativo.

Las políticas públicas entabladas en esta gestión fueron la reforma constitucional de 1994 que reflejaba a Bolivia como pluricultural y multiétnica y el reconocimiento de derechos sociales, políticos, económicos y culturales; la Ley de Participación Popular (reconocimiento de la diversidad de organizaciones de base y sus autoridades, redistribución de recursos financieros, control social); la Ley de Reforma Educativa (centralidad del educando, educación intercultural bilingüe, participación y control social, mejora en la calidad educativa y la infraestructura escolar); la Ley INRA (derechos territoriales, mujeres pueden ser titulares de propiedad, dotación prioritaria a comunidades y pueblos indígenas); Ley forestal (derecho exclusivo de pueblos indígenas a sus recursos forestales); PRONAGOB (modernización del poder legislativo, profundización del proceso de participación popular, educación cívica y ciudadana, circunscripciones pluri y uninominales, padrón electoral); entre otros.

Al finalizar la sesión, Víctor Hugo Cárdenas reconoció algunas relaciones conflictivas dentro del gobierno como la falta de cuadros profesionales y de confianza, tensiones por cumplimiento del acuerdo, conflictos por retroceso en el concepto de “territorio” (TCO), porcentaje de descentralización fiscal financiera al eje social nacional, conflictos en represión de Amayapampa Capacirca, encubrimiento de irregularidades conocidas, ninguna movilización en apoyo de las medidas de cambio, incomprensión de la temática indígena y los recursos naturales y los reducidos ingresos nacionales.

La octava sesión trató las candidaturas indígenas de 1997 y 2002. Estas elecciones se llevaron a cabo en un nuevo escenario político ya que en la anterior gestión se realizaron reformas a la Constitución, se promulgó la Ley de Participación Popular, se establecieron diputados uninominales y la presencia femenina obligatoria de un tercio, el mandato de gobierno se alargó a cinco años, entre otros. Ganadores de esta elección fueron el partido ADN, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Nueva Fuerza Republicana (NFR) con 22,3%, partidos que reconocieron a Hugo Banzer Suárez de ADN como su líder máximo. CONDEPA alcanzó un 17,2% de los votos e IU el 3,7%. Por primera vez se elige a un senador indígena que es aymara (Félix Alanoca por CONDEPA por Oruro). En cuanto a diputados, fueron elegidos once indígenas: diez hombres (siete aymaras y tres quechuas), entre los que se encontraba Evo Morales por la IU por el Chapare, y una mujer aymara.

Las elecciones del año 2002 significaron una victoria para el MNR con el 22,5% de los votos bajo Gonzalo Sánchez de Lozada de acuerdo a la decisión del Congreso Nacional. El Movimiento al Socialismo (MAS) bajo Evo Morales obtuvo el 20,9% de los votos. El Movimiento Indígena Pachakutik (MIP) alcanzó el 6,1% de los votos, mientras que CONDEPA llegó a obtener únicamente un 0,4% de los votos. El debate nacional giró en torno a la conveniencia de la exportación de gas o su industrialización, la crisis del sistema tradicional de partidos y su alejamiento de los intereses populares. Visible fue la ampliación de la influencia del movimiento cocalero del Chapare a través del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) bajo Álvaro García Linear y el MAS, que se aliaron. Para senadores fueron elegidos dos indígenas: Esteban Silvestre (aymara) por La Paz y Félix Vásquez Mamani (quechua) por Potosí. En cuanto a diputados, fueron elegidos 22 indígenas en total, de los cuales 19 fueron hombres y dos mujeres. Por primera vez es elegido un diputado chiquitano, José Bailaba Parapaino (MAS), de Santa Cruz.

La novena sesión profundizó la candidatura presidencial del MAS a partir del 2005. A fines del año 2003, a cause de la “Guerra del Gas”, Gonzalo Sánchez de Lozada renunció a la presidencia tras violentos enfrentamientos en la Plaza Murillo. Este periodo estuvo caracterizado por altas tensiones sociales y políticas. En las elecciones de 2005 los partidos tradicionales fueron derrotados por el MAS que ganó con un 53,7% de los votos. Nunca antes un partido había salido victorioso con más de la mitad de los votos. Pese a esto, sólo fue elegido un senador: el aymara Lino Villca de los yun gas de La Paz (MAS). En diputados se incrementó la presencia indígena a 23: 19 hombres (12 aymaras y siete quechuas) y cuatro mujeres (dos aymaras y dos quechuas). Una de las diputadas fue Nemesia Achacollo que, tiempo después, sería ministra del gabinete de Evo Morales. En el primer gabinete de 16 ministros (12 hombres y cuatro mujeres) del MAS sólo estaban tres indígenas: David Choquehuanca (aymara), Casimira Rodríguez (quechua) y Félix Patzi (aymara). Los ministros vinieron de partidos políticos, juntas vecinales, cooperativas mineras y organizaciones que representan a fabriles, mujeres campesinas, cocaleros y otros.

El plan del MAS para el 2005 proveía lo siguiente: 1. Convocatoria de la Asamblea Constituyente. 2. Nacionalización e industrialización de hidrocarburos, sin confiscación, con refundación real de YPFB y prioridad del gas de Tarija para el suministro doméstico. 3. Ley de autonomías, que incidiera en la descentralización política, económica y administrativa, y se fundara en la "diversidad cultura y regional" y la "redistribución justa de la riqueza entre todos los bolivianos“. 4. Plan de desarrollo productivo, poner fin al ciclo neoliberal iniciado con el Decreto Supremo 21060. 5. Plan eficaz de seguridad ciudadana. 6. Ley contra la impunidad y la corrupción. 7. Ley de austeridad estatal, o ley tijera. 8. Ley de tierra productiva con desarrollo rural, concentrado en la liquidación de los latifundios improductivos y la distribución gratuita de fincas entre el campesinado, luego se contemplaba una reforma agraria. 9. Nuevo sistema de seguridad social, para lograr "mayor equidad, justicia e igualdad", y para poder hablar con propiedad de la "soberanía social“. 10. Ley de transformación de la educación y revalorización de la cultura.

En las elecciones del 2009 el MAS superó el voto del 2005: alcanzó un 64,2% de los votos. En la anterior gestión el MAS logró aprobar una nueva constitución con el 61,4% de consentimiento popular, se aprobó la reelección inmediata del presidente, la segunda vuelta con voto popular entre los dos candidatos más votados y el padrón biométrico y se crearon siete circunscripciones especiales indígena originario campesinas. Respecto a senadores, fueron elegidos seis indígenas: mitad hombres y mitad mujeres y también mitad aymaras y mitad quechuas. Lo que concierne a diputados, se pudo observar una creciente presencia indígena ya que fueron electos 32 parlamentarios indígenas (27 hombres y cinco mujeres). Los aymara sumaron 15, entre ellos dos mujeres, los quechua sumaron 13, entre ellos tres mujeres. A diferencia de las elecciones anteriores, las listas del MAS incluyeron a parlamentarios de tierras bajas: Bienvenido Zacu (guarayo), Wilson Changaray (guaraní), Pedro Nuny (mojeño), Juan Chamaro Nay (tacano). En el gabinete de 20 ministros de la segunda gestión (luego se añadió el Ministerio de Comunicaciones), había paridad de género pero sólo cuatro ministros de origen indígena (de un total de 21): David Choquehuanca, Nilda Copa, Nemesia Achacollo y Antonia Rodríguez. En una reciente recomposición sólo quedaron tres ministros indígenas, es decir, el 14%.

Principalmente, después de las dos gestiones del MAS, se logró establecer una nueva constitución, se promulgó una Ley de de reconducción de la reforma agraria, la Ley de educación Avelino Siñani-Elizardo Pérez, la Ley Marco de Autonomías y Descentralización, entre otros.

Víctor Hugo Cárdenas concluyó el módulo reflexionando que ser político no es tarea fácil. Para emprender esta función es necesario estar informado en detalle sobre la historia y los procesos políticos, económicos y sociales y tener valores democráticos arraigados. La participación política indígena en Bolivia ha experimentado un incremento desde la restauración de la democracia, sin embargo, falta un largo camino a seguir. Sobre todo es necesario reforzar la participación política de mujeres indígenas y de indígenas de tierras bajas.

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