Publicador de contenidos

Notas de acontecimientos

Ronda de Censos 2011/2012 en América Latina: ¿Visibilización o Invisibilización de los Pueblos Indígenas?

Foro Internacional

El 12 de junio se llevó a cabo un foro internacional que trató el tema de la pregunta étnica en los censos latinoamericanos.

Publicador de contenidos

El 12 de junio pasado se llevó a cabo el foro internacional “Ronda de Censos 2011/2012 en América Latina: ¿Visibilización o Invisibilización de los Pueblos Indígenas?” en la ciudad de Santiago de Chile. La organización estuvo a cargo del Programa Regional de “Participación Política Indígena” (PPI) de la Fundación Konrad Adenauer, la Universidad Autónoma Miguel de Cervantes y el Centro de Investigaciones Ciudadanas para Latinoamérica Sostenible en Chile (CICLAS). El foro estuvo compuesto por dos paneles, de los cuales el primero tocó el tema de una manera general y el otro se enfocó en la perspectiva de los institutos estadísticos de los respectivos países.

Susanne Käss, Representante del PPI, y Jorge Maldonado, Vicerrector de la Universidad Autónoma Miguel de Cervantes, inauguraron el evento. Susanne Käss empezó resaltando que el PPI se creó en el año 2006 después de haber considerado que el objetivo principal del trabajo de la KAS en el mundo es el apoyo a la profundización de estructuras democráticas y del fortalecimiento al Estado de Derecho. Este objetivo no se puede alcanzar en sociedades donde grandes partes de la población son excluidas de los procesos de participación política, como la población indígena. Para que una democracia pueda ser estable a mediano y largo plazo es de suma importancia crear estructuras que permitan que todos los sectores de la sociedad participen. Es por eso que el PPI persigue dos grandes objetivos: 1) La sensibilización de actores no indígenas, empresarios, partidos y actores estatales para que éstos consideren las problemáticas de indígenas en sus agendas, las mismas que muchas veces sólo pueden ser resueltas mediante un diálogo intercultural. 2) El fomento de un intercambio sobre temas de suma importancia para los pueblos indígenas. En esta línea, se ha seleccionado el tema de los censos. En América Latina no existe una metodología consensuada para visibilizar a los pueblos indígenas. Esto dificulta la formulación de políticas públicas pertinentes para este sector de la población y la realización de estudios comparativos a nivel regional. Asimismo, es importante como se formula la pregunta étnica ya que esto puede causar polémica. Así en Bolivia en el censo de 2001 no se consideró la autoidentificación “mestizo”, por lo que se especula que la autoidentificación indígena experimentó un aumento significativo. Este seminario clarificará las experiencias de otros países: en Chile el censo se acaba de realizar, en Bolivia y Honduras se llevará a cabo en los próximos meses y en Colombia y México el censo recién se efectuó hace poco.

Jorge Maldonado hizo hincapié en que para la Universidad Autónoma Miguel de Cervantes el enfoque indígena es una nueva experiencia por lo que agradeció la invitación de la KAS y de CICLAS de formar parte de este evento. El mundo se enfrenta a cambios de paradigmas importantes por lo que aparece la necesidad de definir códigos éticos globales que hagan posible la vida en sociedad. Estos códigos éticos, que se rigen por los derechos humanos, surgen una vez más como referente principal para la revalorización del capítulo indígena. Por mucho tiempo se negó la identidad y origen indígena por lo que ahora es tiempo de fomentar encuentros de culturas en los que se debe aprender a respetar estas culturas y a convivir civilizadamente. En Chile las políticas indígenas se iniciaron en 1993, después de mucho tiempo de abandono, con la Ley Indígena promulgada bajo el presidente Patricio Aylwin. El reconoció una completa ignorancia respecto al tema indígena. Como estudiante en la universidad le dijeron que el tema indígena estaba resuelto, y que en Chile estaban plenamente integrados. La Ley Indígena, con sus imperfecciones, abrió un diálogo intercultural, así como el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) que promulga derechos indígenas, los cuales recién se están consagrando en derecho nacional. La Universidad Autónoma Miguel de Cervantes se propone de trabajar en la construcción de un país multicultural.

Como moderador del primer panel fungió Miguel Huaracán, Consultor en Materia Indígena. La primera expositora fue Fabiana del Popolo de la CEPAL que habló sobre los “Pueblos indígenas en los censos de población y vivienda de la década 2010: avances y desafíos en los países de América Latina”. En vista de todos los cambios socio-políticos a nivel mundial, y especialmente en América Latina, y con la fuerte presencia de los movimientos indígenas que han logrado posicionar sus demandas en la agenda pública, existe una obligación estatal por incluir esta identificación en los sistemas de información a nivel nacional. Existen estándares mínimos de derechos de los pueblos indígenas sintetizados en el Convenio 169 de la OIT y en la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas, que hacen que la información pase a formar parte de este estándar mínimo de derechos para que se constituya en una herramienta clave para el reconocimiento de los pueblos indígenas de la región y para la promoción de los derechos humanos. Si bien la información es clave para el diseño, la ejecución y el monitoreo de políticas públicas, queda pendiente analizar si efectivamente se está cerrando la implementación de estos derechos. La identificación de los pueblos indígenas en todas las fuentes de datos es un tema recurrente en diversos foros a nivel nacional e internacional. Existen por ejemplo una serie de recomendaciones desde el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas que insisten en la desagregación y la visibilización de los pueblos indígenas en los sistemas de información. Este tema también ha sido incluido en el programa de acción de Durban y sistemáticamente en los informes de los comités de derechos humanos y de los relatores de los diversos países de América Latina, sobre todo el Relator Especial para Pueblos Indígenas de Naciones Unidas. La inclusión de datos indígenas es una tradición necesaria, pero no es suficiente ya que los instrumentos estadísticos están diseñados desde una lógica occidental e ideología particular que no necesariamente coincide con la de los pueblos indígenas. Sin embargo, sí es un primer paso para tener una identificación en las fuentes que existan. Los artículos 15 y 16 de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas hacen mención explícita al derecho a la información. Una de estas fuentes de información es el censo que es un insumo básico para políticas y programas porque el censo es la única herramienta que tiene cobertura universal y que permite responder a preguntas tan básicas como cuántos son y quiénes son los pueblos indígenas en nuestros países. Por otro lado, el censo es la única fuente que aclara los tres componentes demográficos que determinan la dinámica demográfica como la fecundidad, la mortalidad y la migración. Esto puede proveer información acerca de la reproducción socio-cultural, especialmente importante en el caso indígena. Además, como es una fuente universal, permite captar poblaciones menores desde el punto de vista poblacional. En América Latina existen más de 670 pueblos indígenas reconocidos por los Estados, por lo que el censo de poblaciones es el único instrumento estadístico que permite la cobertura de poblaciones menores y que permite determinar muestras representativas para hacer investigaciones o estudios a profundidad.

Respecto a la inclusión de preguntas de identificación de pueblos indígenas en los censos de la década 2000, 16 países incluyeron la identificación de las poblaciones indígenas en sus censos. Sólo nueve países identificaron a los pueblos en los territorios y no en el resto del país cuando por el tema de la migración es importante tener información nacional al respecto. Esto fue inédito en América Latina porque en el pasado fueron muy pocos países que incluían estas preguntas en sus censos (como México por ejemplo). Esto permitió la comparación de métodos: en síntesis, se pudo observar una diversidad de criterios (autoidentificación versus idioma) y abordaje conceptual y operativo que se traducía en la formulación de las preguntas. No es lo mismo preguntar “pertenece usted”, “defiende usted” o “se siente identificado con”. La formulación de la pregunta étnica influye en los resultados en la captación de la población indígena en cada uno de los países. A pesar de la heterogeneidad que se puede observar en América Latina respecto a este tema, existe un indicador que viola los derechos humanos y que es común en todos los 16 países: el indicador de la mortalidad infantil de indígenas está por encima de la de la no indígena. Esto demuestra la situación de inequidad en la que se encuentra la población indígena hasta la actualidad.

Hubo diversos debates a nivel nacional y regional acerca de la formulación de la pregunta étnica, por lo que se llegaron a establecer algunas recomendaciones internacionales de CELADE que fueron presentadas ante los directores de los institutos estadísticos. Acerca del criterio de identificación, la autoidentificación debería ser el criterio primordial. También otras dimensiones deberían ser tomadas en cuenta como el idioma, el territorio y los ancestros. Asimismo, es importante la preparación de la cartografía ya que los territorios indígenas no corresponden siempre a divisiones político-administrativas. Otra recomendación es la adecuación cultural de la boleta censal y el diseño de instrumentos complementarios. En el proceso censal tiene que evidenciarse una participación efectiva de los pueblos indígenas, desde la elaboración del presupuesto hasta la difusión y el análisis del censo. Para esto es importante considerar campañas y capacitaciones a la hora de realizar el censo para mejorar la autoidentificación. Asimismo, la institucionalización de los temas es de suma importancia. En general, no puede haber una receta sobre el cómo preguntar porque los países se encuentran en distintos grados de avance en términos de la fortaleza que tienen los movimientos indígenas y de los marcos legislativos y jurídicos. Sin embargo, sí se puede afirmar que la formulación de la pregunta étnica tiene que ser lo más directa posible y tiene que considerar a todos los pueblos. Tiene que estar diseñada conjuntamente con los pueblos. Gracias a esta aproximación de la década del 2000 y aún con limitaciones que tuvieron los resultados de esta ronda, sí fue posible por primera vez tener información desagregada.

Los censos deben realizarse, por recomendación internacional, en los años que terminan en cero y cada diez años. Cinco países ya hicieron su censo en el 2010 incluyendo la pregunta étnica (México, Panamá, Brasil, Argentina y Ecuador) y tres lo hicieron en el 2011 (Costa Rica, Venezuela y Uruguay). Colombia y Nicaragua realizaron sus censos en el 2005 y el Salvador y Perú en el 2007. Todos los países han revisado sistemáticamente las preguntas y realizaron el censo con la participación de las poblaciones indígenas. Todos los institutos estadísticos tuvieron una cierta apertura. En Paraguay y Brasil se realizaron pruebas piloto conjuntas del censo ya que sus territorios políticos se interponen. Así hubo avances en la cartografía. También se visibilizaron avances en la institucionalidad como en Ecuador donde se creó la Comisión Nacional de Estadísticas para los Pueblos Indígenas y Afroecuatorianos del Ecuador. En cuanto a la adecuación cultural e instrumentos complementarios, muchos países han avanzado, sobre todo lo que concierne encuestas complementarias de los pueblos indígenas. En general se puede decir que hubo una mejora en los mecanismos de participación y campañas, aunque los avances son dispares. Algunos crecimientos en las estadísticas de la población indígena se deben a explicaciones naturales, otros no. Así México tuvo un aumento de seis millones a 15 millones indígenas. Por lo tanto, siguen existiendo desafíos en materia de información: aparece la necesidad de una construcción de indicadores sustitutivos o complementarios cuando los convencionales no son suficientes.

Seguidamente expuso Álvaro Mauricio Torres, Director de Políticas Públicas para el Desarrollo Territorial Endógeno de las Comunidades Étnicas de Ecodesarrollo de Colombia, sobre la “Importancia de la información estadística en el desarrollo de las comunidades étnicas”. La Constitución Nacional de Colombia considera como grupos culturalmente diferenciados o grupos étnicos a los indígenas, la población negra (afrocolombianos o afrodescendientes), los raizales del archipiélago de San Andrés y Providencia, los palenqueros, y al pueblo rom (gitanos). Es importante la información estadística para el desarrollo de las comunidades étnicas, ya que si esta está bien planificada con estructuras claras de desarrollo y visión de construcción de comunidades, permite que se establezcan líneas de base, caracterizaciones, diagnósticos y acercamientos efectivos a las comunidades, lo cual facilita el desarrollo de iniciativas que resuelven problemas estructurales. La información es un bien intangible que mediante su consolidación, análisis y difusión permite la toma de decisiones que en el mediano y largo plazo producen resultados tangibles que mejoran los aspectos económicos, sociales y ambientales de las comunidades. Con información estadística confiable y de calidad, se pueden tomar decisiones estratégicas, se construyen planes de desarrollo, planes de vida, existen mejoras en la infraestructura, se definen líneas de acción y se establecen objetivos claros de desarrollo e inversiones estratégicas para el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades étnicas. La información estadística de calidad y oportuna permite efectuar monitoreos y evaluaciones de políticas públicas; sin ella sería muy compleja y costosa esta importante tarea.

En este sentido, la pregunta étnica en Colombia se desarrolló de la siguiente manera: “¿De acuerdo con su cultura, pueblo o rasgos físicos, es o se reconoce como indígena?” Posteriormente se pregunta a qué pueblo indígena se pertenece presentándose las siguientes opciones: rom, raizal del archipiélago de San Andrés y Providencia, palanqueros de San Basilio, negro(a)/mulato(a)/afrocolombiano(a) o afrodescendiente, ninguna de las anteriores. Esta pregunta se basa en el autorreconocimiento. Los objetivos de esta pregunta fueron proporcionar información sobre las características socioeconómicas y demográficas de la población de los grupos étnicos colombianos; comprender las dinámicas sociales y culturales particulares de la población multiétnica del país; construir un marco general para estudios especializados sobre la población perteneciente a los grupos étnicos; y hacer visibles las diferencias de la población de los grupos étnicos, de manera que sea favorable el reconocimiento social de sus especificidades culturales y la construcción de su identi dad étnica. Los criterios básicos para formular la pregunta fueron: la territorialidad, la raza, la identidad y la lengua. Respecto al criterio territorial se consideran pertenecientes a un grupo étnico a aquellas personas que viven en territorios con límites geográficos reconocidos. Para el caso afrocolombiano se trata de los consejos comunitarios de comunidades negras establecidos en la región del Pacífico. El criterio racial hace referencia al color de la piel y otros rasgos fenotípicos como indicadores de la pertenencia étnica. El criterio de identidad se basa en la autoidentificación o autorreconocimiento, como rasgo de identidad, en referencia al sentido de pertenencia del individuo a un colectivo social diferenciado. El criterio lingüístico hace referencia a la clasificación de la población como perteneciente a un grupo étnico por el hecho de hablar el idioma ancestral. En el caso de la población afrocolombiana del Palenque de San Basilio (departamento de Bolívar) y la población raizal del Archipiélago de San Andrés y Providencia, se constituyeron lenguas propias, que actualmente son comúnmente utilizadas.

El Departamento Administrativo Estadístico de Colombia (DANE) efectuó alianzas con diversas organizaciones para facilitar el proceso de desarrollo de la pregunta étnica, así como la implementación del mismo. El DANE participó en espacios de diálogo e intercambio de experiencias en torno a la captación de poblaciones étnicas en las estadísticas nacionales, contando con la participación de representantes de los grupos étnicos, académicos y expertos en la temática, así como funcionarios de los institutos de estadística de América Latina. Con esta base cada Gerencia Regional realizó los contactos con las autoridades indígenas y afrocolombianas de cada departamento y conformó las Juntas Indígenas Territoriales (JIT) y Juntas Afrocolombianas Territoriales (JAT). Las gerencias efectuaron procesos de sensibilización a las autoridades tradicionales étnicas de la región, organizaciones regionales y a los miembros de las juntas indígenas y afrocolombianas. Cada coordinador municipal realizó los contactos con las autoridades indígenas y los Consejos Comunitarios de Comunidades Negras en cada municipio, y obtuvo su participación en la convocatoria de personas pertenecientes a los resguardos y consejos, además en el apoyo de los procesos de planeación, diseño de ruta y sensibilización de las comunidades a nivel local.

Respecto a los resultados, Colombia tiene una población total de 41 millones de personas, de las que 3,36% se consideran indígenas, 0,01% son rom, 10,4% se identifican como afrocolombianas y 84,16% no se autoidentifican con una etnia. Las poblaciones indígenas tienen mas representatividad en el norte, sur y sur este del país; los afrocolombianas en el norte y oeste de Colombia; los rom, a nivel municipal, en el norte del país como ser Bogotá y Valle del Cauca. La participación de estas etnias en el censo corresponde a los territorios asignados a éstos. En la actualidad existen 710 “resguardos indígenas” titulados ubicados en 27 departamentos y en 228 municipios del país, que ocupan una extensión de aproximadamente 34 millones de hectáreas. A los afrocolombianas la Ley 70 de 1993 les reconoció formalmente los derechos colectivos de propiedad, demarcación y titulación, creando escenarios políticos de negociación con las comunidades bajo criterios de respeto por los recursos naturales. De esta forma se ha logrado la titulación de grandes extensiones de tierra, sobre todo en el pacífico colombiano. De 1996 a 2004 4.717.269 hectáreas han sido tituladas como Territorios Colectivos de Comunidades Negras (TCCN).

La información del censo respectivo al territorio sirvió para elaborar el Plan de Desarrollo de las Comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras 2010-2014. Asimismo, se desarrolló un documento de políticas económicas y sociales, llamados Conpes en Colombia, para coordinar actividades de diferentes organizaciones para la elaboración de políticas públicas para las diversas etnias del país en las regiones. En general, el censo ha ayudado a la caracterización y a la elaboración de planes de desarrollo enfocados a territorios específicos donde se encuentran localizadas las comunidades étnicas. Asimismo, pueden ser asignados mayores recursos destinados al mejoramiento de las comunidades étnicas. Por último, se han forjado estrategias conjuntas de entidades gubernamentales para reducir la pobreza en las zonas más afectadas.

Posteriormente a esta ponencia, se contó con la presencia de Malvina Ponce de León como expositora, Profesora de la Universidad Miguel de Cervantes, Directora de Trabajo Social y Vicepresidenta del Consejo Nacional dle Colegio de Asistentes Sociales de Chile. Ella tocó el tema de “La visibilización de los pueblos indígenas desde la mirada de la interculturalidad”. Los censos provén mucha información, pero muy poca es trabajada en universidades. Pocos son los compromisos para trabajar la diversidad que plantea el censo. El atraso y las falencias en materias que conciernen a los indígenas son acogidos en el ámbito internacional y el marco jurídico en la línea de la interculturalidad. Los avances en Chile son poco instrumentados en algunos ámbitos, como la educación intercultural bilingüe, y en otros más bien un avance es notorio como en la salud, la Ley Indígena, el reconocimiento de territorios, la ratificación del Convenio 169 de la OIT, la Cumbre de Tierras en 1992, la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas, etc..

La expositora piensa que la historia debería estar incorporada en el marco jurídico y legal. Se debe asumir que existen culturas diferentes para vivir la interculturalidad. En las universidades se enseña sólo un tipo de conocimiento, pero es de suma importancia transmitir conocimientos diferentes para vivir la interculturalidad. Es relevante fomentar la solución de problemas de los pueblos indígenas mediante medios y conocimientos propios, de los cuales el mundo occidental puede aprender. Esto significa democracia. La diversidad cultural es la base para desarrollar políticas públicas.

Finalmente, Wilson Reyes, como último expositor del primer panel y Consejero Nacional Indígena y ex Director Nacional de la Cooperación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), expuso sobre el “Derecho colectivo de los pueblos indígenas de Chile. La pregunta indígena en el Censo 2012”. En la década de los años 90 nace la Ley Indígena que no reconoce a los derechos indígenas, pero sí genera espacios de institucionalidad y políticas públicas para pueblos indígenas. En esta década también se generaron diálogos a nivel nacional y leyes para los pueblos indígenas, sobre todo para los mapuches lafkenches. Para los rapa nui la Ley de Territorios Especiales es rescatable. Sin embargo, Chile está retrasado en comparación a otros países en la región en el reconocimiento de derechos indígenas a nivel internacional. El Convenio 169 de la OIT, por ejemplo, recién fue aprobado en el Congreso en el año 2007 y promulgado en el 2009. El Convenio 169 de la OIT puede ser visto como un paraguas de la institucionalidad legal de los Estados y que da respuestas a todas las contingencias vividas actualmente. Uno de los aspectos más relevantes de este Convenio es la regulación del proceso de la consulta previa. También la Corte Interamericana responde a estas necesidades. Por lo tanto el desafío del actual Gobierno chileno es responder adecuadamente a estos problemas como lo son la consulta previa y la falta de reconocimiento del concepto “pueblo indígena” en la Constitución, considerando que los censos han demostrado que existe una población indígena considerable en Chile.

La encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) del 2002 evidenció que de la población chilena en total 692.192 personas fueron indígenas. En el año 2006 este número aumentó a 1.0.60.786 personas indígenas. 87% de los indígenas son mapuches, 7% son aymaras ,3% son atacameños y 2,7 % pertenece a otros pueblos. Especialmente la Casen 2007 corroboró desigualdades entre indígenas y no indígenas: los indígenas presentan mayores niveles de pobreza e indigencia que el resto del país. La encuesta revela una ascendente brecha salarial. El desafío está en nivelar estas desigualdades.

Respecto a la Casen 2012, el expositor expresó que es una herramienta de dominación, donde nuevamente se comete el error de imponer políticas para concluir en temas económicos, sociales, políticos y religiosos. En cuestiones indígenas el censo no es representativo pero estratégicamente es necesario empoderarse, conocerlo y aprender a usarlo en favor de los pueblos indígenas. Criticó la construcción del diseño porque no se consideró la visión de los pueblos, salvo las preguntas Nº24,Nº25, Nº 26 y Nº29 que se aplicaron con poca rigurosidad del encuestador, omitiendo temas tan relevantes como la espiritualidad indígena, la pertenencia indígena, en que idiomas se puede desarrollar una conversación; sólo se pregunta por el español o inglés. Asimismo, respecto a la promoción y difusión, los indígenas no participaron en la estrategia de difusión. Hubiera sido importante hacer promoción en las lenguas propias de los pueblos indígenas para llegar a los diferentes sectores o territorios. Otra crítica fue el diseño para la recolección de datos. No se consideró cuotas de censistas indígenas especialmente como facilitadores interculturales en áreas territoriales indígenas de gran cantidad de habitantes. La idea era la vinculación con las lenguas, sus modos de vida y costumbres. Adicionalmente, hubiera sido deseable capacitar a líderes, profesionales y técnicos indígenas para que sepan como interpretar las variables y resultados y poder aplicarlos en temas de desarrollo, educación y cultura.

Las críticas mencionadas se refieren a componentes que vulneran gravemente el Convenio 169 de la OIT y no consideran las recomendaciones del Relator Especial de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Asimismo, al expositor le preocupa la aplicación correcta de futuras políticas públicas indígenas, en particular respecto a las lenguas indígenas.

El segundo panel estuvo moderado por José Miguel Serrano, Director de CICLAS. La primera exposición de este panel estuvo a cargo de María de la Luz Nieto de los Ríos, Encargada Censal del Instituto Nacional de Estadística (INE) de Chile, que habló sobre “Los pueblos indígenas en el censo chileno”. Empezó detallando los diferentes censos en Chile, haciendo referencia a su pertinencia cultural. Ya el Censo de 1992 incorporó la pregunta de pertenencia a una cultura indígena, mencionando los pueblos mapuche, aymara y rapa nui. Esto se debe a que en el año 1993 se aprueba la Ley 19.253, que establece normas sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas y crea la CONADI. El Censo 2002 incorpora la pregunta de pertenencia (se cambia la formulación de la pregunta) a los ocho pueblos indígenas reconocidos por la ley: mapuche, aymara, rapa nui o pascuense, atacameño, quechua, colla, alacalufe o kawashkar y yámana o yagán. En el año 2006 se modifica la ley agregando al pueblo diaguita; por lo tanto existen actualmente nueve pueblos indígenas reconocidos en Chile.

En general, el Censo 2012 se diferencia de los censos anteriores, empezando por la formulación de la pregunta sobre pueblos indígenas. Asimismo, se añade una pregunta filtro para todos los encuestados que sirve para identificar a las personas que se consideran parte de un pueblo indígena. Si es que la respuesta es afirmativa, recién se responde a la pregunta de pertenencia. El enunciado vuelve a la formulación de 1992 “se considera perteneciente”, con la diferencia que se hace referencia a un “pueblo” y no a la “cultura” como en el año 1992. Los cambios mencionados se realizaron porque entre 1992 y 2002 disminuyó el porcentaje de la población indígena de manera no natural. La pregunta complementaria ofrece categorías para cada uno de los nueve pueblos reconocidos por la ley, añadiendo una categoría adicional abierta: “otro”. Otra modificación que se llevó cabo, esta vez con respecto al censo anterior, es la denominación de los pueblos en idioma indígena. Además de la autoidentificación, se formularon otras preguntas con pertinencia indígena como la lengua en la que las personas son capaces de mantener una conservación. Asimismo, en la pregunta sobre religión, se aumentó la posible respuesta de “espiritualidad indígena”. En lo que concierna la vivienda, desde el censo de 1952 se incluyó la categoría ruca (vivienda tradicional de los mapuches), lo que parece ser bastante excluyente en relación a otros pueblos indígenas, por lo que ahora esta categoría se cambió por “vivienda tradicional indígena” con las palabras ruca y pae pae (vivienda tradicional de los rapa nui) entre paréntesis. Respecto a la infraestructura, se pregunta por la electricidad, agua potable, servicios sanitarios, entre otros, categorías para reconocer carencias en las comunidades rurales indígenas, ya que en las áreas urbanas la incidencia de carencia es del 1%. Finalmente, en la categoría propiedad del sitio, entre las alternativas de respuestas se encuentra la propiedad comunitaria.

Antes del Censo se realizó una consulta indígena. En general, no se tuvo conocimiento cómo el proceso se debía llevar a cabo exactamente. Se contó con las declaraciones generales del Convenio 169 de la OIT sobre el derecho a la consulta previa, sin existir en este documento modalidades específicas. Asimismo, en Chile se cuenta con el Decreto 124, pero no es reconocido por los indígenas, por lo que no pudo ser utilizado como referencia. Entonces, esta consulta se puede ver como un primer paso, que con el tiempo tiene que ser perfeccionado. El objetivo de esta consulta fue informar y hacer partícipes a los pueblos indígenas de la realización del Censo, y recoger sus observaciones y sugerencias al cuestionario censal. Los sujetos de la consulta fueron las personas pertenecientes a los pueblos indígenas chilenos reconocidos por la ley, a través de sus organizaciones de carácter tradicional y las comunidades, asociaciones y organizaciones indígenas. El cuestionario censal completo fue consultado, con especial énfasis en las preguntas específicas sobre pertenencia y lengua de los pueblos indígenas. En la primera etapa se informó y difundió el plan de consulta, la segunda estuvo dirigida a la participación, en la tercera se sistematizaron las observaciones y sugerencias y en la cuarta se ponderaron los resultados que fueron comunicados a las partes interesadas y publicadas en la página web del INE de Chile.

Respecto a la difusión y participación, se presentó el Plan de Consulta al CONADI, organismo que nunca comentó el Plan. Asimismo, se presentó el Plan de Consulta en las Mesas Regionales Indígenas. Se distribuyó afiches y trípticos informativos al público. También se enviaron 4.890 cartas a organizaciones indígenas con antecedentes informativos y formularios de participación. El resultado fue la recepción de 765 cartas de respuesta representativas de 4.591 personas. Esta frecuencia de personas es mínima, considerando que Chile cuenta con una población de aproximadamente 17 millones de habitantes, por lo que estos datos no tuvieron valor estadístico y se tuvo que realizar un análisis cualitativo mediante la transcripción textual de los resultados y un análisis de discurso con un software apropiado. Adicionalmente, se realizaron encuentros y talleres informativos-consultivos con organizaciones indígenas (más de 20 talleres).

Lo que concierne el levantamiento, se efectuaron gestiones previas con organizaciones y asociaciones indígenas para lograr una buena recepción de los censistas en zonas con población considerable indígena. Así, se contrataron censistas pertenecientes a las comunidades, de preferencia hablantes de la lengua, los que fueron autorizados a traducir oralmente el cuestionario a las personas que no comprendían el idioma español. En general, hubo buena recepción, a excepción de dos comunidades que no permitieron entrar a los censistas y no respondieron el Censo.

Los desafíos que quedan para el país son la tabulación y difusión de los resultados del Censo 2012 en relación a los pueblos indígenas. La tabulación se ejecutó para el Censo 2002, pero no se logró difundirla. Otro desafío es lograr resultados a nivel de unidades territoriales menores, lo que ayudará a considerar en mayor grado a la diversidad de los pueblos indígenas. También se debe alcanzar resultados georreferenciados; es decir, una buena cartografía es de suma importancia. En general, es necesario establecer las bases para producir estadísticas representativas y pertinentes para los pueblos indígenas, así como capacitar a los mismos para hacer diagnósticos con estos números y entenderlos.

Delmis Pineda, del Instituto Nacional de Estadística de Honduras, expuso sobre la “Auto-identificación de los Pueblos Indígenas y Afrohondureños. Su participación en el Censo Nacional de Población y Vivienda 2013”. Del 12% al 18% de la población hondureña pertenece a los nueve pueblos indígenas y afrohondureños listados a continuación: tawahka, pech, tolupan, lenca, miskito, maya chortí, garífunas, negros de habla inglés y nahua. De estos pueblos, los lenca y los garífuna son los más numerosos. Existe presencia de indígenas y afrodescendientes en 16 de los 18 departamentos de Honduras. Muchas comunidades indígenas cuestionan los resultados del Censo 2001 que indica que la población indígena asciende al 7% de la población total. Esta desconfianza provocó un estudio propio en el año 2007, que tuvo como resultado que el porcentaje indígena de la población total suba a un 20%. Sin duda en el Censo 2001 se hicieron visibles problemas de reclusión de información indígena debido a dificultades operativas, como, por ejemplo, la inaccesibilidad de ciertas zonas.

El Censo de 1988 es el primero que abordó la pregunta étnica. La pregunta étnica estaba posicionada en la sección de características generales de la población y fue formulada de la siguiente forma: ¿Habla Usted alguna de las siguientes lenguas? Las posibles respuestas fueron: garífuna, xicaque, paya, misquito, lenca, sumo y ninguno. La razón de esta pregunta fue una campaña de educación bilingüe. Un problema que se evidenció fue que las respuestas únicas confundían ya que en la práctica hubo personas que hablaban dos o más idiomas. Por ejemplo, muchos indígenas del pueblo tawahka, por la cercanía con el territorio de los miskitos, hablan español, miskito y tawahka. Otro problema fue que la pregunta estuvo destinada a personas de cinco años de edad y más, lo que ha producido subregistros.

El Censo de 2001 ya incorporó la pregunta étnica desde una visión de autoidentificación y pertenencia, por lo que se preguntó por la pertenencia al grupo poblacional y ya no por la lengua. Las respuestas posibles fueron nueve: garífuna, negro inglés, tolupán, pech (paya), misquito, lenca, tawahka (sumo), chortí, otro.

El censo a realizare en el año 2013, se enmarca en las prioridades del Plan Nacional y la Estrategia de Visión de País que ha definido el actual Gobierno de la República. Se orienta al combate de la pobreza como principal objetivo, siendo necesario para ello contar con información demográfica, económica, social y de vivienda.

La pregunta étnica en este Censo fue y es muy discutida y se distingue de la de los demás censos realizados. Además, este censo se diferenciará de los demás porque fomenta la participación de los pueblos indígenas en el mismo. Así, la población indígena tuvo participación en la formulación de las preguntas del censo, sobre todo las con índole étnica. Respecto a estas preguntas, una consultora internacional propuso la formulación de “cómo se considera” para la pregunta número siete, teniendo como respuestas “indígena, negro, afrohondureño, mulato, mestizo, blanco y otro”. Sin embargo, se decidió reformular la pregunta en “cómo se autoidentifica”, siendo las respuestas las mismas como anteriormente mencionadas, sin la opción de marcar “mulato”. Respecto a la autoidentificación, la asesora internacional planteó la siguiente pregunta: De acuerdo a sus costumbres y cultura ¿con cuál de los siguientes pueblos se autoidentifica?, pudiendo responder “chortí, lenca, miskito, nahua, pech, tolupan, tawahka, garifunas, negro de habla inglés y otro”. Esta pregunta quedó reformulada de la forma siguiente: ¿A qué pueblo pertenece? Las respuestas equivalen a las de la consultora internacional, cambiando “chortí” por “maya chortí”.

Adicionalmente, en este Censo es visible el acercamiento con las federaciones indígenas y afrohondureñas. Los productos de este acercamiento son hasta la fecha 1) un convenio entre la Secretaría de los Pueblos Indígenas y Afrohondureños (SEDINAFROH), que se creó el 2010 bajo el mandato del presidente Porfirio Lobo Sosa, y el INE de Honduras el 7 de febrero de 2012 para coordinar la participación del personal y los recursos técnicos y financieros; 2) un taller de validación de preguntas de la boleta censal entre el Programa Desarrollo Integral de los Pueblos Autóctonos (DIPA), SEDINAFROH y representantes de distintas federaciones, el que tenía como fin validar las preguntas de autoidentificación e identificar los medios más adecuados de comunicación con los pueblos; 3) una prueba experimental de la boleta censal (la muestra ascendió a 140) en la ciudad de La Ceiba, comunidad de Corozal, donde se capacitó y participaron 28 empadronadores afrohondureños y misquitos; y 4) un mensaje/slogan de la campaña de autoidentificación dirigida a los pueblos indígenas y afrohondureños concertado con los pueblos indígenas y el INE.

Por último, Arnulfo Embris Osorio del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) de México, dio una visión sobre “Cómo identificar a los indígenas en los censos de población en México”. La población indígena ha estado presente en los últimos siglos y fueron reconocidos de diferentes maneras. Durante las repúblicas fueron identificados como fuerza de trabajo o esclavos. En el siglo XIX se promulgó la nación mexicana por los liberales, lo cual el expositor no lo encuentra válido porque no se consideró la diversidad.

¿Pero cómo se identifica a una persona indígena? La respuesta depende de como se esté dispuesto a contar y a quien se pregunta. Antes el instituto de estadística no contaba a indígenas, sino a hablantes de una lengua indígena. Es en 1890 que por primera vez se mide a la población hablante de una lengua indígena. Cuando se quiso reformular la pregunta, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) se opuso porque se apuntaba a mantener la comparabilidad. Se propuso como solución mantener la pregunta lingüística y formular una pregunta adicional sobre identificación, la misma que por el momento sólo se realizan en cuestionarios ampliados.

A partir de 1994, y luego en el 2002, la Constitución en su artículo 2 reconoce que la nación mexicana tiene una composición pluricultural sustentada en sus pueblos indígenas. Los constitucionalistas aceptaron la definición que propuso la OIT: “Los pueblos indígenas son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas. Son comunidades indígenas integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres.”

Con la introducción de México como nación pluricultural, fue necesario también recaudar información para sustentar esta caracterización. La información censal proporciona un mayor conocimiento y comprensión de dinámicas, y no solamente demográficas. Hasta el censo del 2000 se habían incorporado en los censos cuestiones demográficas y sociodemográficas. Ahora, con intervención del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) también se está pidiendo información lingüística en término de cuantas lenguas se pierden, si se hablan lenguas indígenas en las familias, si las lenguas indígenas son habladas cotidianamente, entre otros. Esta demanda de información está cada vez más aprendida por el INEGI.

En el Censo 2010, la primer pregunta étnica se refirió a si se habla una lengua o un dialecto indígena. Adicionalmente se preguntó concretamente por qué lengua o dialecto indígena se habla y si se habla español (esto porque en México 15% de la población indígena sólo habla su lengua). Estas preguntas fueron realizadas a todas las personas de más de tres años. En un cuestionario ampliado, que se llevó a cabo para 1% de los mexicanos, se añadió la pregunta de autoidentificación. En cuestionarios para localidades de menos de 3000 habitantes, y la mayoría de las comunidades indígenas viven en localidades de menos de 3000 habitantes, se preguntó si en estas poblaciones hablaban una lengua indígena, cual era el nombre de la lengua indígena y si esa lengua en esa comunidad se hablaba en la escuela, iglesia, festividades, el hogar o para comprar y vender.

Como resultados del Censo de 2010, se evidenció que en números absolutos la población hablante de una lengua indígena aumentó del 1930 de 2,2 millones de indígenas a 6,7 millones en el 2010. En términos porcentuales, el número de hablantes de una lengua indígena experimentó una baja: en 1930 todavía 16% de la población hablaba una lengua indígenas, mientras que 2010 ya sólo fue un 6,7%. En general, el Censo general de Población y Vivienda 2010 estableció que en los Estados Unidos Mexicanos viven 112,336,538 habitantes, con una población hablante de lengua indígena de 6.6 millones, una población en hogares indígenas de 11.3 millones y una población que se considera indígena a si misma de 15.7 millones. Considerando estos datos, son 9,1 millones de indígenas que no hablan su lengua y 400 mil de los hablantes de lenguas indígenas no se consideran indígenas. Se calcula que en los próximos 50 años van a desaparecer alrededor de 64 lenguas indígenas. Por eso es importante fomentar políticas públicas que ayuden a mantener las lenguas indígenas. Las lenguas indígenas con mayor número de hablantes son el náhuatl, maya, mixtecas y tseltal. Existen 68 pueblos indígenas y once familias lingüísticas.

El Censo 2010 además registró un importante número de personas que se autoadscribe como indígenas; el mayor número se encuentra en Oaxaca y le siguen los estados de Yucatán, Chiapas, Veracruz, Puebla y México. No se conocen sus características demográficas ni lingüísticas, porque estas preguntas no fueron realizadas a nivel nacional.

Asimismo, el Censo del 2010 permitió obtener información sobre servicios de salud, las cuestiones de analfabetismo, educación superior, vivienda, entre otros. Así, en los últimos cinco años se duplicó el número de personas indígenas con acceso a los servicios de salud. El 58.2% de la población cuenta con servicios de salud, cifra superior de 35.2% a lo registrado en 2005. Respecto a educación, en las poblaciones mayores de 15 años en localidades de 40% y más de población indígena, el 76.1% es alfabeta, 4.4% más de lo registrado en 2005. El 79.5% cuenta con algún grado escolar, lo que representa un incremento de 4.7% a lo reportado en 2005. El 23.7% cuenta con educación primaria completa; el 5.4% tiene educación superior; en 2005 este último indicador fue de 4.4%. Respecto a la vivienda, nueve de cada diez viviendas cuentan con electricidad, cifra superior en 4.7% con relación a lo registrado en 2005. El 68.9% de las viviendas disponen de agua potable, lo que representa un incremento de 3.4% con relación a 2005. El 54.4% de las viviendas cuentan con drenaje, 11.7% más de lo reportado en 2005. En los últimos cinco años las acciones gubernamentales para eliminar de las viviendas indígenas el piso de tierra, han logrado disminuir el porcentaje del 44.9% al 22.1%.

El expositor afirmó que la consulta a las poblaciones indígenas es importante para los censos, pero es fundamental no olvidar que existen muchos datos estadísticos que no se están considerando para la conformación de políticas públicas. También otras instituciones tienen que estar involucradas. Adicionalmente, es necesario hacer un énfasis en la revalorización y el mantenimiento de las lenguas.

Posteriormente a las exposiciones, el público tuvo la posibilidad de hacer preguntas. La mayor preocupación fue el censo en Chile que se llevó a cabo este año. Se resaltó también la importancia de considerar a los afrochilenos en discusiones sobre esta temática. Otro tema de interés fue el rol de la CONADI en el censo actual. Por último, se preguntó sobre la importancia de la identidad, los movimientos indígenas y la participación política indígena en los censos. La identidad es importante para la visibilización de la diversidad cultural y grupos históricamente excluidos; los movimientos indígenas son los actores principales de cambio ya que la participación política indígena sigue siendo baja y depende de los distintos niveles del gobierno. Otro problema aparenta ser que muchas veces los dirigentes indígenas no quieren ingresar a los partidos tradicionales, porque no ven representada su ideología.

En la tarde se llevó a cabo un taller con los expertos de Chile e internacionales en el campus de la Universidad Autónoma Miguel de Cervantes. Una de las conclusiones principales fue que es de suma importancia que la pregunta étnica se formule conjuntamente con los pueblos indígenas y que además los pueblos e instituciones indígenas estén involucrados en la creac ión de las políticas públicas que se puedan desarrollar en base a los resultados de los censos.

Compartir

Publicador de contenidos

comment-portlet

Publicador de contenidos