La coincidencia de Konrad Adenauer y Rafael Caldera, figuras esenciales de la Democracia-Cristiana en el mundo, en 1962, significó el inicio no solo de la fructífera cooperación entre Alemania y Venezuela, sino también de un trabajo internacional fundado en los principios de solidaridad, colaboración y respeto, que cumple 60 años.
Annette Schwarzbauer, en representación de la KAS en Venezuela; y Andrés Caldera, Presidente de la Fundación Tomás Liscano, dieron la bienvenida al acto Frutos de un encuentro de dos Estadistas – 60 años de cooperación internacional. La apertura estuvo a cargo de Stefan Dupell, Jefe de Misión de la Embajada de Alemania en Venezuela. Este destacó el esfuerzo de Adenauer y Caldera por lograr sociedades basadas en la dignidad del individuo.
Gerhard Wahlers, Secretario General Adjunto de la KAS a nivel mundial, desde Berlín, vía online, y Rafael Tomás Caldera de la Fundación Tomás Liscano que honra la memoria histórica del estadista venezolano, pronunciaron los discursos centrales, en un ambiente de sencillez y solemnidad, ante invitados destacados que compartieron la celebración de modo presencial y virtual.
A los expositores se unieron José Francisco Juárez, Vicerrector Académico de la UCAB; y Ramón Guillermo Aveledo, Presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro (IEPFT), como comentaristas del legado de Adenauer y Caldera. También intervinieron Paola Bautista de Alemán, Presidente del Instituto Forma; Leonardo Álvarez, Director de Más Ciudadanos; y Saskya Mora, becaria de la KAS y de la Fundación Joven Futuro.
Eduardo Velasco, Coordinador de Proyectos de la KAS en Venezuela, moderó el evento que fue enriquecido con un vídeo inicial sobre la vida de Adenauer y la Democracia-Cristiana, en medio de acontecimientos mundiales.
El acto fue un bálsamo histórico entre el recuerdo de lo recorrido y la esperanza de seguir construyendo un mundo con la fuerza de la Democracia- Cristiana. Esa idea de mundo donde la persona humana es el principio y fin de la acción política, y la dignidad humana es sagrada.