Durante esta primera etapa académica tuvimos la oportunidad de observar como los proyectos que comenzaron como ideas hace un año, hoy ya han tomado forma y se encaminan a convertirse en proyectos susceptibles de alcanzar perfiles adecuados para su financiamiento, ejecución y evaluación. Este proceso ha sido formativo para quienes reciben las capacitaciones, pero para quienes la imparten también ha sido provechoso y de gran agrado. Debido a que el gran nivel de estudiantes del curso, su entusiasmo infinito por transformar realidades y su vocación social, han hecho de este programa académico un espacio para el encuentro y la esperanza. Un lugar donde se está encubando la Carora de 2050, un lugar de desarrollo sostenido en el tiempo, abierto al capital nacional e internacional y especialmente enfocado en dar bienestar a su gente.