ADENAUER-HUFFINGTON-BRIEFING - Oficina de la Fundación en Chile
Título individual
«Actuar, no esperar» pareciera ser el lema interiorizado por cada vez más jóvenes empresarias y empresarios de la región. Esta impresión se gana al visitar Saõ Paulo, Medellín, Santiago o Buenos Aires, las nuevas capitales startup.
Ciertamente, Silicon Valley sigue siendo el lugar de origen de la digitalización disruptiva y marca con sus servicios (Instagram, Snapchat, Tinder) también a los jóvenes latinos. Pero en Latinoamérica vemos surgir «fast followers», en el mejor sentido de la palabra.
Aprendizaje mutuo
Hay mucho que podemos aprender de estas personas dotadas de abundantes ideas. Por este motivo invité a cinco talentos a acompañarme en un viaje a Alemania. Durante el año, la Fundación Konrad Adenauer organiza decenas de programas de diálogo similares y, gracias a aquellas instancias de contacto, se aportan nuevos impulsos a los países de origen de los visitantes como también a Alemania.
Los interlocutores en Berlín –también una capital startup relativamente joven– se asombraron al ver con cuanta seguridad los invitados hablaron sobre políticas innovadoras, interrogantes de la regulación o la disposición de la sociedad para asumir riesgos. Al parecer, vienen a hacerle un poco de competencia a Silicon Valley desde un rincón inesperado del mundo. Al menos esa fue la percepción unísona en las asociaciones, el ámbito parlamentario y las universidades.
También es importante tener en cuenta el siguiente mensaje: A pesar de que o a causa de que el motor económico de Latinoamérica a ratos traquetea, los jóvenes están dispuestos a asumir riesgos (por ejemplo, emprendiendo). Una situación que a Joseph Schumpeter bien le habría encantado y en donde quizás realmente el próximo Zuckerberg venga del Pan de Azúcar.
Es evidente que en Latinoamérica no escasean las buenas ideas, sino más bien existe carencia de una buena política. Al menos así lo expresaron los invitados que viajaron a Berlín desde Colombia, Chile, Brasil y Argentina.