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Cómo los jóvenes del siglo XXI perciben la política: el ejemplo latinoamericano

Latinoamérica se aborda relativamente poco en los medios de comunicación alemanes. Entre los temas que se cubren con mayor frecuencia destaca el agravamiento de situaciones de crisis (la política represiva de Maduro en Venezuela), las convulsiones económicas (la caída libre de la economía brasileña) o maquinaciones criminales (los zares mexicanos de la droga), desarrollos que innegablemente son parte de la realidad de los países latinoamericanos.

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Sin embargo, a veces el observador en la lejana Europa ignora que las personas en Latinoamérica también pueden reportar avances sociales. El camino para estos desarrollos se abre gracias a la combinación de sociedades civiles en pleno proceso emancipador y de innovaciones tecnológicas. Lamentablemente, no es el caso de todos los países latinoamericanos, ya que en esta región del mundo también existen regímenes autoritarios que frenan el desarrollo social integral, ya sea por intereses particulares o por razones ideológicas.

Aumenta la presión sobre la política para la generación de cambios

Al mismo tiempo y pese a las abundantes deficiencias políticas que presentan aquellas jóvenes democracias, se perciben fuertes impulsos de modernización en la región, que surten efectos sobre los sistemas políticos, sus actores y sobre algunos ámbitos políticos. Mientras aumenta la presión sobre la política para la generación de cambios, se percibe al mismo tiempo una transformación de las concepciones valóricas y de las visiones del mundo y disminuye la importancia de la Iglesia católica.

El motor de estos procesos de cambio son muchas veces los jóvenes afines a las tecnologías, quienes, como integrantes de movimientos sociales, se comprometen activamente para lograr modelos económicos inclusivos, mejores oportunidades en la educación y el mundo laboral, posturas informadas respecto al medioambiente y la naturaleza y luchan en contra de la corrupción, o, de forma más general, por una política orientada al bien común.

Es evidente que Internet, los teléfonos inteligentes y las redes sociales funcionan también en esta región del mundo como catalizadores digitales de una juventud que en ningún caso se puede tildar de apolítica. Tiende a caracterizarse por una postura secular y un pronunciado interés social, pese a no adherir a partidos políticos o involucrarse con el sistema político. Aún así, los adolescentes y adultos jóvenes son para la política un factor que no es de subestimar. La importancia especial de estos grupos no resulta sorprendente al tener en cuenta la situación demográfica de Latinoamérica.

Estructura demográfica sumamente dinámica y orientada al futuro

Alrededor de un cuarto de la población latinoamericana es menor de 15 años, solo uno de diez habitantes de la región supera los 60 años. Este tipo de estructura demográfica alberga un alto dinamismo y una fuerte orientación al futuro, hecho que se evidencia particularmente en aquellos ámbitos donde disparidades sociales dan lugar a críticas.

Los grandes movimientos de protesta que en años pasados han surgido en Chile, Brasil, México o Argentina son en este contexto indicador de un amplio descontento con la política, pero también de la madurez de la sociedad civil. Los movimientos fueron activamente acompañados por personas de entre 20 y 40 años y, en reiteradas oportunidades y transcendiendo fronteras nacionales, han podido presionar a las élites políticas para enfrentar decididamente los problemas fundamentales de las naciones latinoamericanas, entre ellos la falta de igualdad de oportunidades y de participación, la concentración del poder de privados, la corrupción o el problema del «ausentismo estatal» (incluyendo su función de control y de servicio).

No es de esperar que estas misiones titánicas se resuelvan rápidamente, hecho que hace altamente probable que la existente brecha entre gobernadores y gobernados, tan característica para muchos países latinoamericanos, siga manteniéndose a futuro.

Es necesario romper el ciclo vicioso en muchos países de Latinoamérica. En el marco de los proyectos de la KAS se nos comenta frecuentemente que es escasa la confianza que los jóvenes latinoamericanos tienen en la capacidad de resolución de problemas de la política y en las instituciones de sus respectivos países.

Frustración con los políticos

Marcados por la experiencia cotidiana, los jóvenes suelen percibir los sistemas y partidos políticos desde una mirada más bien crítica y de distanciamiento, ya que se les ha generado la impresión de que la política no puede brindar un aporte palpable a la mejora de su situación de vida. Esta circunstancia no se debe confundir con una «frustración con la democracia». Se podría hablar más bien de que la juventud siente «frustración con los políticos», la que a ratos logran revertir algunos carismáticos personajes, a pesar de que muchas veces terminan defraudando las expectativas puestas en ellos.

¿Cuál es la misión de la Fundación Konrad Adenauer ante este escenario? Probablemente el concepto que la describe mejor es el «empoderamiento». Nuestros proyectos se enfocan en capacitar a las ciudadanas y los ciudadanos de Latinoamérica para lograr que sus Estados sean mejores estructuras comunitarias. Para este fin empleamos diferentes métodos y formatos de la formación política.

Serán los jóvenes los que cambiarán el rostro de Latinoamérica

Esta colaboración en pos del desarrollo se facilita por la generalmente alta disposición al compromiso y por la sólida conciencia que tiene la juventud ante los problemas sociales. Es nuestro objetivo lograr que esta potencia se aproveche para generar cambios políticos. En el marco del diálogo con nuestras contrapartes o interesados y también a través de nuestras publicaciones, estudios y becas, queremos fortalecer el interés por la política y los procesos políticos y brindar un aporte para afianzar las jóvenes democracias.

Si dedicamos una mirada al largo camino que este continente ha recorrido en el pasado, hay razones para ser optimista. Serán los jóvenes los que cambiarán el rostro de Latinoamérica mediante su voluntad de involucramiento concreto, ya sea como empresarios, nuevos talentos políticos o luchadores por un mejor mundo. Es algo que abordaré en mi blog durante las próximas semanas.

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