Yann Basset,, director del Observatorio de la Representación Política -ORP- de la Universidad del Rosario, presentó los mapas de riesgo por factores indicativos de fraude electoral y resaltó la aparición de las ciudades como lugares en riesgo, debido a su alta concentración de electores y a la situación socioeconómica precaria de parte de su población que permite el clientelismo y la compra de votos.

Durante el primer panel, Carlos Ariel Sánchez resaltó que ha habido avances en el sistema electoral colombiano, hablando de la identificación de las firmas inconsistentes y los nuevos delitos electorales. Lo acompañan en el panel Armando José Mercado (Esquina derecha), Laura Rincón y el moderador Alejandro Sánchez Lopez de Mesa (Esquina izquierda).

Camilo Vargas Betancourt, coordinador del Observatorio Político Electoral de la MOE, señala que el mapa de 2018 tiene la menos cantidad de municipios en riesgo electoral por violencia. No obstante, indica que se necesitan hacer mayores logros en el tema de protección a líderes sociales y políticos.

Estos mapas llevan haciéndose tradicionalmente desde el año 2007 para determinar las zonas en Colombia que poseen mayores riesgos en el ejercicio electoral y los factores que generan dichos riesgos, como la violencia, el clientelismo o el fraude electoral, entre otros.

Stephanie Lavaux, vicerrectora de la Universidad del Rosario, Lawrence Sacks, Director de USAID en Colombia y Frida Zaric, jefe de misión adjunta de la embajada de Suecia, fueron los encargados de dar las palabras de bienvenida al evento y hacer la instalación de la mesa. En sus discursos reafirmaron la importancia de los mapas de riesgo como una parte integral de los años electorales, hablaron de la relevancia de desarrollar una ciudadanía activa y resaltaron que la labor de la MOE es objetiva y se ha convertido en un referente internacional.

La presentación oficial del informe consolidado de los Mapas de riesgo 2018 estuvo a cargo de Alejandra Barrios Cabrera, directora de la MOE. Según ella, en términos generales el mapa electoral trae buenas noticias para el país, específicamente debido a que ha habido una disminución de los delitos electorales y por ende una disminución de los municipios en riesgo electoral. Esto en el marco de un proceso electoral histórico en el que, por primera vez en 50 años, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia no suponen un riesgo para las comunidades a la hora de ejercer el derecho al voto. Para cerrar su intervención, hizo un llamado a los asistentes para evitar propagar el riesgo más dañino de todos: la estigmatización y la intolerancia.

La siguiente intervención estuvo a cargo de Yann Basset, director del Observatorio de Representación Política de la Universidad del Rosario, donde presentó el mapa consolidado de riesgo por factores indicativos de fraude electoral y afirmó que la nueva aparición de las ciudades como lugares en riesgo responde a la situación de precariedad socioeconómica de algunos de sus sectores, que las hacen más susceptibles de caer en delitos electorales. Luego de la intervención de Basset se dio inicio al primer panel de discusión, donde los panelistas conversaron sobre la estructura electoral y los cambios que este debe tener a fin de mitigar los riesgos que se presentan para las elecciones de este año. Dentro de los temas que se abordaron están las dificultades de acceso a los puestos de votación en las zonas apartadas y las posibilidades del voto electrónico y los nuevos delitos electorales que puede acarrear su implementación.

Durante la última parte de la jornada Camilo Vargas Betancourt, Coordinador del Observatorio Político Electoral de la MOE, presentó el mapa consolidado de riesgo por factores de violencia y habló sobre la violencia contra la libertad de prensa y el desplazamiento forzado. Indicó que, aunque el 2018 tiene la menor cantidad de municipios por violencia, siguen habiendo grandes desafíos por las acciones del ELN y el asesinato a líderes sociales y políticos. Finalmente, el evento se cerró con un segundo panel, donde se abordaron temas como la cultura política colombiana, la transformación del conflicto en el país, el papel del ELN en las siguientes elecciones y la ausencia del estado en las regiones más apartadas.