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Notas de acontecimientos

No está claro el camino para Cuba

de Frank Priess
“Quo Vadis, Cuba – escenarios de transición después de la era Castro” fue el título de un congreso conjunto de la Fundación Robert Schuman y la Fundación Konrad Adenauer, que recién se realizó en Bruselas con destacada participación internacional. El juicio unánime de los participantes: todavía es muy pronto para hacer una evaluación definitiva del rumbo que toma el régimen bajo el liderazgo de Raúl Castro. Para que se dé un cambio fundamental de la posición europea se requiere de señales claras, sobre todo en la cuestión de los derechos humanos y civiles. Las reformas económicas parciales sólo pueden ser un primer paso.

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De relevancia especial en la conferencia fue la cuestión, como debe proceder la Unión Europea cuando el próximo mes se haga la valoración anual sobre la “posición común” hacia Cuba. En la Comisión Europea se perfilan cambios al respecto, como lo evidenció la aportación de Manuel López Blanco, de la dirección competente. Si bien las medidas hasta ahora visibles habrían sido más bien “simbólicas y no reales”, entrañarían, sin embargo, el “potencial del cambio”, apuntó López Blanco. Sin dejar de lado el tema de los derechos humanos valdría la pena abrir “ventanas de cooperación” y llegar lo más rápido posible a una normalización de las relaciones. Al efecto, la diversidad de temas no se limitaría al intercambio económico, a la lucha contra el cambio climático y los esfuerzos de mejorar las condiciones de vida de los cubanos.

El vicepresidente de la bancada de la CDU/CSU en el parlamento federal alemán, Arnold Vaatz, rebatió vehementemente estas exposiciones. En efecto, puso en duda que los actuales sucesos en Cuba realmente representen un proceso de transición, más bien se daría el caso de una sucesión al interior de la familia. “Es más o menos así como si Erich Honecker hubiese entregado el poder a un hermano menor”, comentó Vaatz. Cuba podría seguir como lo hizo antes, si la UE estuviera dispuesta ceder en sus posiciones sin establecer condiciones. En cualquier caso no habría un consenso sobre una modificación de la posición de la UE. “Europa es débil, si habla con muchas voces divergentes”, opinó Vaatz, “pero peor sería, si diera con una sola voz las señales equivocadas”. Esta opinión recibió apoyo del eurodiputado polaco Boguslaw Sonik, que en 1977 fuera uno de los fundadores de la organización juvenil del sindicato Solidaridad. La condición para una mayor cooperación seguiría siendo la liberación de los presos políticos.

El trato a los presos de conciencia una prueba decisiva para la disposición reformadora

También el comisionado del gobierno estadounidense para la transición en Cuba, Caleb McCarry, vio en la liberación de los presos de conciencia la prueba decisiva de una disposición reformadora del nuevo gobierno cubano. No obstante que la voluntad de cambio se percibiría en toda la población cubana, aún quedaría abierta la pregunta qué tan lejos irían las reformas económicas entabladas.

Manuel Espino Barrientos, presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) abogó en favor del diálogo con todas las fuerzas políticas, con base en una clara convicción que parta de valores y del compromiso con los derechos humanos y civiles. Con una declaración de diez puntos se habría avanzado hacia un acercamiento con el gobierno cubano, pero hasta ahora sin resonancia. A la fecha se trataría más bien de un “cambio fingido" y una continuación de la política de encierro. Su vicepresidente, Marcelino Miyares del PDC cubano, añadió que para el diálogo existe un solo pueblo cubano, la permanente diferenciación entre adentro y afuera, entre cubanos residentes en la Isla y en el exilio sería obsoleto. En este momento la iniciativa “Consenso Cubano” se esforzaría con gran éxito en organizar una amplia alianza de grupos muy diversos interesados en un cambio democrático.

La cláusula democrática es importante

Vicente Fox Quesada, ex-presidente de México y co-presidente de la organización cristianodemócrata mundial, la IDC, estableció interesantes paralelos entre los procesos de Cuba y México. Precisamente la cláusula democrática en la cual la Unión Europea habría insistido durante la negociación del acuerdo de cooperación con México, habría sido de suma importancia para el cambio democrático en el país. La UE debería seguir usando esta autenticidad y autoridad moral en estos momentos. Refiriéndose a los Estados Unidos, Fox dijo, que la política de embargo no habría ayudado en el pasado, sin embargo, prescindir de ella actualmente sin alguna compensación no sería recomendable. Pero la verdadera transición necesitaría el impulso desde adentro –también en este caso la comparación con México podría aportar algo– no obstante, el extranjero podría coadyuvar al efecto.

Con ello estuvo de acuerdo el eurodiputado José Ignacio Salafranca, quien puso de relieve la pretensión europea de ser una “Europa de valores”, algo que se manifestaría por ejemplo en la cláusula democrática. Consideró lamentable que los recientes contactos extranjeros en Cuba habrían renunciado a conversaciones con la oposición democrática. Su colega parlamentario Elmar Brok del CDU rechazó explícitamente el planteamiento que mejoras en los derechos humanos fundamentales y de libertades serían prácticamente canjeables por reformas económicas y sociales. Además, las acciones actuales del régimen cubano no serían suficientes para la gente. Eso ya se habría hecho evidente a finales del decenio de 1980 en Alemania, ante la preocupación de que eventuales créditos del Occidente podrían estabilizar la RDA. Según Brok, hoy en día se sabría: “Ocurrió algo diferente.”

La disyuntiva de la valoración

Como mostraron una y otra vez las discusiones, exactamente en este punto existe un dilema de valoración en cuanto a los procesos actuales en Cuba. ¿Qué efecto tendrá el acogimiento que Raúl Castro ha hecho de las necesidades inmediatas de los ciudadanos, por ejemplo, con respecto a las cuestiones de abasto?; ¿será un efecto más bien estabilizador? o ¿esa política demasiado parcial de apertura y reforma provocará movimientos que a la postre ya no se dejarán controlar por el régimen y desemboquen en una dinámica propia? Esto último es lo que parece pensar sobre todo Fidel, el hermano de Raúl, que truena también ahora contra los más mínimos cambios, por ejemplo, cuando critica el efecto nocivo del entretenimiento electrónico moderno. Mucho habrá de depender del hecho; es decir, si las medidas son suficientes para causar por lo menos la esperanza en las personas en Cuba que sus condiciones de vida mejorará eventualmente dentro del sistema existente. Porque parece que el miedo ante los cambios —ante una competencia inútil con personas y empresas de afuera con una mejor preparación para ella— ha tenido un efecto estabilizador; considerando además que muchos cubanos, que tal vez hubieran podido actuar como masa crítica con respecto a los cambios, escaparon del sistema mediante su salida o huida, estamos hablando de cientos de miles en los años pasados. Eso mismo preguntó un participante en la discusión: ¿Qué tan realista es un cambio, que prescinda completamente de aquellos que hasta las fecha son los apoyos del sistema, y que apueste exclusivamente a una oposición interna que más bien parece fragmentada y débil?

“En todo caso nuestro interés consiste en ayudar a Cuba y los cubanos”, dijo el eurodiputado Jaime Mayor Oreja de la junta directiva de la Fundación Schuman, y “para tal efecto, esperamos precisamente que ustedes nos indiquen cómo se puede realizar de la mejor forma y qué debería evitar Europa a toda costa”. Y, Hans-Hartwig Blomeier, jefe del equipo Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer, añadió: “Queremos cambios para, con y por los cubanos.”

Muchos proyectos concretos

El caso es que la conferencia de Bruselas aportó valiosas indicaciones para estas intenciones, entre otras cosas por los mensajes impresionantes de Oswaldo Payá, ganador del premio Sajarov y de la fundadora de las “damas de blanco”, Blanca Reyes. Tampoco hacen falta proyectos específicos para apoyar el cambio democrático en Cuba. Un panel presentó iniciativas que abarcaron desde propuestas juveniles Pro-Cuba como “Raíces de Esperanza” hasta acciones que pretenden posibilitar por fin para los cubanos pagar con su salario en moneda nacional igual que los poseedores de devisas. Una guía alternativa de viaje editada por la “Asociación Solidaridad Española con Cuba” ofrece además las herramientas a los turistas para viajar con los ojos abiertos en el país, sin dejarse cegar por las bellezas naturales, la música cubana y el gozo de la vida de la gente. Muchas veces son los pequeños pasos y señales, que transmiten la esperanza; sobre todo para aquellos que todavía sufren especialmente bajo la última dictadura militar del continente latinoamericano.

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