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Notas de acontecimientos

Red Humanista por Latinoamérica profundizó sobre la agenda regional indígena de derechos colectivos

Con el apoyo de la KAS PPI

KAS - PPI

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El escenario escogido para el evento fue en Valle de Antón en Panamá. Con aportes de expertos en derechos e institucionalidad indígena, se desarrolló un espacio de amplio dialogo y construcción colectiva para analizar la relevancia de las cuestiones indígenas para las estructuras partidarias, vinculadas a la Red Humanista por Latinoamérica.

Para nutrir el debate, se contó con expertos y ex autoridades con amplia experiencia y conocimiento de la agenda indígena de la región. Dionisio García, Senador Español, Portavoz en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos y miembro de las Comisiones de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional, y Patrono de la Fundación Humanismo y Democracia, compartió su experiencia sobre temas como: tipos de gobierno en los principales países de la Región, modelos de desarrollo, distribución del crecimiento económico, procesos de integración regional, así como la experiencia de un proyecto con jóvenes indígenas ashaninkas de la Amazonía peruana y de los indígenas Purépechas de Michoacán (México). El segundo día, Xavier Abreu, Miembro del Partido Acción Nacional, ex Presidente municipal de Mérida, Yucatán, expuso sobre identidad cultural, conformación cultural de los pueblos originarios de México, y sobre Políticas Públicas e Identidad Cultural. Por último, y no menos importante, Simeón Tiu de Guatemala, Licenciado en Pedagogía, Mágister en Análisis Estratégico Seguridad y Geopolítica USAC, trabajó sobre el contexto indígena de la región con enfoque en la Identificación de las posibles razones de la exclusión y/o autoexclusión de los indígenas en la política, facilitó también un análisis comparativo entre: partidos políticos indígenas, no indígenas y humanistas, principios y valores transversales, concluyendo con una revisión de los principios de humanismo como base doctrinal para un partido político.

La oportunidad también sirvió para que los integrantes de la Red humanista por Latinoamérica establezcan un primer contacto con las cuestiones indígenas más relevantes de la región, tomando en cuenta que nos e puede hablar de verdadera democracia mientras sectores como los indígenas estén excluidos de la representación y participación política, más en una región como América Latina, en la que se estima que viven aproximadamente 45 millones de indígenas, repartidos en 800 pueblos.

El Taller contó así con las participaciones de:

  • Argentina: Sofía Mola.
  • Bolivia: Alberto Vaca, Andrés Palacios y Jhosselin Gutierrez.
  • Brasil: Leonardo Lobo.
  • Colombia: Jimmy Lopez y Yedis Lindo.
  • Ecuador: Verónica Cando.
  • Honduras: Wendy Mejía, Karla Turcios y Karla Carias.
  • México: María Teresa Rivera, Jesús Martínez y María Venerada Ceja.
  • Nicaragua: José Humberto Hernandez.
  • Panamá: Luis Alberto Chami.
  • Paraguay: Luis Enroque Mongelos y Paloma Servin.
  • Perú: Luis Portugal y Paul Salcedo.
A continuación, compartimos el resumen de tres de los participantes, Sofía Mola de Argentina resume la jornada con el Senador Dionisio García, Luis Portugal de Perú sobre la jornada con Xavier Abreu, y Verónica Cando de Ecuador se centra en las jornadas con Simeón Tiu.

Día 1: Resumen de Sofía Mola (Argentina) sobre la jornada con Dionisio García de España

El 1ro de noviembre se dio comienzo al Taller “Aproximación al Estado de Situación de los Pueblos Indígenas de la Región para Representantes de la Red Humanista de América Latina”, realizado por el Programa Regional “Participación Política Indígena” (PPI) en América Latina de la KAS, en conjunto con la Red Humanista por Latinoamérica. Realizado en el Valle de Antón, Panamá, 20 jóvenes provenientes de once países de la región se reunieron con el objetivo de introducir, acercar y profundizar la situación y el marco de derechos colectivos indígenas a representantes de la Red Humanista por Latinoamérica. En la primera jornada se contó con la presencia de Dionisio García, Senador por Zamora (España).

El primer Módulo comenzó con la presentación de una visión general del panorama político en América Latina, identificando los tres principales problemas: populismo, desigualdad y falta de asociación. El populismo no es propiamente de derecha ni de izquierda, tiene como propósito asentarse en el poder y tiene como principal herramienta de discurso las debilidades de la democracia. Las desigualdades, ya sean económicas o de desarrollo humano, son un campo abonado que propicia las apariciones de los populismos, pues generan brechas entre los distintos grupos de la sociedad, con antagonismos y recelos; un Estado desarrollado, entonces, no se vincula con índices económicos -solamente- sino más bien con la capacidad del Estado de poder prestar a sus ciudadanos, desde antes del nacimiento y hasta después de la muerte, condiciones y posibilidades de gozar de una vida digna y de calidad. En cuanto a la falta de asociación, en Iberoamérica no se ha sabido aprovechar la historia común, los lazos conjuntos, para fortalecer la región y las posiciones relativas; por el contrario, de las diferencias se ha generado conflictos, cuando en realidad se debería producir crecimiento por medio de la asociación. Dialogando sobre el papel de los partidos políticos, se concluyó que son instrumentos necesarios para la construcción y fortalecimiento de la democracia, pero el principal inconveniente que se presenta en la región es la creación y muerte de partidos en torno a un líder, con el objetivo de impulsarlo como candidato, pero sin base ideológica y social que trasciendan a estas personas.

En el segundo Módulo, se conversó sobre la participación de los pueblos indígenas en la actividad política y social, realizando un repaso sobre la participación de las comunidades nativas en los países de la región, analizando principalmente el Modelo Cheran (indígenas Purépachas de Michoacán, México) y el Modelo CARE (indígenas Ashánikas de la Selva Central del Perú). Se hizo mención del proceso de desindigenización, de abandono de la cultura indígena, que se está viviendo en la región, por lo que es necesario que el Estado asuma políticas de acción positiva con el objetivo de asegurar la preservación cultural.

Se dialogó también sobre la oportunidad para los partidos políticos considerando el contexto indígena actual. Los partidos humanistas y las comunidades indígenas mantienen ciertas similitudes: el respeto al medioambiente, la preferencia de la democracia frente al autoritarismo y el respeto a la dignidad humana (considerar a la persona antes que al individuo). Por ello es necesario que los partidos y la sociedad civil, en conjunto con las comunidades indígenas, comprendan la necesidad de encontrar valores y temas en común que permitan avanzar en la misma dirección, uniendo esfuerzos para lograr sinergia, entendiendo que las diferencias no dividen sino que aportan distintas visiones sobre un mismo aspecto, y que estas diferencias son las que permitirán el desarrollo.

Por último, se realizó un trabajo grupal, con el propósito de elaborar conclusiones de la jornada y propuestas para mejorar el estado de situación de las comunidades indígenas. Algunas de ellas han sido: exigir un censo y mapeo sobre las comunidades, trabajando en su puesta en práctica y criterios distintivos; necesidad de encontrar temáticas, valores y principios comunes entre partidos políticos tradicionales y las comunidades indígenas, con el propósito de generar una integración por convicción e intereses compartidos; los cambios legislativos (Consulta Previa, Ley de Cupo) son necesarios pero no suficientes, es primordial apostar por una formación integral e integrada, que capacite a las personas que accedan a cargos de toma de decisión.

Día 2: Resumen de Luis Portugal (Perú) sobre la jornada con Xavier Abreu de México

En el marco del taller denominado “Aproximación al Estado de Situación de los Pueblos Indígenas de la Región para Representantes de la Red Humanista de América Latina”, realizado por el Programa Regional “Participación Política Indígena” (PPI) en América Latina en conjunto con la Red Humanista por Latinoamérica, se llevó a cabo la jornada del segundo día titulada “Relevancia de la agenda indígena en la política”, a cargo de Xavier Abreu Sierra, miembro del Partido Acción Nacional y ex Presidente municipal de Mérida, Yucatán.

Al iniciar la jornada de trabajo se planteó la siguiente pregunta: ¿Cómo plantear una democracia multicultural?, cuya respuesta fue abordada a lo largo de los diversos debates surgidos en la sesión. En ese sentido, para poder entender y promover correctamente la participación de las comunidades indígenas en la vida democrática de los países, el ponente mencionó la importancia de conocer las tres etapas históricas de los indígenas en México y que, por lo general, son las mismas en el resto de Latinoamérica, que son una primera etapa de exclusión, posteriormente una de integración y, actualmente, una tercera etapa de multiculturalidad, iniciada en 1994 en el caso mexicano tras las revolución de Chiapas.

Ahora bien, esta última y actual etapa, la multiculturalidad, significa entender que existen diferentes maneras de ver la vida, teniendo en consideración los usos y costumbres de los pueblos indígenas, pero considerando el respeto a los derechos humanos como un límite infranqueable a estas prácticas en las comunidades.

Respecto a la identidad cultural, se entiende por esta a todos aquellos elementos que permiten identificarnos, mostrar lo que tenemos en común y qué es lo que nos diferencia de otros pueblos. Sobre este punto se debatió si la pérdida de ciertas expresiones culturales en las nuevas generaciones, tales como la vestimenta, significa o no una pérdida de identidad cultural, concluyendo que no, pues existen elementos culturales que son constitutivos de la identidad cultural, como son los elementos materiales, de organización, de conocimiento, entre otros.

De esta manera, se explicaron los componentes de la identidad cultural tales como la cosmovisión, que es la manera de ver la vida y que tiene que ver con la felicidad y otros elementos como el sincretismo religioso de las comunidades, la tradición entendida como aquel pasado que merece ser presente, la lengua, la forma de organización social como el sistema de mando comunal o el rol de género y productivo, y finalmente, las manifestaciones culturales como la música, el vestido, artesanía, etc.

Posteriormente, se mencionó que una vez que se entienda y conozca el concepto de multiculturalidad e identidad cultural de las comunidades, se puede abordar el establecimiento de políticas públicas. A modo de ejemplo, se señaló que una política pública para los pueblos indígenas debe conocer el pensamiento y la forma de ver el mundo de estos, como el concepto que tienen de la tierra, el medio ambiente o el tiempo. A partir de ello se debe también buscar la participación política de las comunidades indígenas mediante mejores condiciones de equidad con organizaciones sociales que contribuyan a esto. Una buena plataforma para esto son los municipios, pues el diálogo debe empezar por los gobiernos municipales.

Asimismo hubo consenso en el sentido de que las políticas públicas no deben estar orientadas al proteccionismo de los pueblos indígenas para que estos no caigan en una situacion de dependencia con el Estado, lo que sería contraproducente en tanto que no permitiría su desarrollo. Es decir, el objetivo debe ser una política pública dirigida al empoderamiento para la autogestión, proceso en el que es imprescindible el diálogo intercultural.

Por su parte, en el reto planteado para una democracia multicutural, se resaltó el trascendental papel que debe asumir la sociedad civil por las mayores oportunidades que tiene de gestionar la visibilización de las comunidades y de generar confianza recíproca entre ellas. Esto no significa que se deba realizar un trabajo alejado de las acciones implementadas por el Estado, sino que deben ir paralelamente, de la mano con un permanente diálogo que permita arribar a los objetivos comunes.

Se debe resaltar que dentro de las discusiones surgió el debate sobre la compresión de los pueblos indígenas como grupos vulnerables. El profesor Abreu sostuvo que la vulnerabilidad no radica exclusivamente en su condición de indígena, sino, en el aspecto económico y la falta de oportunidades. Otros participantes sostuvieron que no es posible hablar de un único origen de esta vulnerabilidad, sino de varios orígenes que generan una vulnerabilidad múltiple, como son los aspectos étnicos, económicos, o de género y edad en algunos casos.

Para poder poner en práctica lo anteriormente señalado se realizó un trabajo grupal, cuyos miembros debían explicar a) ¿Qué medidas tomarían para visibilizar la identidad cultural y a las comunidades indígenas con el resto de la sociedad? b) ¿Qué labor se debería realizar para que los pueblos indígenas salgan de la situacion de vulnerabilidad en la que se encuentran? c) ¿Cuál es la mejor plataforma política para una participación de las comunidades indígenas en la política?, y d) ¿Cuál es el plan de vida y trabajo comunitario que tenemos para lograr las metas planteadas anteriormente?

Para culminar la jornada, el ponente explicó el árbol de los problemas, el árbol de los medios y el árbol de los objetivos. El primero de ellos, el árbol de los problemas, aborda las causas de la exclusión y la invisibilidad de los pueblos indígenas, encontrándose entre estos problemas las barreras socioculturales, las limitadas capacidades para gestionar procesos de desarrollo y la oferta institucional deficiente para promover el desarrollo integral de los pueblos indígenas. En segundo lugar, el árbol de medios busca una población indígena con igualdad de oportunidades para su desarrollo mediante el diálogo intercultural, capacidades fortalecidas para gestionar proyectos de desarrollo y oferta institucional para resultados. Finalmente, el árbol de objetivos pretende explicar la necesidad de crear vínculos virtuosos de bienestar a través de la inclusión social, participación activa, comunidades integradas, identidades fortalecidas y menos dependencia a los programas asistencialistas.

El gran reto consiste en lograr que las instituciones que sepan promover el desarrollo trabajen con los sujetos de desarrollo para lograr el desarrollo con identidad.

Días 3 y 4: Resumen de Verónica Cando (Ecuador ) sobre las jornadas con Simeón Tiu de Guatemala

¿Cuál es la razón de tu existencia? Fue la primera pregunta, de varias interrogantes, que nos planteamos junto a Simeón Tiu en el tercer día del taller de Humanismo y Participación política de Pueblos Indígenas desarrollada en la República de Pa namá. En respuesta a este primer planteamiento se expuso tres razones por la que venimos al mundo: para vivir, realizarnos y trascender.

El análisis de cada una de las razones nos dio la antesala de comprender lo que significa ser Humanista en la actualidad y de lo que significa ser cristiano dentro de la tendencia. Con observaciones objetivas, apartado de lo religioso, se llegó a la conclusión que ser humanista es respetar a los seres humanos colocándolos en el centro de todo y nos permite la búsqueda de la dignidad y equidad humana. El cristianismo se basa en las prácticas sociales que realizó el Cristo histórico y su enfoque de sociedad.

¿Exclusión o autoexclusión de las mujeres, indígenas y jóvenes en los partidos políticos? fue la nueva interrogante de debate. Los puntos de vista fueron una retroalimentación constante por existir jóvenes de diferentes nacionalidades, etnias, militantes de partidos con trayectoria y partidos nuevos, así como jóvenes que pertenecen a organizaciones sociales y no políticas. Se concluyó que es una problemática que en su génesis era exclusión, lo cual levanto barreras mentales dentro de las mujeres, jóvenes e indígenas y que posteriormente esa exclusión constante creo una cultura de autoexclusión que no permite la plena participación de los grupos mencionados dentro la política; estas barreras se derriban con acciones incluyentes y revisión de los principios y valores de los partidos políticos.

De la mano de Tiu se analizó las transiciones sociales recientes, ponderando el concepto de ciudadanización como la participación activa de las personas en reconocimiento y defensa de sus derechos y deberes dentro del conglomerado social. Se identificó que los espacios para cambiar las condiciones de la situación social se dan mediante la vivencia de valores como los de la democracia activa, donde la sociedad civil participa y se involucra en la toma de decisiones, mientras que en la antítesis, democracia pasiva, solo se ejerce el voto y no se participa de la gobernabilidad.

El ponente enfatizó que para vivir en democracia se debe tener claro los valores democráticos, y al ser adoptada la democracia como sistema político, esta se convierte en la base de la estructura del Estado, donde las acciones deben ser independientes pero transversales desde su normativa legal hasta su ejecución.

Un encuentro altamente participativo y reflexivo marco la jornada sobre las bases que debe tener un partido humanista y las estrategias de fortalecer la participación de indígenas, mujeres y jóvenes dentro de las organizaciones políticas para que sean sujetos, y no objeto, de la toma de decisiones.

Con la consigna de que “la política se cambia desde adentro” se realizaron actividades grupales donde se plasmó los principios y valores humanistas dentro de las organizaciones políticas que creamos a manera de taller, donde determinamos que solo siendo parte de la estructura se puede generar importantes cambios en las actividades de nuestra organización, pues desde afuera existe desgaste, cansancio y no se logran cambios profundos. La motivación a que más jóvenes entren a la política y a las organizaciones políticas se convirtió en un espacio importante dentro del evento.

Con un intercambio de ideas entre los participantes se definió los principios y valores de los partidos políticos de corte humanista, para posteriormente analizarlos en plenaria. Se destacó los cinco principios: humanización, dignidad de la persona humana, supremacía del bien común, solidaridad y subsidiaridad.

Humanización como el crecimiento en conciencia, libertad, responsabilidad, sentido social y promoción de los valores humanos. La dignidad de la persona implica que debemos reconocer que es sujeto, principio y fin de la vida social y política. La primacía del bien común se logra cuando el uso de los bienes fortalece y fomenta la dignidad de la persona, en el respeto a los derechos fundamentales y solidaridad es una relación mutua, esencial entre la persona y la sociedad. La subsidiaridad es complementariedad y ayuda escalonada del Estado cuando la participación del individuo y la comunidad se ven insuficientes para atender las necesidades.

Se demostró una diversidad de valores según la cosmovisión de los grupos, como la libertad, justicia, igualdad, respeto, amor, paz y verdad y un valor importante como el comunitarismo dentro de la visión indígena.

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