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El intercambio inició con una premisa provocadora: el 70% de las negociaciones de paz en el mundo fracasan en la fase de implementación. Lo que demuestra la importancia de que este proceso sea un esfuerzo de toda la sociedad; en el caso de las negociaciones entre el Gobierno colombiano y las Farc, es importante recalcar la participación de la sociedad civil, la cual está reflejada en las cerca de 7.000 organizaciones que hicieron llegar sus aportes a la mesa de La Habana.
En esta línea, Gómez compartió la iniciativa Rodeemos el diálogo-ReD, la cual nace en Londres durante 2012, como una red transnacional integrada por colombianos y amigos de Colombia, con el objetivo de dar apoyo moral al proceso de paz. Esto es sensibilizar las redes sociales de sus integrantes, a través de diferentes actividades independientes y sin filiación política. Actualmente ReD se encuentra en Colombia (Armenia, Pereira y Pasto), así como en Reino Unido, y algunas ciudades de Europa: Barcelona, Budapest y Bruselas. Los principios bajo los cuales trabajan son el respeto para escuchar, honestidad, para construir, generosidad para compartir, y solidaridad para ponerse en los zapatos del otro.
Uno de sus principales objetivos es construir una cultura de diálogo, recuperando la esencia del mismo como tecnología de poder. Lo cual realizan a través de espacios de encuentro como tertulias musicales y literarias, no talleres, conversatorios y desayunos de paz, entre otros. También llevan a cabo campañas globales como #YoFirmoLaPaz; y realizan un programa en radio los lunes en la mañana. Todas estas iniciativas muestran cómo la sociedad civil puede organizarse y "articularse como constructores de paz", tal como señala Gómez.
Entre los asistentes se generan algunas dudas que plantean al invitado. Estas relacionadas con temas como: cómo transformar las causas estructurales del conflicto y qué rol le corresponde a la clase media en esta transición; qué debe hacer la sociedad civil para evitar el fracaso de los diálogos, y en el futuro la implementación de los acuerdos; cómo sensibilizar a los niños y niñas respecto al escenario posacuerdo, y la forma en que ciudadanos y organizaciones extranjeras pueden involucrarse.
En respuesta a estas y otras inquietudes, Gómez planteó la necesidad de hacer un compromiso personal de ejercer la ciudadanía activa para leer, comprender, proponer y gestionar escenarios de paz.
Hizo énfasis en que el horizonte es la paz positiva, la transformación de las estructuras de desigualdad y finalizar el conflicto armado. En este sentido, señaló que es importante entender que a corto plazo lo principal es ponerle fin a la confrontación violenta, a mediano plazo darle solución a otros problemas sociales y a futuro desmontar las estructuras políticas y culturales que han dado legitimidad política a la violencia.
En cuanto a los mecanismos de participación, Gómez explicó que el Gobierno es el encargado de hacer el alistamiento para permitir que los colombianos se involucren en temas de planeación, toma de decisiones y seguimiento, de conformidad a los puntos acordados; sin embargo "la sociedad civil no debe sentarse a esperar" y toma como ejemplo la forma en la que diferentes organizaciones han propuesto agendas a entes locales, regionales y nacionales.
Como conclusión, Gómez destacó que la responsabilidad es personal, y que desde las micro relaciones se debe privilegiar el diálogo, más como un ejercicio de escuchar al otro, que como una forma de expresar opiniones propias. Con el fortalecimiento de estos espacios se pueden construir nuevas perspectivas, cambiar paradigmas, y reconstruir el tejido social como camino a la reconciliación.
• Preparado con el apoyo de Cindy Stephania Izquierdo Ruiz, Internacionalista y Administradora pública- Universidad Militar Nueva Granada y Escuela Superior de Administración Pública.