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Encadenamientos productivos en la Alianza del Pacífico: clave para consolidar la integración económica en América Latina

de Patricio Garza

KASBLog: análisis y opinión

En un contexto internacional marcado por los efectos nocivos de la pandemia y el creciente proteccionismo en las economías más avanzadas, la Alianza del Pacífico (AP) ha adquirido una gran relevancia para la reactivación económica de sus miembros. Sin embargo, enfrenta grandes retos para consolidarse como un mecanismo que promueva una integración económica profunda entre los cuatro países y la conformación de encadenamientos productivos constituye uno de los medios más importantes para incentivarla.

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Tras diez años de integración latinoamericana, México, Colombia, Chile y Perú celebraron la XVI Cumbre de la Alianza del Pacífico (AP) el pasado 26 de enero. Ese mismo día, se llevó a cabo también la VIII Cumbre Empresarial de la AP, lo cual es un reflejo del activo involucramiento del sector privado y la importancia que tiene la integración económica dentro del mecanismo. Por un lado, ante un contexto internacional marcado por los efectos nocivos de la pandemia y el creciente proteccionismo en las economías más avanzadas, la AP, como instrumento de política comercial, ha adquirido una gran relevancia para la reactivación económica de sus miembros. Asimismo, las perspectivas de que el escenario internacional mejore en los próximos años son pocas, debido a los conflictos internacionales actuales y potenciales, como la guerra comercial entre China y Estados Unidos o la crisis de seguridad en Europa ante la nueva amenaza rusa. Por otro lado, la AP enfrenta grandes retos para consolidarse como un mecanismo que promueva una integración económica profunda entre los cuatro países.

Oportunidades para consolidar la integración económica

La AP es un mecanismo que cuenta con objetivos particulares, enumerados en el Acuerdo Marco de la AP de 2012, los cuales están estrechamente vinculados con la creación del comercio y el intercambio económico intrarregional, con miras a construir un área de integración profunda que permita la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. En estos diez años, la AP ha despertado interés en los cinco continentes, lo cual se evidencia con la incorporación de 59 países en calidad de Estados observadores, quienes participan con derecho de voz en las deliberaciones. En 2017, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur iniciaron el proceso para incorporarse a la AP como Estados asociados El 21 de julio de 2021, concluyeron las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la AP y Singapur, el cual se firmó en enero de 2022. Con esto, el bloqueo de las negociaciones para incorporar a Estados asociados ha quedado atrás, lo que abre una ventana de oportunidad para un mayor acercamiento con los cuatro socios comerciales de la región de Asia Pacífico y fortalecer la red de acuerdos de los países miembros.

El comercio dentro de la AP se ha apoyado como resultado de la ratificación del Protocolo Adicional al Acuerdo Marco de 2015 y sus adecuaciones correspondientes. Una de las principales metas ha sido la eliminación gradual de las tarifas arancelarias, para lo cual se planteó el objetivo de lograr la desgravación del 92% de los productos. De acuerdo con una revisión de los datos más recientes en un estudio de la KAS México, el 97% de las importaciones dentro del bloque quedaron libres de impuestos en el año 2020[1]. Incluso los flujos comerciales entre los cuatro países han disminuido desde la creación de la AP en 2011, a pesar de las medidas de facilitación del comercio. En este sentido, la consolidación de la AP en términos comerciales requiere de la conformación de encadenamientos productivos en la región. En julio de 2018, durante la XIII Cumbre de Puerto Vallarta, México, se creó el Grupo Técnico sobre Cadenas Globales de Valor y Encadenamientos Productivos, el cual ha identificado una serie de actividades económicas y sectores que tienen la posibilidad de formar encadenamientos productivos en la región.

Gran parte de los potenciales encadenamientos productivos que se han logrado identificar corresponden al sector de alimentos procesados. Esto se explica por la estructura productiva y las matrices exportadoras de los países de la AP, lo que ocurre también a lo largo de la región de América Latina y el Caribe, aunque también se identificaron otros sectores productivos. La creación de este grupo técnico en la estructura de la AP es un reconocimiento de que existe esta área de oportunidad, sin embargo, una serie de obstáculos internos y externos continúa limitando la conformación de encadenamientos en la región. Comprender mejor y trabajar en estos aspectos será prioritario para lograr desarrollar las cadenas de proveeduría que la AP necesita para consolidar su proceso de integración económica y proyectarse como un polo de desarrollo atractivo y alternativo para las economías emergentes, en particular del Asia Pacífico.

Factores que limitan la integración económica

En primer lugar, el bloque AP tiene un margen de acción importante para fortalecer sus instituciones en torno a la seguridad de sus ciudadanos, el acceso a la justicia, el combate a la corrupción y la impunidad, el apego a los derechos de propiedad y el uso de mecanismos imparciales de solución de controversias para el cumplimiento de los contratos. El entorno regional podría verse ampliamente favorecido mediante la implementación de buenas prácticas regulatorias y la armonización de los procedimientos entre los países del bloque. El recurso de la acumulación de reglas de origen[2] podría facilitar los vínculos comerciales existentes con las economías de Asia Pacífico. Esto es relevante para un país como Colombia, que cuenta con un tratado de libre comercio (TLC) con Corea del Sur, al igual que para el resto de los miembros, ya que Chile y Perú tienen un TLC con Tailandia y México con Japón. Además, la incorporación de Singapur como Estado asociado abrirá nuevas oportunidades para los cuatro miembros en ese mercado.

En segundo lugar, se requiere de una mayor acumulación del conocimiento tecnológico en el ámbito productivo de la región. El conocimiento especializado es un distintivo de la complejidad económica de los procesos de producción modernos, lo cual presupone la acumulación de capital humano (altas tasas de alfabetización, elevados niveles de escolaridad y un conjunto de habilidades relacionadas con la producción), así como fuentes de financiamiento accesibles. Es posible acumular capacidades de manera acelerada para realizar una producción más compleja mediante una política que promueva la movilización del talento humano en la región. En este sentido, la AP ha creado un precedente importante sobre la formación de habilidades y la movilidad de recursos humanos especializados con la Plataforma de Movilidad Estudiantil y Académica, así como a través del Programa de Vacaciones y Visas de Trabajo. Se debe poner especial énfasis en estos programas en los próximos años para fortalecerlos, ya que son una parte estructural importante en la conformación de los encadenamientos productivos.

Por último, es necesario el desarrollo de una política de innovación industrial coordinada que sea estratégica y selectiva. Las empresas de la región AP pueden capitalizar las oportunidades de participar en los segmentos de mayor valor agregado de las cadenas de proveeduría en la medida en que cuenten con un entorno institucional y políticas públicas que promuevan activamente el desarrollo tecnológico y la innovación industrial. Este es un aspecto estratégico con implicaciones de largo plazo para una integración exitosa de la AP en las cadenas de valor de la región de Asia Pacífico. No obstante, la innovación ha sido una asignatura pendiente en la región, ya que los países de la AP han invertido poco en investigación y desarrollo tecnológico en los últimos años. Chile, Colombia y México destinaron 0.3% de su respectivo PIB para gasto bruto en investigación y desarrollo en 2019, un porcentaje muy por debajo de la media del esfuerzo en investigación y desarrollo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), del orden del 2.5% del PIB[3]. Cada país de la AP necesita replantearse una política de fomento a la competitividad mediante el desarrollo tecnológico, de manera coordinada, con el objetivo de buscar complementariedad y convergencia de las capacidades productivas de la región.

Reflexiones finales

A diez años de la creación de la AP, México, Colombia, Chile y Perú aún tienen mucho camino por recorrer en aras de consolidar la integración profunda que se plantearon en 2011. En cuanto a la integración económica, se han obtenido logros importantes, en particular, el instrumento del Protocolo Adicional al Acuerdo Marco de 2015, la labor de los grupos de trabajo de la AP y la participación activa del sector privado son factores que han potenciado el intercambio y la integración. Asimismo, la desregulación de alrededor del 97% de las importaciones al interior del bloque es una muestra del compromiso de los miembros de la AP de avanzar en esta materia. No obstante, a pesar de los logros, el intercambio comercial al interior de la AP ha disminuido con el paso del tiempo, por lo que es necesario incentivar la conformación de nuevos encadenamientos productivos. Para ello, se requiere de una serie de ajustes al interior de sus miembros, así como de políticas coordinadas desde la AP que permitan una mejor regulación de la actividad económica, el incremento del conocimiento tecnológico y científico, así como una mayor inversión en procesos de innovación industrial.

 

[1] https://www.kas.de/es/web/mexiko/einzeltitel/-/content/pb-03-hacia-la-conformacion-de-encadenamientos-productivos-de-una-alianza-del-pacifico-mas-global

[2] Normalmente, dentro de un acuerdo preferencial, por ejemplo, entre tres países, los insumos originarios de uno de ellos, empleados en otro país, dan lugar a un producto en el cual ese componente cuenta como “originario” cuando se exporta bajo preferencias al tercer país. Esto es lo que se conoce como “acumulación de origen”.

[3] https://www.oecd.org/centrodemexico/estadisticas/

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