En este tenor, el pasado 9 de septiembre del presente año se dio la inauguración formal del proyecto “Prosperidad en Democracia” y se realizó la primera mesa que responde a la clínica “Atención a Personas Refugiadas”, con el tema: “La pérdida de los derechos políticos y sociales de las personas refugiadas y migrantes en México y en Latinoamérica, causa y efecto del debilitamiento de los Estados democráticos de la región”.

Para la inauguración estuvieron presentes Hans Blomeier, representante de la KAS México; Moisés Benamor, representante de la OEA; y Jorge Cerdio, Director del centro de acceso a la justicia del ITAM. 

Hans Blomeier destacó que el proyecto busca la formación y capacitación continua sobre valores democráticos y el respeto a los derechos humanos. “La vida de las personas es más próspera cuando se vive en democracia”, puntualizó. Por otra parte, Moisés Benamor hizo una invitación a que los diversos actores generen y fortalezcan principios y valores en favor de la democracia. En su turno, Jorge Cerdio mencionó que la democracia no pierde su valor a menos que nosotros mismos dejemos de dárselo y por ello, la importancia de retomar la discusión sobre la Carta Democrática Interamericana.

La mesa contó con la participación de diversos actores de la esfera local e internacional.  Eduardo Osornio del ITAM, quien fungió como moderador; David Smolansky, representante de la OEA; Rocio Dutary, representante de Save the Children; Juan Carlos Pacheco, quien forma parte de la organización HIAS; y Valentina Verruso, estudiante del ITAM.

Durante la mesa, los participantes compartieron sus opiniones sobre la situación migratoria actual en Latinoamérica y los retos en los mecanismos de protección a los migrantes y refugiados en la región. David Smolansky, habló de la problemática que vive Venezuela hoy en día, la cual surge al perder la democracia. “Las consecuencias migratorias que pueden observarse son similares a países que padecen conflictos armados o catástrofes naturales”, señaló. Además expresó la necesidad de trabajar para lograr un consenso en la región para que los venezolanos puedan ser reconocidos como refugiados y se faciliten los procesos de visado.

En el aspecto de la movilidad de la niñez, Rocio Dutary mencionó que los países no cuentan con facilidad para recopilar datos en el contexto de movilidad. Niños y adolescentes no cuentan con suficiente acceso a información sobre sus derechos. “Los migrantes tienen derecho a participar en la democracia. Deberían de tener una voz en el proceso de la toma de decisiones de los países a los que llegan”, compartió.

Por su parte, Juan Carlos Pacheco enfatizó que las personas no tienen un estatus migratorio en orden, lo cual dificulta que se garanticen sus derechos. Además, comentó que los países de origen, no tienen la capacidad y/o voluntad de proteger a sus nacionales, situación que hace vulnerables a los migrantes.

Finalmente, Valentina Verruso compartió que uno de los retos más evidentes en los mecanismos de protección es la fragmentación del derecho internacional público. Los países latinoamericanos están lidiando con problemas propios y además les cae la responsabilidad de ayudar a refugiados y migrantes. “Hoy más que nunca, el nexo entre estados y personas refugiadas es vital. Los estados democráticos no son los únicos responsables de las personas refugiadas”, declaró, añadiendo que las organizaciones civiles también tienen un rol en ayudar a resolver esta problemática.