El diseño de la política fiscal en Colombia todavía tiene déficit, según Roberto Steiner el debate de política fiscal debe centrarse principalmente en los siguientes tres puntos: la sostenibilidad de la deuda pública, la prociclicidad del gasto público y la “enfermedad holandesa”. En este sentido, el actual GNC estableció una nueva Regla Fiscal. Hasta la fecha el GNC solamente tiene experiencia en la implementación y la aplicación de normas fiscales a nivel regional, que incluyen en primer lugar la Ley de Semáforos que impone metas numéricas sobre las bases de la liquidez y la solvencia para las regiones, y en segundo lugar la ley 617 que controla los gastos territoriales.

Uno de los objetivos de la nueva Regla Fiscal propuesta por el GNC es la eliminación de la tenden-cia procíclica de la política fiscal. Otras metas son disminuir el sesgo anti-inversión en la política fiscal, así como afrontar la tendencia al sobre endeudamiento. La regla también busca garantizar el sostenimiento de la deuda. Por último, con esta reforma se pretende fortalecer la calidad en la inver-sión pública en el país. El proyecto propuesto está estructurado en los siguientes puntos claves:

Ingreso estructural: La regla establece poner en práctica una barrera de gastos y un límite de défi-cit. Uno de los parámetros econométricos sobre los que se medirá el desempeño fiscal del GNC es el ingreso estructural.

Gasto estructural: Por definición gastos estructurales contienen únicamente los gastos cíclicos. Como en Colombia no existen gastos con este carácter, prácticamente todo el gasto se considera estructural. Una de las observaciones más relevantes del dicho evento fue la invitación a pensar mejores instituciones fiscales para poder resolver dicha deficiencia.

El nuevo proyecto pretende reemplazar la regla antigua en la que el nivel de gastos era dependiente de los ingresos generados, que se resumió en la subida artificial de los ingresos (por la deuda en el mercado de capitales) para poder realizar mayores gastos. Por ese motivo según el nuevo sistema los gastos deben ajustarse a los ingresos a largo plazo.

Balance estructural: La nueva Regla Fiscal enfoca el balance estructural a diferencia de la pro-puesta del gobierno anterior que hablaba únicamente del déficit primario. El balance estructural representa la diferencia en los ingresos y los gastos estructurales. En caso de un saldo negativo exis-te un déficit estructural. La parte más importante de la nueva regla fiscal es establecer un límite máximo como dos puntos del PIB para dicho déficit. Cuáles medidas de la política fiscal deben reducir el déficit futuro bajo de este límite, esto es un asunto que todavía no ha sido suficientemente aclarado.

Gasto básico y nuevo: Dentro de la noción de gasto la nueva regla distinguirá entre el gasto básico y el gasto nuevo. El primero es el monto mínimo de recursos requeridos para garantizar la presta-ción y el sostenimiento de los servicios a cargo del GNC; y el gasto nuevo es el requerido para ex-pandir el sostenimiento de los servicios o para crear nuevos. La Dirección de Presupuesto y el De-partamento Nacional de Planeación deben fijar reglas sobre cómo los gastos básicos deben evolu-cionar a través del tiempo. El éxito en el control de los gastos básicos también permite la implemen-tación futura de los gastos nuevos, que en última instancia serán elegidos por el presidente y sus ministros.

Reglas de escape: Cuando la estabilidad de las finanzas públicas no está garantizada, a causa del impacto macroeconómico, no se debe seguir la Regla Fiscal. Para transmitir un mensaje de confian-za respecto a la disciplina, el gobierno actual restringió el número de eventos de escape con relación al proyecto predecesor.

Política contracíclica: A través de una política contracíclica, al gobierno se abre la posibilidad de responder a los ciclos de la economía con un manejo discrecional de sus finanzas. El gasto contrací-clico es una variable que solo puede activarse si se cumplen las siguientes condiciones se: que el crecimiento real de la economía sea inferior en dos puntos porcentuales al crecimiento potencial, y que la brecha del PIB que se presente en el periodo, sea negativa.