El evento dio inicio con las palabras de Stefan Reith, Representante de la KAS en Colombia, en dónde agradeció la asistencia de los presentes y recalcó la importancia de la realización de estos espacios para la generación de insumos que aporten al fortalecimiento de la democracia, además, enfatizó en la importancia del posicionamiento de la agenda de la economía social de mercado como un instrumento poderoso para el desarrollo económico y social de un país tal y como ocurrió en Alemania.
Para iniciar el debate, se realizó un diagnóstico sobre la situación de la informalidad laboral en contraste a la formalidad en Colombia, las condiciones estructurales que dificultan el ejercicio pleno de la formalidad, y el concepto de economías subterráneas como el grupo que recoge a las economías informales, ilegales y criminales. Frente a estos temas, se señaló que en Colombia la proliferación de las economías subterráneas le debe su raíz a la compleja estructura institucional en la formalización laboral, pues los procesos administrativos no responden en su totalidad a las realidades de las personas que desean establecer sus negocios en la formalidad.
Este panorama ha desencadenado un escenario complicado para los trabajadores en Colombia, según cifras del Consejo Privado de Competitividad, el 58% de la totalidad de las empresas en Colombia son informales, el restante 42% corresponde a un arquetipo dominado por grandes empresas. Es decir, las pequeñas y medianas empresas en su mayoría no trabajan bajo la legalidad y esto se presenta problemático en un país como Colombia que se encuentra en la búsqueda del posicionamiento en competitividad empresarial.
Asimismo, se expuso que el problema de la informalidad ha creado una cadena de improductividad, por lo que la innovación empresarial se ha limitado a la replicación y el estancamiento productivo en innovación y esto imposibilita el crecimiento de los ingresos a futuro. No obstante, se indicó que esta falta de innovación se da en parte por la reducción de los incentivos para la investigación y la dificultad de aplicabilidad de normativas vigentes.
Frente a las economías criminales, se expresó que en Colombia se desarrollan por la imposibilidad de acceder a buenas condiciones de trabajo y generación de riqueza lícita, también se planteó que la solución a la erradicación paulatina de estas economías es hacer atractivo el sector productivo formal, ofreciendo mayores beneficios e impulsando la cultura empresarial. Sin embargo, se indicó que para lograr este objetivo será necesario tramitar varias reformas desde el gobierno nacional como la agrícola, pensional, laboral y tributaria que simplifiquen las condiciones actuales de los empresarios mientras se genera credibilidad en el gobierno teniendo en cuenta las declaraciones hostiles contra el sector empresarial.
Finalizando el encuentro, se emitió una serie de recomendaciones para las futuras políticas públicas sobre la informalidad; entre las que se destaca la educación como un instrumento fundamental para la cultura de legalidad y empresarial, brindando las herramientas necesarias para que emprender en Colombia sea un proceso en el cual se puede conseguir el éxito en cualquier circunstancia y proveniencia; la introducción de la economía del cuidado y las condiciones laborales de las mujeres y adultos mayores; el acceso financiero, mediante las cuales los microempresarios puedan acceder a créditos con mayor facilitar; y la economía popular como una red integradora de necesidades locales.
