El evento fue organizado por la Fundación Konrad Adenauer (KAS), la Agencia Presidencial para la Cooperación (APC) y la Universidad Jorge Tadeo Lozano con el propósito de visibilizar el rol estratégico del continente africano para consolidar proyectos de cooperación sur-sur con Colombia.  Aproximadamente participaron 120 personas incluyendo estudiantes, representantes de organizaciones sociales y expertos en el tema. Inicialmente, la directora del programa de Relaciones Internacionales de la universidad, Denisse Grandas dio la bienvenida a todos los presentes en la sala y a los espectadores que se unieron a través de redes sociales.

A continuación, Olga Illera Correal, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la universidad, y Stefan Reith, representante de la KAS, pronunciaron unas breves palabras de apertura sobre el tema del evento. Olga Illera Correal destacó la creciente relevancia geopolítica del continente africano, por ejemplo, en la lucha contra el cambio climático o como fuente de recursos naturales. Stefan Reith, quien fue representante de la KAS en Tanzania, señaló la importancia y el potencial de la cooperación entre países en desarrollo y emergentes, resaltando las posibilidades entre Colombia y África.

Previo al debate, la historiadora y experta en el continente, Diana Uribe realizó una contextualización del tema. En primer lugar, resaltó la creciente atención que ahora se presta a África desde Colombia. Expuso que está formada por 54 países y es extremadamente diversa a nivel cultural, étnico y geográfico. Así mismo, manifestó que una razón particular por la que Colombia debería comprometerse más con África es su propia historia y sus vínculos culturales con África Occidental a través de las claras influencias afrocolombianas como resultado de la esclavitud. La historiadora enfatizo en el potencial que existe para futura cooperación respecto a la identidad.  

Posteriormente, inició el panel de discusión en el que participaron Diana Uribe, Stefan Reith y el secretario ejecutivo del Consejo Permanente de Afrodescendientes de las Américas y presidente de la Banca Mutual de Oportunidades, Igor Correa Caicedo. El moderador fue Santiago Uribe, director Ejecutivo de la Corporación Oficina de Resiliencia de Medellín.

Igor Correa Caicedo planteó que, ante el reto del cambio climático, Colombia y África pueden trabajar en conjunto por una mayor justicia climática internacional. También identificó que persisten deficiencias en las conexiones aéreas y marítimas entre el país y el continente, así como redes viales y ferroviarias internamente. El ponente sugirió que se desarrollaran tanques de pensamiento y/o cursos para el intercambio cultural y de lenguas como el swahili. Todo esto con base en un interés entre paz y democracia.

Al respecto, Diana Uribe señaló que, el portugués también podría ser un instrumento de intercambio y acercamiento la relación entre Brasil y África. Además, enfatizó en que Colombia puede aprender mucho del continente en temas de construcción de paz. Por ejemplo, el modelo de la Comisión de la Verdad colombiana proviene de Sudáfrica y los países africanos suelen tener mayores avances respecto a Colombia en perspectivas coloniales. También es sumamente importante no llevar a cabo la transición hacia la neutralidad climática a expensas de los países en desarrollo y emergentes, como demuestran, por ejemplo, los impactos medioambientales locales de la minería del litio en Argentina y Chile.

Stefan Reith argumentó que África y América Latina comparten una serie de problemas y objetivos. Por un lado, ambos continentes se ven a frecuencia reducidos a sus recursos naturales; por otro, la mayor parte de los conflictos armados y de las misiones de mantenimiento de la paz del mundo tienen lugar en África, y Colombia también tiene un problema de seguridad de este tipo. Respecto a la democracia, considera que  Colombia podría ser un referente pues tiene un sistema más consolidado que en África. Por último, el ponente planteó que actualmente, Colombia debería seguir sin convertirse en un apéndice de un bloque como "el Occidente ", China y Rusia o los BRICS. China también debe ser vista con ojos críticos debido a los déficits democráticos y a una cuestionable política de créditos en los países en desarrollo. No obstante, hay que mantener el diálogo con todos los actores y cooperar en cuestiones importantes.