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Notas de acontecimientos

Mesa de Trabajo: Negociaciones con el ELN participación y cese al fuego

El pasado martes 02 de mayo de 2023 se llevó a cabo la mesa de trabajo “Negociaciones con el ELN: participación y cese al fuego”, el segundo encuentro en el marco del Observatorio de Paz Total desarrollado por el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP) y la Fundación Konrad Adenauer (KAS).

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El evento inició con las palabras de bienvenida de Carlos Augusto Chacón, director ejecutivo del ICP, quien agradeció la presencia de los asistentes y señaló la relevancia de discutir y contribuir con un documento de recomendaciones al gobierno nacional y los negociadores. Seguido a esto, Stefan Reith, representante de las KAS en Colombia, expulso el trabajo que la Fundación desempeña para el fortalecimiento de la democracia a través de cinco ejes temáticos: el desarrollo sostenible, la construcción de paz, la seguridad y la defensa, la descentralización y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. De igual forma, resaltó la importancia y la pertinencia de discutir los retos y oportunidades que supone este tipo de negociaciones a nivel nacional e internacional.

La mesa de trabajo contó con la participación de expertos, académicos, consultores externos entre los que se destacan: Frank Pearl, ex alto comisionado para la paz y ex negociador con las FARC-EP; Jorge Mario Eastman, ex negociador con el ELN; Andrés Preciado, director del área de Conflicto y Violencia Organizada de la Fundación Ideas para la Paz (FIP); Alberto Mejía, general (R) del Ejército Nacional; Catalina Miranda, consultora externa en temas de seguridad ciudadana;, Juan Esteban Ugarriza,  docente y ex negociador con el ELN; Mariana Botero, analista de GI-TOC; Farid Badran, consultor en seguridad y Soledad Granada, analista y activista. 

Así, Chacón, realizó la provocación inicial con el estado y contexto en que se encuentran la negociación del gobierno con el ELN (Ejército de Liberación Nacional), y la preocupación frente a que el tercer ciclo de negociaciones se centre en discutir y lograr un cese al fuego cuando, generalmente, esta es la parte final de las negociaciones. Por otro lado, mencionó que genera alarma considerar negociar el modelo económico, político y social del país que, quizás, representa solo una parte de la sociedad, ligado a ésta el tema de la apropiación de la representación de grupos de la sociedad civil en las distintas regiones por parte del ELN.

Con la provocación inicial, los ponentes expresaron la difícil posición en la que se encuentra el gobierno frente a la negociación y cómo la está afrontando con una cierta ingenuidad, donde asume que entiende la posición en la que se encuentra el ELN porque el jefe negociador fue militante del M-19, grupo que en su momento pasó por un acuerdo de paz. Sumado a que, la negociación con el ELN hace parte de un proyecto mucho más ambicioso llamado Paz Total que busca acoger a todos los grupos al margen de la ley y a la sociedad civil, un proyecto improbable por la limitación temporal que representa un gobierno de 4 años. 

En cuanto a la conformación de la mesa de negociaciones se identifica una deficiencia en el componente técnico y de expertos, que conozcan el funcionamiento y sistema operativo del ELN, que difiere fuertemente de la estructura de las FARC-EP con la que se negoció en 2016. Esto implica una improvisación en el establecimiento de un calendario y un programa de negociaciones claro, en parte a que no se establece un proceso de acercamiento inicial con esta guerrilla que permitiera planear los puntos de cada mesa de negociación. Lo que devino en que el fin del tercer ciclo sea negociar un cese al fuego entre la guerrilla y el Estado, desconociendo que los principales enfrentamientos se dan entre los grupos armados y con niveles de intensidad diferenciados a lo largo del territorio nacional, lo que dificulta su cumplimiento y verificación.

Por otro lado, no son claras las posturas de la mesa negociadora frente a un punto transversal al proceso como lo es la participación e inclusión en el sistema político, a qué actores se les va a otorgar estatus político y cómo se va a tramitar. Ligado está la participación de las comunidades en la negociación como método de legitimación social, a pesar de que los procesos asamblearios que lleva a cabo el ELN pueden ser inconvenientes, ya que dicha organización puede tomar atribuciones representativas de comunidades en los territorios que no necesariamente son efectivas. Lo anterior, abre la discusión sobre si es necesario plantear mesas de negociación  regionales para canalizar las voces de las comunidades y por el hecho de que el ELN no funciona como una organización jerárquica, sino como estructuras casi independientes que mantienen el control social y del territorio para gestionarlo con la población. 

Finalmente, los expertos señalaron que, ante la falta de método en la negociación, cualquier hito se ve como un avance sustancial. Sumado a que, el acuerdo de México difiere y plantea unas nuevas condiciones, que no buscaban terminar el conflicto, sino que el ELN sea coautor en el ejercicio de gobernar y modificaciones sobre la doctrina militar, frente al acuerdo anterior de Caracas. Lo que pone sobre la mesa una serie de preguntas referentes al rol que van a tener la policía, las FF. AA, las víctimas, los garantes internacionales y la justicia transicional en los siguientes ciclos de negociación.

 

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