La apertura estuvo a cargo de Hartmut Rank, representante de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) y jefe del Programa de Estado de Derecho para América Latina, quien anunció una alianza estratégica con el Semillero de Investigación sobre Análisis de Política Exterior en América Latina de la Universidad Javeriana. Subrayó que el mundo requiere más liderazgo femenino en la formulación de políticas públicas, y que redes como ATHENA cumplen un papel clave al abrir espacios, generar oportunidades y posicionar voces influyentes en la agenda de seguridad como elemento esencial de la calidad de vida.
A continuación, tomó la palabra la doctora Marta Lucía Ramírez, exministra de Defensa y exvicepresidenta de la República de Colombia. Inició su intervención recalcando que el liderazgo, tanto de hombres como de mujeres, es crucial para evitar que Colombia repita ciclos de violencia como los de décadas anteriores. Señaló que el problema actual no es solo de violencia política, sino de debilidad estatal para garantizar la aplicación de la ley a todos por igual, con el narcotráfico como un factor transversal que alimenta redes criminales más complejas, ligadas al tráfico de personas, armas y otros delitos.
La doctora Ramírez recordó que durante su gestión en el Ministerio de Defensa impulsó cambios decisivos, como permitir que las mujeres ingresaran a las Fuerzas Militares en áreas de mando y combate, no solo en labores administrativas o de sanidad, contaduría y finanzas. Antes de esta reforma, las mujeres podían ascender hasta coronel y se retiraban prematuramente, desaprovechando su experiencia. Gracias a su insistencia, se abrió la posibilidad de que llegaran a ser generales.
También se refirió a los retos globales, como el malestar social, el cambio climático y la desinformación, y llamó a implementar planes de acción con metas medibles para cumplir la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, junto con protocolos contra el acoso y la violencia sexual.
También compartió reflexiones sobre el liderazgo: “romper techos de cristal implica enfrentar resistencias y posibles retrocesos, pero es necesario para abrir camino a otras mujeres”. Sostuvo que el aporte femenino en la fuerza pública mejora el cuidado social, la transparencia y la adaptabilidad, y que en materia de paz las mujeres aportan perspectivas únicas, especialmente en zonas rurales, donde su liderazgo debe vincularse a oportunidades económicas que les den autonomía y reduzcan su vulnerabilidad.
En el panel de autoras, moderado por Andrea Valdelamar, coordinadora de proyectos de la KAS, se abrió un espacio de diálogo en el que cada panelista presentó los principales hallazgos y propuestas de sus investigaciones, aportando miradas diversas sobre la seguridad desde un enfoque de género. La moderadora guio la conversación con preguntas que permitieron profundizar en los ejes temáticos, resaltar experiencias personales y evidenciar cómo el liderazgo femenino contribuye a transformar las políticas y prácticas en defensa, seguridad y atención a nuevas amenazas.
Érika Ramírez presentó una reflexión sobre el papel de la mujer en el Ejército Nacional, destacando avances como su ingreso a áreas operativas, la creación de la política sectorial de género y el trabajo del Observatorio de Género en la formación y visibilización de cadetes. Resaltó la importancia de un liderazgo transformacional y de continuar fortaleciendo la presencia femenina en la institución.
Vanessa Torres expuso la explotación sexual de niñas en Medellín como una amenaza de seguridad, proponiendo intervención territorial en zonas críticas, un abordaje integral que articule educación, salud, justicia y seguridad, y la corresponsabilidad del sector privado, en especial del sector turístico y de plataformas digitales. Aluna Zapata complementó la intervención profundizando en la dimensión territorial del problema, defendiendo la presencia constante y la articulación interinstitucional para reducir la impunidad.
Maira Alejandra León propuso una red de defensa multidimensional para enfrentar amenazas no tradicionales como la explotación sexual, la migración irregular y el crimen organizado. Enfatizó la necesidad de enfoques inclusivos, no patriarcales, que integren actores civiles y militares, y destacó el liderazgo femenino y la cooperación interinstitucional como elementos esenciales para diseñar políticas adaptadas a realidades cambiantes.
Finalmente, las panelistas coincidieron en la urgencia de visibilizar el trabajo de las mujeres en ámbitos de seguridad, fomentar redes de apoyo como ATHENA, garantizar el relevo generacional y abrir oportunidades. Asimismo, subrayaron que la producción de conocimiento desde perspectivas femeninas es fundamental para proponer enfoques innovadores. El evento cerró con una invitación a leer, debatir y difundir la publicación, con el objetivo de que las ideas y propuestas se traduzcan en políticas inclusivas, efectivas y sostenibles.
