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Hélène nunca ha estado en un campo de concentración. Es lo que se denomina una “niña escondida”. Y desde este lugar comparte sus experiencias y vivencias con los demás para erigir un monumento advertido a través de su voz. ,,En otras guerras fueron especialmente protegidos los niños,’’ dijo Gutkowski. “Pero no en la segunda guerra mundial. Los niños judíos representaron un futuro posible para la sociedad judía, así que fueron vistos como la prioridad absoluta del régimen nazi”. Hélène, que tenía casi 2 años durante este momento histórico, ya se había fugado desde Polonia a Francia hasta que también ahí se estalló la guerra en julio 1940. De nuevo su familia se vio obligada dejar todas sus pertenencias en Paris y se huyó a la zona libre en Francia – sin Hélène. Sus padres se vieron obligados a dejar a la pequeña niña en manos de una familia desconocida desde lo personal, porque era demasiado peligroso para una familia de cuatro llegar a esa zona. De modo que la pequeña niña fue alojada en una familia francesa que la crió según la religión católica (incluso fue bautizada). La señora Gutkowski afirmó, que muchas familias judías se encontraron en la misma situación y se vieron obligadas de tomar una amarga decisión como esta. Sin embargo era muchas veces el único camino para proteger a los niños del peligro nazi.

Hélène fue una de 100.000 niños judíos que sobrevivieron al Holocausto en Francia. Terminada la guerra sus padres fueron a buscar a su hija y grande fue la sorpresa cuando ella no quería regresar con ellos por desconocerlos. No obstante los cuatro (había un hermano mayor) volvieron a Paris para reconstruir una vida ahí. Los padres de Hélène volvieron – otros, sin embargo, jamás han visto sus familias de vuelta. Y eso, según Sra. Gutkowski, nada tuvo que ver con la riqueza, la inteligencia,… lo que tuvieron, fue suerte.

Stephanie Rainer