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CHARLA HOLOCAUSTO PARA MANTENER VIVA LA MEMORÍA

en el Colegio Pestalozzi, Belgrano

La semana pasada hubo una charla sobre los crímenes del régimen Nazi con una sobreviviente en el Colegio Pestalozzi. Dicho evento es una iniciativa de la Fundación Konrad Adenauer y Lydia Assorati, ex-funcionaria de la fundación Raoul Wallenberg, con el fin de facilitar el diálogo entre una sobreviviente y jóvenes para que no se quede en el olvido la crueldad de los Nazis contra los judíos.

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A la edad de 14 años Micheline Wolanski de Papiernik, una judía de nacionalidad polaca, padeció directamente el terror del gobierno nazi alemán de primera mano. Cuando las fuerzas armadas alemanas bajo el mando de Adolf Hitler ocuparon el norte de Francia en 1940, todos los ciudadanos judíos temían por su vida. Así también Papiernik y su familia, a la cual no volvería a ver nunca más después del fin del régimen de terror de Hitler. La sobreviviente de 90 años dio su valioso testimonio en frente de unos 40 alumnos del Colegio Pestalozzi en Belgrano este jueves.

Estos encuentros de testigos de su época con estudiantes de diversos grupos de edad están organizados por Lidia Assorati, en colaboración con la Fundación Konrad Adenauer. Papiernik es una mujer muy activa y alegre, a quien le parecen muy importante estas charlas en los colegios y le gusta hablar de sus experiencias, para mantener la memoria de generación a generación.

1940 fue un año que cambió la vida de la familia Papiernik de un momento a otro. Era todavía una niña, como ella lo describía, cuando comenzó la guerra. Los nazis avanzaron con una rapidez enorme en Francia y ocuparon grandes partes del norte del país. Ella rememora exactamente el día cuando los soldados alemanes irrumpen en marzo de 1941 en su casa, para recoger a su padre para “trabajar.” Poco más tarde salieron aún más leyes en contra de la comunidad judía que coartaron mucho sus libertades. Estas leyes incluían tanto el toque de queda para los judíos después de las 12 del mediodía, como la obligación de llevar la estrella de David y la prohibición de visitar cines o mercados. Hasta entonces, ellos todavía no sabían de las deportaciones y asesinatos en masa de los judíos europeos en los países contiguos. Por otra parte, las condiciones de vida de muchos ciudadanos judíos habían empeorado notablemente. La falta de alimentos y el constante miedo a ataques por los soldados alemanes estaba omnipresente. Finalmente, la familia huyó al pueblo Bourganeuf donde encontraron refugio en un colegio las niñas, mientras la mamá se quedó en un hotel del pueblo, en el que se refugiaron varios judíos. Desde ahí llevaron a la mamá y su hermana menor y Micheline se pudo quedar unos días con los dueños del hotel, que por suerte le trataron bien. Los alemanes empezaron a actuar mucho más cruelmente contra los judíos cuando los rusos los frenaron en la frontera y comenzaron a crear la ‘’raza pura’’ de los rubios, altos de ojos azules, comentaba Micheline. Contaba, como la mayoría de los sobrevivientes, que gracias a muchos pequeños milagros sobrevivieron. No fue el dinero ni la sabiduría – fue simplemente la suerte.

Después le dio hogar una pareja francesa, él era carpintero y ella tenía una lavandería. Ahí ayudaba la niña y también tuvo su primer contacto con la ‘’Resistencia’’, un grupo que luchaba clandestinamente contra el régimen nazi, que recibió ayuda desde un avión inglés en la zona donde vivían sus antrifiones. Cuando los alemanes se enteraron que la pareja ayudaba a la resistencia, la mataron – Micheline y la hija carnal de la pareja, que se había quedado huérfana, huyeron juntas al campo para luchar contra los nazis, hasta que terminó la guerra.

De vuelta en París, se encontró por casualidad con la señora, que había sido secuestrada el mismo día que su mamá y le tuvo que decir, que no busque más a la mamá y la hermana. Más tarde también se encontró con un hombre muy joven, que había conocido a su papá en el campo de concentración en Auschwitz. Este joven le tenía que entregar la triste noticia, que también su papá se había muerto. Lo bueno de este encuentro era, que unos años más tarde Micheline se casó con este joven en Montevideo, dónde él tenía familia. Ahí tuvieron 2 hijas y en 1964 vinieron a Buenos Aires. Ella al inicio extrañaba mucho París, pero finalmente pudo encontrar algo de ahí en Buenos Aires.

Stephanie Rainer

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