Cada habitante de Buenos Aires conoce los así llamados „chinos“, supermercados dirigidos por argentinos de origen chino o inmigrantes chinos de primera generación en la Argentina. Actualmente un tercio de estos supermercados está en manos de la comunidad china, los precios de sus productos son más económicos, los negocios están abiertos hasta muy tarde. ¿Pero cómo logró la comunidad china establecerse en tantas partes del mundo?

El 2 de octubre tuvo lugar un seminario organizado conjuntamente por CADAL, Puente Democrático y la Fundación Konrad Adenauer sobre China y su desarrollo como potencia mundial. Juan Pablo Cardenal, de origen español y que vive en Hongkong, escribe reportajes e investiga desde el año 2003 sobre China y la región Asia-Pacífico. Él estuvo en 40 países para conocer los caminos y las oportunidades que posibilitaron a China convertirse en una potencia mundial en poco tiempo. Hasta el día de hoy, dedicó tres de sus libros a esta temática. Sus enfoques estuvieron dirigidos hacia las siguientes temáticas: la búsqueda de los recursos naturales, el éxito empresarial de las comunidades chinas en el extranjero, la contribución de China al desarrollo, la llegada de China a los mercados globales que incluye la claudicación occidental en materia de derechos humanos.

La búsqueda de los recursos naturales

En la primera parte de la presentación, Cardenal explicó que China había firmado muchos contratos de envergadura con países ricos en materias primas y pobres en liquidez financiera. China para ese entonces perseguía la estrategia “go out” (inglés: ir hacia afuera ó mejor dicho ir al exterior) ya que necesitaba de insumos. Es por eso que cooperaba con entidades privadas y públicas. Comenzó a expandirse en el 2001, año en que Ecuador y Venezuela por ejemplo, no obtuvieron más créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI). La banca de inversión china en cambio les había prestado mil millones a cambio de sus recursos naturales. En países emergentes como Mozambique, inversores chinos habían financiado la ampliación de la infraestructura recibiendo a cambio pagos en forma de metales preciosos. Pero las inversiones chinas iban acompañadas de la exigencia de poder contar en el lugar, con trabajadores chinos. Se argumentaba que los trabajadores chinos son disciplinados, la ausencia de la barrera lingüística facilitaba la comunicación y que además el nivel de los salarios es más bajo.

El éxito empresarial de las comunidades chinas en el extranjero

En la segunda parte, el autor expuso sobre la inmigración masiva china en todo el mundo. La mayoría de los inmigrantes se dedicaban a la gastronomía o a la venta de productos chinos en supermercados y tiendas minoristas. Muchas veces emigraba una comunidad perteneciente a un solo pueblo, a una misma localidad para apoyarse y ayudarse mutuamente.

Un argumento determinante para el éxito comercial de los inmigrantes chinos era su actitud de trabajo, ya que trabajaban muchas horas seguidas de manera aplicada y motivada para lograr sus objetivos. Eso les ayudaba para vencer a otros competidores. En el Cairo se podían observar a cientos de inmigrantes chinos que vendían productos chinos desde sus carritos, contó Cardenal. La mayoría de ellos no dominaba el árabe, pero gracias a su actitud de trabajo eran aún más exitosos que sus compañeros egipcios. La llegada a Egipto se realizaba en forma legal, sin embargo muchas veces los inmigrantes no regresaban a su país aunque su visa estuviera vencida, criticó. Además, en muchos casos se desempeñaban en actividades legales e ilegales al mismo tiempo. En varias oportunidades se pudo comprobar una relación estrecha entre la corrupción y las importaciones chinas. El español advirtió que en la mayoría de los casos, se trataba de zonas grises en lo que a legalidad se refiere. Sin embargo, los criminales no le temían a las acusaciones o a los fallos, debido a las demoras que se producían en los juicios o bien a la obtención de una sentencia a su favor.

Contribución de China al desarrollo

Según un informe propio de una institución china, se subsidiaba ayuda humanitaria y otorgaban créditos sin interés por un lapso de diez años para su devolución o bien en forma de concesión. Para América Latina entonces, representaban un flujo comercial duradero, significaba una recaudación alta cuando el precio de las materias primas era alto y a su vez representaba una mejora en la infraestructura. No obstante, Cardenal recordó que los contratos bilaterales carecían de una vinculación de las exportaciones con el valor agregado. Es por eso que los países latinoamericanos se perdieron una oportunidad de generar ingresos, aumentar su producto bruto interno y fomentar el crecimiento económico. En general, las partes contratantes de China negociaron mal a la hora de poner condiciones a cambio de las inyecciones financieras, ya que muchas veces – debido a problemas de corrupción, inflación e inestabilidad política – faltaban inversores alternativos, necesarios para cerrar los contratos con China. Esto generó una relación de dependencia.

La llegada de China a los mercados globales

En los pasados trece años, la República Popular China logró establecerse como el socio comercial más importante. Cardenal precisó que la creciente expansión de China fue beneficiada por la crisis financiera occidental. Es más, gracias a la crisis financiera, China no solo ingresó en países emergentes sino hasta a países europeos para su recuperación económica. Por el estallido de la crisis económica en el 2008, China aprovechó la oportunidad para comprar bonos estratégicos, materia prima, tecnología, invirtió en proyectos de infraestructura y adquirió empresas. Por ende, China fue una figura clave para la mejora económica. Sin embargo esto no fue gratuito, ya que posteriormente a las adquisiciones, China impuso condiciones políticas y económicas, como la rebaja del sueldo mínimo entre otras. Es así como el gigante asiático llegó a una posición de poder significativa.

En resumen, el ascenso de China como potencia mundial en un lapso de tiempo tan corto fue impresionante. En la actualidad es un competidor válido junto a Europa y los Estados Unidos.

Anna Louise Julke, Carmen Leimann