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El modulo “Trabajo, consumo, ciudadanía”, presentado por Juan Escobar, trató de explicar el desarrollo y las características de la sociedad de mercado. Se abordaron también las relaciones complejas entre el individuo, la empresa y el estado.

Según Escobar, distintas revoluciones dieron luz a la sociedad del mercado global que encontramos hoy en día. Primero, las revoluciones norteamericana y francesa marcaron el inicio de la modernidad ya que introdujeron los conceptos de la ciudadanía y del capitalismo. Fue la revolución industrial que dio los parámetros para un nuevo concepto del ciudadano: el del empresario y del trabajador. En esa época, se aplicó la forma institucional de la fábrica a varias instituciones estatales como el manicomio, el hospital, la cárcel y la escuela. A continuación, la automatización fue la característica principal de la revolución técnica en la que surgió el concepto del consumidor. La simple mercancía se convirtió en un “producto” marcado por su publicidad y dependiente de ciertas modas de consumo. Creando el concepto del usuario, la revolución tecnológica representa todavía el mayor avance de la humanidad en términos de comunicación, transporte, etc. Desde entonces, el individuo es ciudadano, trabajador y consumidor/usuario a la vez. La última etapa en el desarrollo de la sociedad de mercado es la globalización, que dio lugar a un sistema capitalista global. El modelo de sociedad en este mundo globalizado es una sociedad de mercado que se ve marcada por una cierta concentración de la oferta, así como la atomización de la demanda.

En su presentación, Escobar además destacó que las características del mercado de consumo global eran la asimetría tanto organizacional como informativa: mientras que la cadena de producción de bienes (de la exteriorización de materia prima hasta la distribución y comercialización de bienes) aprovecha de un sistema organizado, el consumo y el desecho de bienes carece de estructuras institucionalizadas. Escobar dedujo que, al contrario de la teoría económica austríaca, el consumidor no era el dueño del mercado. Pagando no solo con dinero, sino también con información sobre sus costumbres de consumo, el consumidor no tiene suficiente información sobre los productos que compra. Con vistas a la falta de regulación natural en el mercado, Escobar reclamó que los consumidores se organizaran, puesto que colectivamente se puede regular el mercado.

Sabine Volk