KAS Colombia

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El miércoles 24 de junio tuvo lugar el conversatorio sobre los desafíos de la seguridad en las regiones en tiempos de COVID-19. En este espacio contamos con la participación de Federico Gutiérrez, Exalcalde de Medellín; Juan Carlos Pinzón, Exministro de Defensa y director de ProBogotá; y Juan Carlos Ruiz, Profesor titular de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario y Doctor en Ciencia Política de la Universidad de Oxford. La intención del conversatorio fue exponer los desafíos que tienen y tendrán las regiones a partir de la emergencia del COVID-19 en temas de seguridad. El evento duró aproximadamente una hora y media y contó con la participación de alrededor de 64 personas que se conectaron a la discusión.

La apertura del evento estuvo a cargo del Sr. Stefan Reith, Representante de la Fundación Konrad Adenauer en Colombia (KAS) y Tatiana Niño, coordinadora de la Red Estudiantil KAS. En este espacio se resaltó la importancia de los jóvenes, pues con su participación en espacios políticos se fortalecen y se mantienen las democracias, propósito central para el trabajo de la KAS en Colombia.

De esta forma, comenzó la discusión que giró en torno a los desafíos en materia de seguridad en las regiones en medio de la coyuntura sanitaria que hoy vive Colombia a causa del SARS – Cov2:

Frente al tema, Juan Carlos Pinzón señaló que en materia de seguridad Colombia se enfrentaba a un riesgo en dos dimensiones. El primero, es que desde antes ya existían unas condiciones que constituían retos en materia de seguridad para el país, como menos pie de fuerza policial y militar de los necesarios, una caída del presupuesto de fuerza pública y de fiscalía y un régimen carcelario estancado, que desde hace 12 años no construye una cárcel en el país. El segundo riesgo, está determinado por la actual coyuntura y es que, si bien el confinamiento ha traído menos problemas de seguridad ciudadana, el panorama luego de esta coyuntura se percibe cuanto menos problemático ante una inminente crisis económica que complicará las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables. Y de esta manera, se puede reforzar el actuar de organizaciones al margen de la ley que no han entrado en “cuarentena” como el resto de la población.

Por su parte Federico Gutiérrez señaló que los retos en materia de seguridad en el país se deben dividir por territorio, actor y tipo de crimen. Pese a que en las noticias surgen recurrentemente las cifras relacionadas con el coronavirus, el narcotráfico, sobre todo en Medellín y el área metropolitana, es un reto que se ha mantenido, aunque no tenga tanto protagonismo en la opinión pública. Señaló que este reto es delicado y tiene efectos en materia de seguridad, salud pública y en educación y deserción escolar. Por su parte, la violencia intrafamiliar ha incrementado en esta pandemia, dejando ver la situación de peligro en la que muchas mujeres colombianas se encuentran hoy en día.

Juan Carlos Ruiz, por otra parte, argumentó que la pandemia alteró dramáticamente la movilidad, y que con esta disminución a su vez se redujeron los fenómenos criminales asociados a la movilidad. En cuanto a la criminalidad situada en las zonas rurales, señaló que hubo bandas que se adaptaron y otras que no a las nuevas condiciones y esto se ve reflejado, por ejemplo, en el incremento de la deforestación desde mediados de marzo. Ruiz llamó la atención ante un incremento considerable de la inseguridad en el país, pues la depresión económica y social empuja distintas dinámicas criminales ya existentes.

Después de esto, los participantes respondieron a la pregunta sobre las regiones del país que deben priorizarse en materia de seguridad. Todos los participantes concordaron en que debían ser el Catatumbo, Bajo Cauca, Nariño, Putumayo, Chocó, Caquetá, Meta, Guaviare, entre otros vinculados a cultivos ilícitos y mercados ilegales en la frontera con Venezuela.

También se abrió un espacio para preguntas del público, en este los participantes expusieron algunos de los elementos que debería contener una política de seguridad ante la coyuntura que vive el país.

Federico Gutiérrez señaló que esta política debe hacer énfasis en los líderes sociales, siendo el Estado el garante de proteger la vida de ellos y de cualquier ciudadano. Mantener el honor de las fuerzas policiales y militares para mantener la confianza de la población también es una necesidad de una política de seguridad actual, así como fortalecer la financiación y los equipamientos de policía judicial. Finalmente, Gutiérrez manifestó que la mejor forma de disminuir todos los indicadores en materia de seguridad era invirtiendo en una política social que busque disminuir la pobreza en el país.

Por su parte, para Juan Carlos Ruíz plantear una estrategia de fortalecimiento del liderazgo institucional de la fuerza pública y quienes lideran el sector defensa es una necesidad para tiempos donde estas características son tan necesarias.

Finalmente, Juan Carlos Pinzón señaló que el Estado debe demostrar su capacidad de seguridad efectiva para ir y someter a quien ejerce la violencia contra otro ser humano, y esto se debe realizar por medio de fortalecer las Fuerzas Armadas, aumentar el pie de fuerza, el presupuesto, equipo y material necesario para operación. Sumado a lo anterior, es necesario invertir en nuevas tecnologías e inteligencia mejorada, fortalecer el presupuesto y las capacidades de la Rama Judicial para que haya condenas efectivas y no se fomente la reincidencia y, por último, profundizar la disciplina y entrenamiento de las Fuerzas Armadas.

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