El evento inició con la presentación y bienvenida por parte de Carlos Augusto Chacón, director del ICP, quien agradeció la asistencia de los participantes y mencionó la importancia de generar estos espacios de discusión debido a la coyuntura nacional y con el propósito de producir recomendaciones y observaciones que aporten al debate con argumentos y sustento en datos. Seguido a esto, Andrea Valdelamar, Coordinadora de proyectos de la KAS, expulsó el trabajo que la fundación desempeña para el fortalecimiento de la democracia a través de cinco ejes temáticos: el desarrollo sostenible, la construcción de paz, la seguridad y la defensa, la descentralización y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Asimismo, hizo énfasis en la imperante necesidad de cambiar el enfoque prohibicionista y punitivo frente al manejo de la droga, ya que, el modelo de lucha contra las drogas ha fracasado tanto a nivel nacional como internacional.

El desarrollo del evento continuó con la provocación inicial realizada por Pablo Zuleta, médico y psiquiatra, y César Restrepo, experto en seguridad de Pro-Bogotá, quienes expusieron que el Plan Colombia como la primera política antidrogas con visión multidimensional en un momento donde se consideraba al país como un Estado fallido, no se puede considerar una política fallida en su totalidad. En cuanto a los cultivos de coca, la erradicación es funcional, pero hay una derrota notable en la capacidad que tiene el Estado para cooptar los territorios y hacer presencia en ellos con infraestructura, redes de mercado, seguridad, justicia, salud y atención para consumidores. Debido a que en Colombia existe un consumo diferenciado de drogas y no se han planteado políticas públicas basadas en evidencia que contemplen la totalidad de los actores intervinientes en la cadena.

Así se dio inicio al diálogo y la discusión. La primera en intervenir fue la excanciller (2002 – 2006), Carolina Barco, quien señaló que el consumo de drogas a nivel mundial continua en aumento y con una diversificación que sobrepasa la capacidad de los Estados, que han omitido la salud pública, la prevención y la presencia en los territorios y se han limitado a la interdicción. Sucesivamente, Rodrigo Uprimny, reconocido jurista y constitucionalista, argumentó que el Plan Colombia fracasó en la lucha contra la droga, pero fue benéfico en el proceso de consolidación del Estado y la lucha contrainsurgente. La política prohibicionista planteada por el norte global no tuvo los resultados esperados por lo que se debe replantear basados en la evidencia donde políticas de legalización y regularización han demostrado una disminución sensible de la criminalidad. En lo que respecta a cultivos ilícitos no existe una relación causal entre su disminución y la reducción de la criminalidad, ya qué, la nuez del asunto reside en la desarticulación de los grupos armados y las bandas criminales en los territorios.

El director de Colombia Risk Analisys, Carlos Guzmán, mencionó que actualmente los actores armados tienen control territorial a partir del prestigio, la capacidad, la voluntad, la presión, las economías ilícitas, etc., por esto, la política de drogas no es la única responsable del factor seguridad. En cuanto al papel de la cooperación internacional señaló su importancia como estabilizadores de los planes locales, como veedores, actores de incidencia positiva en los territorios y para robustecer las capacidades del Estado. En línea a lo anterior, Carlos Medina, consultor en temas de seguridad, comento que, así como se deben propiciar políticas de Estado que transciendan los Gobiernos, también se deben mantener planes continuos con los cooperantes internacionales que permitan transparencia y corresponsabilidad sobre los mismos. Los programas de cooperación deben considerar el fortalecimiento de la rama judicial de manera descentralizada que brinde garantías y presencia en las zonas donde se cultiva, se procesa y se comercializa.

Finalmente, la mesa concluyó con la estructuración de diagnósticos claros respecto a la política antidrogas en el país y la imperante necesidad de cambiar el enfoque y el abordaje a la problemática, generando políticas de Estado descentralizadas y con una mirada multidimensional que incluya a todos los actores intervinientes. Esto de la mano y el apoyo de la cooperación internacional como aliado fundamental, en este caso de Colombia, siempre con transparencia y claridad sobre los proyectos, financiación o acompañamiento que se ejecuten en el país.