En su discurso de apertura, Hollifield refirió sobre las actuales tendencias migratorias en los Estados Unidos así como el nacionalismo emergente en la sociedad estadounidense durante la administración de Trump y su relevancia para las relaciones con México.

Hollifield subrayó que a pesar de la mayor movilidad global y el aumento de la migración, no se puede hablar de una crisis migratoria. Las personas que se pueden designar migrantes constituyen sólo una pequeña parte de la población mundial (actualmente acerca de 250.000.000 de personas). Además, destacó que los países benefician en muchas áreas de la migración. Se crean por ejemplo nuevos empleos, se pagan más impuestos y se aumenta la prosperidad de los países. Como ejemplo, evocó que casi el 50 % del crecimiento del mercado de trabajo estadounidense desde 1995 se debe a los inmigrantes. Asimismo, todo el crecimiento de la fuerza laboral de Estados Unidos en las próximas dos décadas estará determinado por los inmigrantes y sus hijos.

Al mismo tiempo, dichas ventajas no se perciben bien en muchas partes del mundo, y especialmente en los Estados Unidos. A pesar de décadas de éxito basado en la inmigración, siempre hubo una cierta aversión frente a las personas de ciertos orígenes en los Estados Unidos, según Hollifield. Los movimientos anti-inmigración no son un fenómeno nuevo sino casi tan antiguos como la propia nación y han ido de la mano con diversas olas de inmigración: los europeos al final del ciclo XVIII y los asiáticos hasta el principio del ciclo XX se percibieron como un peligro, y desde los 1920s, los inmigrantes de México son vistos así. La hostilidad actual (y anterior) contra los inmigrantes se basa en estereotipos negativos frente a ciertos grupos de inmigración y en la representación de ellos por los partidos políticos y los medios de masas. Este desarrollo culminó ciertamente con el atentado del 11 de septiembre con el resultado de que la migración se categorizó como peligro para la seguridad interior. En este contexto, la política de “América primero” de Donald Trump no presenta un fenómeno nuevo. Más bien, se está repitiendo el mismo estilo de gobierno de la década de los 1920, según Hollifield. Esto se caracteriza por el nacionalismo y el racismo, el proteccionismo y el aislacionismo.

Con respecto a México, el experto subrayó que el número de inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos, y especialmente los ilegales, está disminuyendo cada vez más mientras que el número de los repatriados ahora es mayor. Cada vez más inmigrantes provienen de China y del triángulo de América Central: Guatemala, Honduras y El Salvador. En la siguiente ronda de discusión, el ponente respondió a las preguntas de los expertos, diplomáticos y representantes de los partidos presentes. James Hollifield apeló a los participantes que México debe asumir un papel de liderazgo en la región para mejorar la situación en América Central y así reducir los flujos de refugiados. Esto debería pasar en cooperación con los Estados Unidos.